Por conocimiento entendemos la emergencia de nuevos saberes que son puestos en común mediante la interacción entre personas. El conocimiento no es una «verdad» que las personas descubren y luego transmiten. Es una serie de conexiones entre neuronas en el cerebro, bits en un ordenador y personas en una comunidad.
Innovación, interacción y conocimiento
La creatividad, relacionada a nivel de la persona con la experiencia de «fluir», puede tener lugar en cualquier parte incluso si la persona que tiene ideas nuevas está sola.
Pero para que estas ideas nuevas se conviertan en innovación, pasen a formar parte del acervo, se extiendan y sobrevivan en el tiempo, es necesario que aquellos que piensan cosas nuevas interactúen con otras personas, les expliquen su idea y, finalmente, la misma sea adoptada por este nuevo grupo de personas.
Cuando lo anterior no sucede, la innovación desaparece al cabo de un tiempo: no se genera conocimiento. La [[interacción]] se revela como la clave para la aparición de conocimiento.
No sólo información, también cuenta la experiencia
Cuando analizamos cómo aparece el conocimiento, descubrimos que la clave no es el mero acceso a la información. Sino lo que hacemos con ella. En la línea del modelo de aprendizaje 70/20/10, la mayor parte del nuevo conocimiento no se obtiene tras el acceso a la información, sino tras ponerla en práctica: el conocimiento se favorece a través de la experiencia, como lo describe Nick Milton.
Sin duda esto se relaciona con el hecho de que cuando la información es abundante, como sucede en la actualidad, lo valioso no es ya el acceso a la misma, sino la reflexión sobre la misma y su posterior utilización, que aportan realmente algo único y valioso.
Gestión de conocimiento
Gestionar el conocimiento es un proceso inseparable de la gestión de interacciones entre las personas que forman parte de un determinado proyecto.
Para que nuestra comunidad o empresa produzca conocimiento, resulta crítico habilitar espacios de reflexión, deliberación e interacción.