Pronto hará dos años desde que se empezó a hablar masivamente de NFTs, non-fungible tokens o tokens no fungibles, el último invento ligado a Blockchain que causó furor entre las hordas de seguidores de ese tema.
¿Qué es un NFT? Para entenderlo bien hay que entender la diferencia entre bienes fungibles y no fungibles. Un bien fungible es reemplazable o intercambiable por otro, ya que hay otros iguales. El dinero es un ejemplo básico de bien fungible. Un bien no fungible no es reemplazable por otro porque no hay dos iguales. Puedo vender una obra de arte y con ese dinero comprar otra. Tengo una obra de arte pero es otra diferente.
Ahora que sabemos qué es un bien no fungible. ¿Qué es un token no fungible? Un identificador digital único que no puede ser copiado, fraccionado, cuya unicidad generalmente se gestiona ligándolo a un blockchain y que se usa para certificar propiedad o autenticidad de obras digitales tales como fotos, vídeos o audio.
Desde que se comenzó a hablar de ellos, mucha gente de mi entorno me ha preguntado por ellos, en mi calidad de prescriptor tecnológico. Ya saben, hay todo un público masivo estudiando la opción de invertir en criptodivisas. Los NFT iban a ser, según ese relato, la última variante de esa inversión que hace nuevos millonarios. Por eso me he decidido a terminar este borrador que comencé hace casi dos años.
El tema es que en 2022 está de moda hablar de los NFT como algo a lo que hay que acercarse con cautela, o mucho mejor no acercarse siquiera. Pero en aquellos primeros días, la más clarividente de las explicaciones sobre estos NFT se la leí a Seth Godin. Sí, puede hacer 20 años que no lees a Godin una idea novedosa, pero el día que escribió NFTs are a dangerous trap estuvo muy fino:
The more time and passion that creators devote to chasing the NFT, the more time they’ll spend trying to create the appearance of scarcity and hustling people to believe that the tokens will go up in value. They’ll become promoters of digital tokens more than they are creators. Because that’s the only reason that someone is likely to buy one–like a stock, they hope it will go up in value. Unlike some stocks, it doesn’t pay dividends or come with any other rights. And unlike actual works of art, NFTs aren’t usually aesthetically beautiful on their own, they simply represent something that is.
BUYERS of NFTs may be blind to the fact that there’s no limit on the supply. In the case of baseball cards, there are only so many rookies a year. In the case of art, there’s a limited number of famous paintings and a limited amount of shelf space at Sotheby’s. NFTs are going to be more like Kindle books and YouTube videos. The vast majority are going to have ten views, not a billion. It’s an unregulated, non-transparent hustle with ‘bubble’ written all over it.
Es muy interesante que Seth Godin añada a todo lo comentado la falta de regulación, pues apenas unas semanas después de su artículo comenzaron a aparecer los primeros casos de fraude con NFTs, con personas acuñando colecciones de ellos y afirmando ser los creadores de las obras de arte vinculadas sin serlo. El caso de David Revoy es significativo, una colección de NFT vinculados a su colección de tiras fue subida a OpenSea (popular Marketplace para este tipo de bienes no fungibles) sin su permiso.
No me queda claro que pueda forzarse ese permiso. Al fin y al cabo, comprar el NFT no es comprar los derechos de explotación de la obra. Es un producto adicional que no afecta ni se vincula a la obra más allá de lo declarativo: el NFT dice ser algo y tener una relación con una obra.
Meses después de que Seth Godin publicase su artículo, Wall Street Journal llegaba a la misma conclusión que Seth Godin alcanzó en cuestión de horas: los nuevos activos digitales son ridículamente fáciles de crear, y eso es un problema. NFTs, criptodivisas y todo lo relacionado con lo que ahora llaman web3 tienen el aspecto de ser una gigantesca estafa multinivel.
Pese a su marketing como herramienta descentralizada, la realidad es que a día de hoy la concentración de riqueza en torno a Bitcoin es mucho mayor que la que ves en la economía en general, con apenas un puñado de carteras acumulando la mayoría de estas monedas y participando en la mayoría de las transacciones.
En 2022, además, se ha comenzado a percibir el mercado de NFT como una burbuja en colapso, con algunas escasas excepciones como los avatars de Reddit, a los que curiosamente no llamaron NFT en ningún sitio (quizá para no generar rechazo), como nos contaron en Xataka. El asunto es que con el advenimiento de motores de IA capaces de generar ilustraciones sensacionales en cuestión de segundos, la generación de archivos digitales es potencialmente inagotable y cada vez más acelerada, lo que vendría a dar la razón a Seth Godin.
[Imagen: Cyberpunk cyborg geisha in Tokyo, por éste que les escribe y hecha con Midjourney.]
[No, esa imagen no tiene NFT. Y tampoco tiene sentido acuñarlo.]