El Cosmonauta nos brinda uno de los momentos más vibrantes recientes en torno a Internet y en torno a la promesa de Internet. Un proyecto largo, dilatado durante años, que arranca como una idea de cortometraje y acaba siendo un largo completo, con pre-estreno por todo lo alto en el centro de Madrid. Un proyecto posible gracias a que un montón de personas aporta su granito al mismo, aunque al final no faltaran tampoco grandes empujones por parte de una conocida OMV. Eso que muchos llaman crowd funding, y en lo cual la parte compleja (la humana, no la técnica) es la que desde Riot Cinema resolvieron y gestionaron a la perfección desde el principio; y lo hicieron precediendo a todas las plataformas que ahora prometen ayudarte a solventarlo. Mayor mérito.
¿Excepción o nueva norma? Pues creo que mucho de ambas. Y es que así de complejo es el entorno actual. Excepción porque en Internet, como siempre, el primero en hacer algo novedoso tiene éxito, y los clones no. Se recompensa lo novedoso, y es que así somos las personas al final. Nueva norma porque no dejamos de ver muchos proyectos, cada semana, avalados de esta misma forma. Cada vez son más, y hace tiempo que digo que dentro de un tiempo este tipo de financiación en el que el público se compromete con el proyecto desde fases tempranas será contemplado como una fase más (imprescindible, además) de todas las producciones, grandes y pequeñas. Cuando eso suceda, el velo de inocencia idílica en torno al crowd funding se esfumará, pero lo cierto es que cuando eso suceda, la forma de realizar y crear proyectos (incluso esos macroproyectos) habrá cambiado para siempre. Como digo, El Cosmonauta es a la vez excepción y nueva norma.
Si me preguntan por opinión, hace un par de días por fin pude ver la película y debo decir que a mí me gustó. Tiene carencias, sin duda se nota que es un cortometraje venido a más. Pero me gustó, sin saber realmente si fue consecuencia de lo cuidado de cada plano, de lo mirado que estaba todo desde ese punto de vista estético, o si era (por qué no) que yo ya estaba predispuesto a favor de la película. Desde luego, entra dentro de ese rango en el que el tiempo empleado en ver la película lo considero más que bien empleado. Como digo, no deja de ser mi opinión.
Si quieren una versión mejor informada sobre el proyecto, y más emotiva, pueden leer el balance que Gonzalo Martín realiza de este proyecto.