Hay un buen artículo hoy en la portada de Washington Post. No dice nada que no sepamos aquí y los lectores asiduos de este blog compartirán esa idea, pero es muy interesante ver este artículo, con este punto de vista en la portada del Washington Post: Disfrutando las ventajas de la tecnología, pero sin poder huir de sus ojos (vía). Sólo pongo una frase.
«Cada búsqueda en internet reside en alguna computadora en alguna parte. Idas y venidas son monitorizadas por las cámaras de seguridad. Las llamadas son registradas por las compañías de telecomunicaciones.
(…)
Bernard, que está casada y tiene un nieto, pasa cerca del complejo Reston en su camino al gimnasio, y apenas hay nadie por allí. Pero una cámara la graba. Y si el gobierno o un abogado de divorcios quiere las cintas, tan sólo tiene que requerirlas ante el juez.»
Realmente vale la pena leerlo completo, para tomar conciencia (si no la tenemos ya suficiente) de cómo los pequeños actos a los que nos han acostumbrado (a veces nos obligan, como usar tarjetas de identificación para acceder al trabajo), sirven para tenernos bajo control en todo momento.