He de remontarme muchos años para explicar lo que siento cuando cacharreo con los nuevos modelos generativos de inteligencia artificial. La versión corta se resume en entusiasmo, ganas de hacer más cosas. Para la versión larga voy a hablar de mi relación con la programación de webs.
Hice mi primera web antes del cambio de siglo y de milenio. Completamente a mano, que es como se hacían las webs entonces. Cada etiqueta HTML precisamente medida, y cada instrucción de CSS (al principio in-line en el código HTML, luego separado en hojas de estilo) también economizada, porque las conexiones eran lentas. Muy lentas, decenas de miles de veces más lentas que las conexiones actuales.
Hice muchas webs a mano, durante años, y cada una de ellas requería mucho esfuerzo. Así que cuando Drupal y WordPress empezaron a tener multitud de temas disponibles con los que cambiar toda la apariencia de la web en un par de minutos no dudé en cambiar muchas veces el tema que usaba en mis webs. Muchas veces. Como sufridor y conocedor del esfuerzo necesario que habría sido necesario para lograr eso apenas unos años antes, valoraba extraordinariamente esa forma mágica de cambiarlo.
Viajamos ahora de vuelta a 2023. Todos sabemos las horas y días que tarda un buen artista en crear algo. Si a eso le sumamos las pocas capacidades para el dibujo que siempre tuve, ponerme delante de una caja de texto y tras varios intentos y en cuestión de minutos encontrar una imagen nueva compleja, con mucho detalle, que me guste y que puedo usar en cualquier sitio me resulta sencillamente cautivador. Bromeaba hace unos días con que ahora pienso en temas que tratar en el blog porque me da una excusa para ir y generar una imagen molona que usar aquí. Bromeaba, sí, pero solo un poquito.
Estamos ante una nueva generación de herramientas que ya se perciben revolucionarias a pesar de que no son más que el rascar la superficie de lo que viene, que tardará en florecer aún un lustro o más en forma de mashups de los que aún no conocemos ni los ingredientes de partida.
[Imagen: Cabaña mágica en el bosque, hecha con LeonardoAI.]
No puedo sentirme más identificado con este post…
En mi caso, que también trastee con HTML en crudo (y con BASIC, por cierto), casi me da un pasmo cuando vi que en menos de 10 segundos tenía un script perfectamente funcionante para hacer un volcano plot en Python gracias a CHATGPT. Sin haber programado nunca en Python.
Horas y horas practicando y pensando en que cuando me jubile querría volver a programar y hacer data science. Ahora igual solo necesito la segunda parte.
Hay por ahí quien vaticina que en 2-3 años la forma en que programamos va a cambiar radicalmente. Yo no sé cómo de rápido va a ser, pero sí que tengo la sensación de que veremos cambios mucho antes de jubilarnos, cuando Copilot y similares, modelos específicamente entrenados para producir código, den un saltito más, sí que puede que la productividad del programador se dispare. A nivel de tener prototipos funcionando rápidamente va a ser la bomba, para I+D rápido. Luego los buenos programadores serán clave para productizar esos prototipos: hacerlos eficientes, fáciles de operar, etc.
Y aun falta que pase lo mismo, al mismo nivel, con la música…
Se avecinan tiempos «entretenidos»