La cultura de la anulación , o Cancel culture en inglés, es un fenómeno sociocultural amplificado por Internet en la segunda década del s. XXI y según el cual una persona es expulsada de su influencia y/o su fama cuando es acusada de conducta inapropiada. Una característica fundamental es que la llamada a la acción se da antes de esperar a que se resuelva si la acusación es fundada o no.
En este contexto, si una personalidad (un Youtuber, por ejemplo) es acusado, la turba pedirá rápidamente que sea bloqueado, sus vídeos reportados, que dejes de estar suscrito a sus canales, etc. El objetivo es condenar a un personaje al ostracismo preventivamente.
Se da cuando un grupo de personas suficientemente influyente (por tamaño, o por relevancia) llama a la acción frente a una acusación contra otra personalidad, sin que importe demasiado que la acusación sea cierta o no, pues la cultura de la anulación no se detiene a esperar a la resolución, eliminando de facto la presunción de inocencia.
Uno de los motivos por el que la cultura de la anulación se origina y crece es la facilidad para redistribuir mensajes, sobre todo en los llamados servicios de red social, especialmente bulos y mensajes simplificados que suelen dar una versión interesada del problema, y circulan a mucha más velocidad de la necesaria para realmente entender la situación que se critica ni la justicia de la anulación que se promueve.