Google penalizará en la búsqueda a las antiwebs

Guía de Google para desarrolladores de sitios web móviles, lista de «errores habituales»:

Muchos webmasters promocionan la aplicación de su sitio web a los visitantes de su web. Hay muchas formas de hacer esto, algunas de las cuales pueden provocar problemas con la indización del contenido «optimizado para dispositivos móviles» y otros pueden ser demasiado disruptivas para el uso del sitio por parte del visitante.

Que traducido a cristiano quiere decir que Google va a penalizar en los resultados de sus búsquedas a los sitios web que actúan como la antiweb.

Por más que me alegre ver cómo le dan collejas a estas webs, este movimiento tiene su miga: Google se sacaría un ojo si con ello fuerza a la competencia a sacarse los dos ojos y en este tema, como en otros, sería muy cándido pensar que Google está de parte de la libertad del usuario. No lo está. Y tengo pendiente un necesario post sobre Prism, claro, pero cualquier post que me lleve más de cinco minutos se queda en borrador estos días.

El Cosmonauta, excepción y nueva norma

El Cosmonauta

El Cosmonauta nos brinda uno de los momentos más vibrantes recientes en torno a Internet y en torno a la promesa de Internet. Un proyecto largo, dilatado durante años, que arranca como una idea de cortometraje y acaba siendo un largo completo, con pre-estreno por todo lo alto en el centro de Madrid. Un proyecto posible gracias a que un montón de personas aporta su granito al mismo, aunque al final no faltaran tampoco grandes empujones por parte de una conocida OMV. Eso que muchos llaman crowd funding, y en lo cual la parte compleja (la humana, no la técnica) es la que desde Riot Cinema resolvieron y gestionaron a la perfección desde el principio; y lo hicieron precediendo a todas las plataformas que ahora prometen ayudarte a solventarlo. Mayor mérito.

¿Excepción o nueva norma? Pues creo que mucho de ambas. Y es que así de complejo es el entorno actual. Excepción porque en Internet, como siempre, el primero en hacer algo novedoso tiene éxito, y los clones no. Se recompensa lo novedoso, y es que así somos las personas al final. Nueva norma porque no dejamos de ver muchos proyectos, cada semana, avalados de esta misma forma. Cada vez son más, y hace tiempo que digo que dentro de un tiempo este tipo de financiación en el que el público se compromete con el proyecto desde fases tempranas será contemplado como una fase más (imprescindible, además) de todas las producciones, grandes y pequeñas. Cuando eso suceda, el velo de inocencia idílica en torno al crowd funding se esfumará, pero lo cierto es que cuando eso suceda, la forma de realizar y crear proyectos (incluso esos macroproyectos) habrá cambiado para siempre. Como digo, El Cosmonauta es a la vez excepción y nueva norma.

Si me preguntan por opinión, hace un par de días por fin pude ver la película y debo decir que a mí me gustó. Tiene carencias, sin duda se nota que es un cortometraje venido a más. Pero me gustó, sin saber realmente si fue consecuencia de lo cuidado de cada plano, de lo mirado que estaba todo desde ese punto de vista estético, o si era (por qué no) que yo ya estaba predispuesto a favor de la película. Desde luego, entra dentro de ese rango en el que el tiempo empleado en ver la película lo considero más que bien empleado. Como digo, no deja de ser mi opinión.

Si quieren una versión mejor informada sobre el proyecto, y más emotiva, pueden leer el balance que Gonzalo Martín realiza de este proyecto.

Cría cuervos, y te sacarán las patentes

En Ars Technica (via El Confidencial; gracias, Gonzalo) leemos una nota sobre la perversión de las patentes (de software, en este caso) y su infinita capacidad para generar intermediarios y metamercados del expolio. Una empresa fundada por un abogado a sueldo de un bufete contratado por Apple, que tiene acceso a información privilegiada y se apresura a solicitar patentes con las que luego demandar a la compañía. Tras diseccionar este caso (despido del abogado en cuestión por parte del bufete incluido), el artículo concluye con otras reseñas de casos similares en los que los abogados «díscolos» ni siquiera fueron sancionados levemente por sus empleadores, lo cual da pábulo a todo tipo de conjeturas, claro.

