El supervisor de protección de datos de la UE, Peter Hustinx, ha opinado sobre la tecnología de identificación mediante radio frecuencias, en European Digital Rights recogen sus palabras. Cito/traduzco un par de frases.
«La autorregulación por sí sola podría no ser suficiente para afrontar el reto [de defender la privacidad y potenciar la «sociedad de la información»]. En consecuencia, se requieren instrumentos legales para garantizar que las soluciones técnicas para minimizar los riesgos para la privacidad y la protección de datos se están utilizando.»
Bien, todo eso ya lo hemos dicho aquí muchas veces. Dos notas: Necesitamos poder permanecer fuera de control; y necesitamos leyes.
«El principio de aceptación opcional [NdT. «opt-in»] en el punto de venta debe ser una obligación legal precisa e irrenunciable, también para aplicaciones de la RFID que caen más allá de la competencia de la Directiva de protección de datos y para asegurar la utilización de aplicaciones RFID con las capacidades técnicas apropiadas o «privacidad por diseño»».
Discrepo de que un chip RFID pueda nunca ser seguro y el etiquetado individual de productos es absolutamente innecesario, pero me gusta la idea de que se prohíba su obligatoriedad, sin prohibirlo del todo porque eso es inviable (la tecnología está aquí para quedarse, sólo hay que usarla bien) y porque allá él quien quiera aceptarlos. Al menos deja claro que la privacidad no es un problema técnico, sino un problema legal.
El problema es que mientras se debate sobre qué se puede hacer, cada vez más compañías los usan y aprenden más y más sobre nosotros… valiosísima información sobre nuestros hábitos que se llevan gratis, en el caso menos paranoico ;)