«Lo verdaderamente importante de la Red es cuando cristaliza en el territorio físico. Si no ejercemos nuestros derechos mediante acciones legales y simplemente gritamos, siempre seremos víctimas del poder.»
– David Bravo y Javier de la Cueva, llamando a la acción en el lugar adecuado.
[(*): a los juzgados, a los juzgados, no los malinterpreten.]
La iniciativa de David Bravo y Javier de la Cueva es acertada en cuanto el internauta medio (¡será un tópico?) no es nada proclive a realizar acciones que supongan algún sacrificio personal (craso error que pagaremos en años venideros). Nos da un medio de reclamación sencillo, barato y sin ningún tipo de efecto secundario contrario para quien lo ejerce. Está bien, es una vía que ya se ha utilizado con anterioridad en España por los bibliotecarios… sin éxito visible de momento.
No olvidemos a donde se está dirigiendo esta reclamación: a la Comisión Europea. Y sobre todo no olvidemos como y quien influye de forma decisiva en la Comisión Europea. No, no son los ciudadanos de la Unión.
Con esto no estoy diciendo que no valga la pena secundar esta iniciativa, ¡al contrario!, la apoyo y la promuevo, como hice, dentro de mis modestos modos y medios, con la campaña de «No al préstamo de pago en bibliotecas». Pero no lo hago con la esperanza de de la Comisión Europea o ningún otro organismo oficial vaya a resolver nuestros problemas o defender nuestros derechos. Lo hago porque cuando reclamas, cuando ejerces tus derechos, cuando intentas defenderlos, estás consiguiendo un gran cambio: en ti mismo. Y si ese cambio se transmite, se expande, si empezamos a pensar como una comunidad, entonces, quizás entonces, el cambio sea posible.