En 2018 entró en vigor la GDPR. Hace un par de semanas entró en vigor en California una norma muy similar. Hace ya varios años entró en vigor la ley de cookies europea.
Al lío: Google ha anunciado que a partir de 2022 Chrome dejará de soportar las cookies para seguimiento de usuarios.
Puede parecer una victoria de la privacidad pero no sean ingenuos. Si Google ha decidido dejar de soportar ese tipo de cookies es porque no las necesitan para identificar unívocamente a los usuarios. De no ser así, podemos estar seguros que no renunciarían a ellas. En 2013 ya hablamos de este tema y de fingerprinting sin cookies: lo que genera rechazo no son las cookies per se, sino la sensación de estar siendo analizado hasta en los detalles más nimios.
De forma que buena parte de la regulación que hemos mencionado arriba, muy centrada en cookies, está ya prácticamente obsoleta. La historia de nuestro tiempo: la regulación llega tarde, muy tarde, a una tecnología que sigue evolucionando rápido, lo que hace muy difícil que esta regulación sirva de contrapeso a los oligopolios tecnológicos.
El fingerprinting es muy interesante y no hay tantos directores de marketing que sepan lo que es ni para lo que es. Pero ahora llegan los navegadores como Brave: me lleva bloqueados como 100.000 anuncios y trazas. La cosa es que ellos me pueden identificar y saber quien soy, pero yo no veo sus mensajes. Seguramente, ellos saben que yo los bloqueo. Pero la esencia del tema es que soy ciego a sus intentos y no se llevan mis datos porque bloqueo selectivamente los scripts.
Admito que he leído bastante sobre Brave pero no lo he probado. Le tengo que dar una vuelta a ver.
Con Firefox estoy bastante contento, por otra parte, pero todo lo que sean mejoras son siempre bienvenidas.
Yo estoy encantado. Además, salvo error por mi parte, la version estándar de firefox para iphone dejó de funcionar con bloqueadores estándar. Es decir, que los anuncios pasan. Brave en desktop y movil.
Lo suscribo, no les hacen falta las cookies y además controlan aún más el ecosistema porque si no hay cookies de terceros, será Google quién tenga toda la información, supongo.
La normativa, no obstante, se aplica a otras formas de seguimiento también, ojo, no lo olvidemos.
En cuanto a Brave. Es interesante, pero te tienes que fiar de que Brave no ceda tus datos. Para mí es como dárselos a Google. De hecho, es posible que Google haya hecho un movimiento inspirado en Brave también: un solo agente acumula toda la información sobre trazabilidad y luego vende espacio publicitario segmentado. Es lo que se supone que hace Brave aunque te dicen que se hace anónimamente. En definitiva, pasamos de dar los datos a muchos, a dárselos a unos pocos que acumularán aún más poder porque los demás dependerán de ellos.
Firefox es la única garantía para mí.
El caso es que con Brave yo no veo un puñetero anuncio… así que no sé qué revende.