«Uno no sabe si la secuencia es de las portadas es: cada día peor o cada días más peor.
(…)
me pregunto si esto de El Pais no será un poco demasiado, che. Como si poco más incitasen a la depresión colectiva.»
– Michel Godin y su Test de resistencia
Ah, los vendedores de miedos y terror siempre supieron cómo atraer la atención (de hecho la buscan desesperadamente): un poquito de cherry picking para los titulares y tenemos el discurso apocalíptico servido, aunque la realidad no lo sostenga. En tiempos de política del miedo, nada más saludable que (como bien recomienda Michel) armar tu propia cabecera matutina a base de tus blogs preferidos (sí, tener tu propio blog también es importante) y dejar de leer los discursos del miedo.
Bueno, todos sabemos que nadie es libre de articular discursos catastróficos y apocalípticos. A pesar de la estupidez general de lo que llamamos «la prensa» fue de un periodista del que aprendí la expresión «la verdad siempre tiene muchos ángulos» y que empleo regularmente para afrontar cualquier problema. Así que cuando arrecia el discurso castastrofista siempre hay flores en otro sitio. La otra parte, es cuánto del discurso del terror obedece a una agenda deliberada para justificar una gran jugada.
Por ejemplo, lo de Sarkozy de hoy diciendo que vas a ser castigado por visitar asiduamente (ojo al asiduamente) webs terroristas, no sólo es una memez técnica, sino una grane excusa para encontrar apoyo al cierre de cualquier web. Sobre todo si tiene contenidos de Vivendi-Universal.
Pues, es verdad que nadie está libre de tejer un discurso catastrofista. Yo mismo lo he hecho. Entonces es verdad que cada uno nos podemos poner más o menos apocalipticos de vez en cuando. Ahora esa «otra parte» que comentás es la verdaderamente peligrosa al estar amparada y agendada por el Estado o los lobbys poderosos. Je, que no es lo mismo que uno de nosotros diciendo «que horror hacia donde nos lleva el dospuntocerismo tardío» espantados por el ‘señor oscuro’ y el pajarito, que la matraca constante de los medios.
En ese sentido, acá se da una cosa que me parece muy similar a lo que pasa en España: un (o unos) medios que alimentan la paranoia haciendo agenda para ciertos sectores políticos, que hoy van detrás de la baja de la edad para imputar crímenes penales (partidos de oposición en este momento). O si no el caso de cuando el Estado se larga por la suya propia y monta su propio escenario con helicopteros y todo:
Siempre se trata de mantener a alguien bajo control al final. Mañana unos, pasado otros. En el 2002 en Uruguay el control cayó sobre las personas con ingresos medios por decirlo a grosso modo (la vieja y querida clase media!!), que era la típica del cacerolazo. Hoy cae sobre los que viven en asentamientos o no se han logrado integrar en la sociedad, – a grosso modo también. -Ojo, en este momento en particular y sobre este ultimo caso no hago juicio alguno, sino simplemente hago una constatación de la realidad-
Pero bueno se me fue largo. Debí dejar hablar desde un principio a William Randolph Hearst que es más elocuente que yo :) http://ladiaria.com.uy/humor/feizbuk/william-randolph-hearst/
Policía del pensamiento. A lo Minority Report. He dicho.