David retrata en su último minipost la hipocresía del teatro de seguridad que sólo sirve para mantener alejados a los indeseables. Si tu nombre te precede no te humillan los arcos de seguridad. Los ricos no, aunque sean corruptos y nadie sepa bien de dónde sacaron la pasta. Los llanos, los desconocidos, los anónimos: a esos humilladlos bien, que no olviden nunca que aunque ya no hay ni izquierda ni derecha, aún hay arriba y abajo.