Los impuestos de Google, Apple, … y las empresas del IBEX

amazon

«¿Cómo conseguir que Amazon/Apple/Google paguen impuestos en España?» Ésa es la gran pregunta que llena miles de portadas y discursos. Cómo, y no qué solucionamos, en el caso de que de verdad sea una solución. Por supuesto, la última de las preguntas es la que hoy quiero formular en este post: ¿qué otras consecuencias tiene una medida como ésa?

Es una idea muy extendida la de que Google, Apple, Amazon y otras grandes empresas tecnológicas son malos malísimos porque hacen un enorme negocio en España (y en otros países) y sin embargo reiteradamente declaran pérdidas, dado que las filiales que mantienen en los diferentes países están deuda constante con… alguna otra filial ubicada en lo que vulgarmente se conoce como un paraíso fiscal. Se reclama en paralelo a esta idea que los impuestos se paguen donde se obtiene el beneficio, y se defiende la toma de medidas que desmantelen estos entramados fiscales.

Pretenden los defensores de estas medidas cortar de raiz el expolio al ciudadano, y que estas grandes empresas paguen la salida de la crisis, que para eso ganan dinero y hacen negocio en un país de recortes. Se equipara lograr que estas empresas tributen en España con el maná caído del cielo que evitará los recortes y finalizará la crisis, todo en uno.

Sobra decir que no es así, que el tema es más complejo.

Uno de los puntos olvidados en este asunto, deliberada o no deliberadamente, es que prácticamente todos los grandes del IBEX 35 (Santander con sólo un 10% del total de beneficios en España, BBVA, Telefónica, …) actúan exactamente de la misma forma, sobre todo con el mercado americano. Obtienen enormes beneficios gracias a sus filiales de México, Argentina, Colombia o Brasil, y pagan sus impuestos en España.

Valga mencionar que mientras Amazon, o Google, o Apple no pasan de tener (con mayor o menor sofisticación) delegaciones comerciales que hacen mero reporte a su matriz, los grandes del IBEX invierten sus beneficios en mil proyectos que generan tejido aquí, y no allí. Me gusta que en El Blog Salmón lo lleven al límite y cuestionen si lo que El Corte Inglés gana en Bilbao debe tributar en Madrid (como hace actualmente), o no.

No entro a debatir qué se debería hacer con los impuestos, porque es un debate en el que se simplifica mucho y mal. Otro día si les apetece nos metemos en harina, aunque por el tipo de conversación que se generará casi es mejor que disparen en los foros. Lo que sí quería es recoger la descuidada asimetría con la que se suele enfocar este tema, con la que se siente muy cómodo el sector político-ideológico más amante de los eslóganes fáciles que de las soluciones complejas. Los eslóganes fáciles sólo sirven para confundir al que los oye.

Tengan cuidado ahí afuera, donde casi nadie abordará los temas con la profundidad que requieren.

Bocados de Actualidad (179º)

Tras no acudir a nuestra cita semanal hace siete días, volvemos hoy con nuevas y renovadas fuerzas (y con nuevos enlaces, claro). La ronda centésima septuagésima novena de los Bocados trae una colección de enlaces que no tuve tiempo (o ganas) de comentar durante la semana y que espero sean útiles en una mañana fría como la de hoy. Nos acompañan hoy los épicos Amorphis, a quienes pudimos disfrutar ayer en su concierto en Madrid.

  • Jose María de Pablo, la sentencia del Prestige y las acusaciones politizadas.
  • How Github (no longer) works. Por Zack Holman, de Github (obviamente).
  • El segundo operativo escondido en tu teléfono móvil, algo sobre lo que no tenía ni idea y comentaron en OS News.
  • Ars Technica y Canonical usando propiedad intelectual para acallar a un sitio crítico con Ubuntu a cuenta de la integración con Amazon.
  • Julen Iturbe y RSS nacido en 1995, muerto en 2013. No creo que el RSS esté muerto, ni por asomo, pero en general el enfoque de Julen apunta bien, en línea con lo que hemos mencionado otras veces por aquí.
  • Cartograf y cómo lanzar bien un blog de empresa en 2014.
  • Soluciones Semánticas y códigos residuales, dominantes y emergentes.
  • Manuel Pancorbo en los foros avisaba de que Pump.io ya ha alcanzado un grado de madurez que hace viable utilizarlo en tu propio servidor.
  • Alberto Gómez y un resumen del estado del arte en cuanto a la creciente presión con la que Google empuja a su Google+.
  • Zenith y un consumo libre de culpa.