Abriendo la puerta al uso de troyanos en la legalidad española

¿Habrá hueco para el uso de troyanos en la legalidad española? A juzgar por la información que comentan en El País, sí lo habrá. Se trata de otra de las reformas promovidas por el actual ministro de justicia y propone «usar técnicas de hacking contra crimen organizado y ciberdelito».

Tiene gracia que ya en 2007, cuando Alemania comenzó su transición a la sociedad de control ya nos llamara la atención la vaguedad del uso de la expresión «técnicas de hacking», absurda y deliberadamente imprecisa. Está claro que por más cuentas en Twitter y más iPad que uno provea a ministros y periodistas, la cultura digital no termina por llegarles; o quizá es que todo es mejor así, ambiguo a propósito.

La pregunta que cabe hacerse es sí es sólo cuestión de tiempo que el uso de estos troyanos vea ampliado sus casos justificables. Legalicen un método para instalar troyanos en casos excepcionales y pronto no se aplicará sólo a casos excepcionales. Al final, el Estado se dará cuenta de que con estos troyanos desea intentar prevenir desde la evasión de impuestos a los «juicios paralelos». Es sólo un ejemplo de caso general en el que cualquiera de nosotros sería digno destinatario de uno de estas «herramientas de hacking». Por nuestra seguridad.

Tumblr, Facebook, y los blogs

En Techcrunch (vía fernand0)

«It’s important to note that Tumblr is not replacing Facebook; it’s merely siphoning off some authentic liking and sharing, especially among young Americans. Facebook needs to exist because it’s holding down the Mom, siblings, and lame friends part of a person’s social life — the “public-private” life, if you will. As long as Mom sees you on Facebook occasionally, she isn’t going to think to look for you on another site… which paradoxically frees young users to act out on a stage that seems more private to them despite being on the open web.»

Interesante visión sobre el pseudoanonimato (y la pseudoprivacidad) que se respira en Tumblr.

La antiweb

He aquí una captura de pantalla que tomé con mi móvil hace ya un par de semanas:

Lo que hay que notar en esa web no es que yo estuviera con la batería casi agotad a las 11 de la mañana (shame on me!), ni que yo traslade al móvil mi costumbre de no cerrar pestañas.

No, lo que hay que notar en esa captura de pantalla es que al visitar una web en Tumblr en un móvil, incluso en un móvil generoso capaz de mostrar las webs de forma más que completa, Tumblr convierte su web en una antiweb y decide secuestrar un importante pedazo de la pantalla para intentar que abandones la web e instales su aplicación.

Y no es cosa de Tumblr, por eso decidí no ponerlos en el título de este post. Es algo cada vez más habitual: numerosos servicios destruyen la función de su web para intentar convertirlas en un mero canal de conversión hacia la App, donde el usuario está mucho más cautivo.

A mí, no obstante, este tipo de mensajes me parecen dignos de un embaucador de barrio y me generan un rechazo altísimo. Desconozco qué efecto tienen en el visitante promedio, pero imagino que si alguien llega a tu web y tú en lugar de dejarles leer les antepones spam sobre tu aplicación, no deben estar muy felices.

[Esta captura es del 17 de mayo, unos días antes de que se anunciase la compra de Tumblr por Yahoo!.]

El granjeo de oro

«El granjeo de oro es una de esas cosas que hacen que quieras dejar de escribir ciencia ficción porque nunca podrías tener una idea así de extravagante.»

Neal Stephenson

Buen momento para recordar el comentario que hice de Reamde (de Neal Stephenson), y cómo en ese libro (y en videojuegos recientes) el diseño del videojuego (siempre complejo en términos de justicia e igualdad de oportunidades dentro del juego) incorpora mecanismos amigables a estos «granjeros de oro». Y repito, el día que alguien ojee mis estanterías, me enchironan fijo.

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