Los que me conocen bien saben que nunca me gustó WikiLeaks, un proyecto personalista en cuyo nombre la prensa encontró una excusa para reivindicar los viejos modelos de siempre, tan centralizados como siempre (y eso es malo).
He dedicado a WikiLeaks muchos menos posts que otros blogs, y desde luego muchísima menos atención que la que han dedicado los medios, empeñados en convertir a Assange en una especie de profeta liberador. Sin embargo, la reciente introducción de una restricción que impide acceder a los documentos de WikiLeaks si no se «dona» primero un puñado de dólares me ha animado a hablar de ellos. Lo podemos ver a día de hoy si intentamos acceder a los documentos más recientemente puestos a disposición… del que pague.
Recomiendo echar 5 minutos releyendo mis breves anotaciones sobre WikiLeaks, porque creo que son ideas que demuestran que desde el primer día pudimos ver el lobo que se ocultaba en esa piel de cordero.
- WikiLeaks y la escenificación mediática del poder, la principal reflexión al respecto.
- SafeHouse, WikiLeaks nunca nos hizo más libres, de cuando los grandes medios intentaron recuperar rol de agencia que WikiLeaks pretendía robarles.
- El show de Assange, de cuando Assange no dudó en tener su propio programa en la tele (y nunca hablé de su libro). Una rockstar en toda regla que trazó un plan que le salió a la perfección.
Por cierto que en algunos sitios que afirman dicen estar en contacto con Anonymous el cambio de WikiLeaks ha generado mucha rabia y poco más o menos le han declarado la guerra. Me parece normal porque se sienten traicionados, pero la verdadera cuestión es cómo llegaron a creerse que WikiLeaks era lo que los medios decían.
En todo caso, para los creyentes de Assange y para aquellos que siguen pensando que WikiLeaks es algo más liberador que una nueva agencia de prensa, ha llegado la hora de revisar sus creencias. ¿Es posible seguir afirmando lo primero cuando se comportan como cualquier otra agencia? Yo diría que no, pero claro… yo estoy diciendo que no desde el principio, y a algunos ni siquiera esto los hará caerse del caballo.
Pues yo no estoy de acuerdo sobre este asunto. Es evidente que Assange es un megalómano, y que wikileaks no es Cáritas, pero de ahí a no reconocer sus méritos me parece injusto. Hablas de que la prensa lo ha ensalzado, bien, eso sería en los comienzos, donde muchos medios no quisieron perderse parte de ese goloso pastel que supusieron las primeras filtraciones, pero de un tiempo a esta parte se le ha perseguido y echado todo tipo de calumnias encima, empezando por la ópera bufa de sus acusaciones sexuales. Para mí ha sido patética la posición de muchos periodistas dejándose llevar por el amo que les da de comer y escribiendo sesgados artículos donde se omitían muchas sombras en todo este asunto de Ecudador-Inglaterra-Suecia-EEUU. Por no hablar el lamentable artículo de Vargas-Llosa, un compendio de chismes, prejuicios, ignorancia (cuando hablar del pasado hacker de Assange es simplemente cómico) y mala baba. Que a Assange se le quiere deportar a EEUU es demasiado evidente, punto al que se ha sumado uno de los pocos intelectuales comprometidos: Chomsky, amén de algún que otro activista americano, como Michael Moore, otro megalómano al que tampoco se le puede negar mucha razón en lo que dice. Cuando a alguien se le quiere desprestigiar se hurga en su pasado para buscarle manchas, veáse algún tipo de escándalo sexual, una adolescencia o juventud problemática, lo que sea. La mayoría de artículos que he leído en contra de Wikileaks, en realidad lo son contra Assange, buscando sus motivaciones, lo cual me parece absurdo, porque cualquier motivación en el fondo es puro egoísmo. Han ido al desprestigio de una actividad por la personalidad o carácter de su principal responsable, es como desprestigiar una obra por su autor (hay casos, como Elia Kaza o Cioran). Para mí el gran fallo de wikileaks ha sido que ha fracasado en gran medida. Porque ha puesto a muchos en su contra, se ha quedado casi solo, ha sido vencido en lo básico (en lo económico), atado de pies y manos les ha dado, sin quererlo, más poder a los poderosos, a los grandes medios de noticias, a los estados, a EEUU en el fondo. Una maquinaria del poder, que en contra de mis primeras impresiones se asemeja más de lo que hubiera considerado razonable y sensato a las teorías conspiratorias. Si al final, irónica y rocambolescamente, hollywood va a acabar teniendo razón: Enemigo público, la cortina de humo…ya no me parecen tan exageradas. Al final la defensa del sistema ha sido poner a Wikileaks como escudo, como enemigo, como malo de la película ¿y que ha hecho Wikileaks sino filtrar? ¿Centralizar? Porque en su momento sólo existían ellos, nada impide que surjan otras, como la de su exsocio. Más importante que fijarse en las cosas que ha hecho mal Wikileaks o si destestamos a Assange es prestar atención a lo que han revelado o puesto la atención sobre. Esto al final es como aquello de mirar el dedo y no lo que apunta.
