El Washington Post publicó el pasado domingo un extenso documental titulado Top Secret America. Alojan un blog al respecto de este asunto: Top Secret America Blog.
El proyecto de investigación arroja conclusiones interesantes, aunque no sorprendentes para los que seguimos este tipo de problemas desde hace tiempo
«The government has built a national security and intelligence system so big, so complex, and so hard to manage, no one really knows if it’s fulfilling its most important purpose: keeping its citizens safe.»
En palabras de Diario Crítico, que se hace eco del informe:
«Se calcula que a diario la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) intercepta y almacena unos 1.700 millones de correros electrónicos, llamadas de teléfono y otro tipo de comunicaciones, que son desviadas a unas 70 bases de datos diferentes. Pero el problema fundamental radica en que carecen de los recursos técnicos y humanos para hacer su trabajo porque faltan analistas y traductores»
Las cifras, sencillamente, acojonan.
Decíamos en 2006, al hilo de la prohibición (teóricamente temporal, como todas) de embarcar al avión portando líquidos:
«Si, tal como dicen, buscar un terrorista es como buscar una aguja en un pajar, vigilarnos a todos y acumular información sobre todos nosotros tan sólo aumenta el tamaño del pajar, dificultando de facto la captura real de terroristas.»
Consecuencias negativas de todo esto:
- Reducción de libertades, aumento del control del Estado sobre los ciudadanos.
- Despilfarro de recursos, con empeoramiento efectivo de la seguridad (si no se puede filtrar bien los mensajes, los realmente peligrosos no serán encontrados).
- Reducción de recursos disponibles en caso de emergencia, consecuencia de todo el despilfarro anterior.
De lo fundamental (las libertades) a lo práctico (los medios disponibles para atajar una emergencia), el sistema tiene consecuencias negativas. Fue siempre así desde el principio, no creo que cambie hasta que la inteligencia artificial sea realmente inteligencia y sea realmente artificial.
Ahora piensen en todas las leyes relativas a la retención de datos de telecomunicaciones aprobadas en la UE (y otras leyes colindantes).
La aguja y el pajar: cuando encontrar un mensaje peligroso es difícil, incrementar el tamaño del pajar, la masa de mensajes que hay que escrutar, no parece un paso en la dirección correcta. Pero aparenta seguridad.
La Vanguardia en papel de ayer martes se hace eco de dicho artículo dedicandole una doble pagina.
Las conclusiones tienen algo de kafkianas y del TBO, aliñado con miles de millones de dolares.
Pero no cambiara nada. El negocio es el negocio y el teatro es el teatro.
Claro, el negocio es el negocio… desde el que vende las cámaras hasta el que ofrece el «máster de experto en prevención terrorista»… y el teatro es el teatro, obv.
¡Un saludo!
Cuando el objetivo es encontrar una aguja en un pajar incrementar el tamaño del pajar no es la opción correcta, pero sí lo es cuando la aguja no es el objetivo sino la excusa.
Si buscar la aguja no es un fin sino un medio para ampliar el pajar y si tenemos los suficientes pocos escrúpulos, siempre encontraremos una justificación para recoger cada vez más y más datos… y a decir verdad, se les da de maravilla: no paran de legislar al respecto (en la UE, al menos, que es lo que sigo más de cerca).