Comenzaba el pasado mes de mayo cuando comentamos en Ad Astra que Microsoft realizó cambios la topología de Skype para modificar su estructura de supernodos y tenerlos todos bajo su control.
En aquel momento, todo parecía estar centrado en la eficiencia de esos servidores dedicados enteramente por Microsoft (con menos nodos, la red de Skype parecía ser ahora capaz de albergar más usuarios). También nos hizo gracia que estos supernodos funcionasen con Linux, cuando Skype para Linux está sensiblemente desactualizado.
Sin embargo, la noticia parece ser más importante. En 2008, Skype afirmó que debido a su estructura no podía cumplir con la petición de «escucha» de las conversaciones de los usuarios. En 2009 Microsoft ya solicitó la patente (sic) la escucha de conversaciones VoIP bajo Skype, resuelta en 2011.
Los nuevos cambios introducidos por Microsoft habrían introducido esta opción, al estar diseñados los supernodos no sólo para actuar a modo de mapa de la red (indicando con quién conectar) sino para transferir el tráfico VoIP entre clientes. Habilitada esta capacidad, los cambios necesarios para registrar las conversaciones son mucho menores. En opinión de quienes han analizado el flujo de datos desde la aplicación, hay que «olvidarse del anonimato y la privacidad en el Skype de Microsoft».