Revisando mi anterior comentario he encontrado cerca del final un «echo» flagrante, mis disculpas.
Ya que se dio cuenta usted sólo, lo arreglo para que el lector futuro no piense mal de usted sin motivo alguno ;)
Buenas,
veamos, por dónde comenzar… sí, bueno, comenzar agradeciendo el comentario :)
Es cierto que la crítica a WikiLeaks, desde mi punto de vista, no es a su actividad declarada («filtrar documentos»), que me parece fantástica y que ya otros estaban haciendo desde hace años, mucho antes que ellos (cryptome es una web que cualquiera que estuviera en la escena hace más de una década que es conocida y reconocida, por ej.). La crítica es a que bajo esa declaración inicial, se esconde una estructura débil por diseño (personalista y centralista), y resulta ingenuo pensar que gente tan inteligente y tan hábil como la que hay en ese proyecto pasaron por alto ese diseño. Ese diseño es premeditado.
Y su devenir fue, desde el principio, el de agencia de medios. Es algo que aquí dijimos desde el principio y que un maestro periodista como Enrique Meneses no tardó en percibir incluso antes de que WikiLeaks diera acceso privilegiado a NYT y El País a sus documentos, y por supuesto incluso antes que este movimiento del pago por acceso.
¿Qué pienso de que haya una nueva agencia de medios? Pues mira… está bien, pero Internet daba para mucho más. Internet ha sido y es el gran país de las filtraciones. No sólo en WikiLeaks, sino en todas partes. Querer mediatizar a WikiLeaks como el único agente es algo que al poder interesa, entre otras cosas para construir un enemigo… que luego dejaría de serlo al ser integrado en el establishment. Es imposible integrar en el establishment a un movimiento que no tiene cabeza y por eso a nadie le conviene el protagonismo que tomó WikiLeaks. Los medios, por supuesto, estaban encantados: una agencia que les da exclusivas… ¡como en los viejos tiempos! Una agencia adaptada a los tiempos digitales, como no lo están las agencias de toda la vida.
No sé, la labor me parece bien. Pero creo que «la labor de WikiLeaks» continuaría sin él. Éso es lo que creo. Y sin embargo desde los medios y desde el poder se nos dice que no, ¿les vamos a creer? Yo apuesto por mirar al cielo y no al dedo: la Red es infinita, hay filtraciones en todas partes y mientras la Red sea libre así lo será. Caerán unos nodos, surgirán otros. Assange no inventó nada, WikiLeaks no inventó nada, los medios quieren reescribir esa historia porque la épica rellena titulares.
Gracias por la corrección , en cuanto al tema que nos ocupa, quizás no es tanto una disparidad de criterios como dónde se pone el foco. El polo más distante entre los dos creo que es la visión de la prensa respecto a Wikileaks. De un tiempo a esta parte casi todos los medios atizan a la organización que una vez encumbraron, y muchos de esos medios ahora, interesadamente, publican artículos como los que mencioné en el comentario anterior. Este descubrimiento de los intereses que hay detrás de los grandes medios, tanto de prensa escrita como las televisiones, que les impulsan a la distorsión y manipulación de la realidad, claramente señalado por la forma que han ido cambiando su postura para socavar la credibilidad de Assange, ha sido revelador para algunas personas entre las que me incluyo. Puede parecer algo inocente a estas alturas, pero ciertos medios en los que tenía algo más de fe me han defraudado con todo este asunto. Hace poco vi en la red un gráfico sobre quiénes son los verdaderos propietarios de los grandes medios españoles y me he llevado unas cuantas sorpresas. Sin querer perderme en estos asuntos, lo que quiero decir es que, para un gran número de personas Wikileaks ha tenido un papel importante, quizás no buscado, en confirmar las conexiones del poder, especialmente con todo el asunto de la embajada de Ecuador, más allá de las verdaderas intenciones de unos y otros. Y como suele ser en estos casos, ellos se han llevado la fama, probablemente injusta como señalas, pero es importante que muchas personas (cuantas más mejor), sin tanto conocimiento en estos asuntos, puedan saber lo que se puede llegar a saber. Se necesitan altavoces que lleguen al mayor número posible de personas, por eso wikileaks creo que ha jugado un papel importante, demostrando hasta qué punto exacto se puede contar con los medios tradicionales.