Por cerrar, os dejo con un el videoclip de The Wanderer, uno de las buenas canciones incluidas en el último álbum de los fineses.

Esto es todo por ahora. Hay más enlaces en los marcadores de Cartograf (aquí, el feed RSS) y alguna cosa también comparto en Twitter. Pueden también leer este blog directamente en su correo, suscribiéndose desde la barra lateral.

Como de costumbre, enlaces o idea tangenciales son bienvenenidos en comentarios, y además están los foros para debatir mucho mejor que en cualquier «timeline». Buen domingo :)

Libertades urbanas y bicicletas

Bicicletas en Zürich

Bicicletas en Zürich

«Si de verdad nos preocupamos por dotar de libertad a todos, necesitamos diseñar para todos, no sólo para los valientes.» Una extensa columna en The Guardian hace defensa de un urbanismo que otorgue más protagonismo a las bicicletas y reste protagonismo a los vehículos coches. (Generalmente, la implementación de carriles bici se hace justo a la inversa: restando espacio a los peatones y sus aceras, en lugar de restar espacio a la calzada de los coches.)

Uno de los datos relevantes del artículo es que las personas están más satisfechos con su día a día, y con su vida en general, si para ir al trabajo no están sometidos al estrés ni al cansancio que supone un atasco monumental o una hora larga bajo tierra (en metro). Citan a Bogotá como ciudad que hace esfuerzos en esta dirección y aportan la interesante y pragmática visión de Enrique Peñalosa (ex-alcalde de la ciudad y mayor responsable del plan ciclista de la capital colombiana): transformar la economía es algo lento, y de futuro incierto, convertir la ciudad en un lugar vivible y disfrutable es más barato y más rápido, y su efecto sobre la felicidad de las personas también cuenta. «El experimento de Bogotá no ha solventado todas las desigualdades de la ciudad, pero fue un comienzo espectacular y para sorpresa de muchos mejoró la vida de casi todos allí».

Por supuesto, luchar por tener una economía mejor sigue siendo perentorio. Pero mientras tanto, restar protagonismo a los coches y dárselo a las bicicletas ayuda a que las personas vivan mejor en entornos urbanos. Cierran la columna citando a Londres, la región más rica de Reino Unido y también la región donde sistemáticamente sus habitantes se describen como los menos felices de ese país (pese a ser los más ricos). En Londres, por cierto, un nuevo ciclista falleció atropellado ayer debido a que el ayuntamiento de esa ciudad no ha adaptado sus infraestructuras al enorme crecimiento del número de ciclistas de la última década.

Mala ciencia y salud embotellada

De Al Jazeera América:

Los ejecutivos de la industria afirman que están promoviendo la «libertad de salud». Pero en realidad están explotando la preocupación genuina de las personas por su salud y la ansiedad ante la subida de los precios de los tratamientos médicos de toda la vida. Los magnates de los suplementos -junto a su retahila de lobbistas, aliados políticos, celebridades que les apoyan, promotores mediáticos y gurús de la medicina alternativa- están luchando para evitar la supervisión gubernamental de forma que puedan continuar desorientando al público haciéndoles creer que la buena salud viene embotellada.

Difícil dilema, el de introducir al regulador en el mercado cuando el mercado es un mercado conflictivo y que potencialmente influye sobre la salud de muchas personas. No es sólo que haya motivos para ser escéptico respecto de este tipo de productos, sino de que entran en juego temas como el de la automedicación, que son como poco bastante controvertidos.

Digo que el tema es difícil porque el regulador puede ser sometido a la presión de los actores implicados, y actuar avalando con su bendición algo que quizá no debiera ser avalado. Pero también porque si los lobbies no imponen su visión y efectivamente se restringe el comercio de ciertos productos, esta ilegalización (total o parcial) de un producto sólo servirá para generar un mercado negro paralelo, y como apuntarían casos como el de Silk Road, un mercado negro online de productos químicos y «complementos de la dieta» no tardaría en emerger si éstos son regulados con dureza por la autoridad.

Un tema interesante.

PRISM frente a las promesas de la caída del muro de Berlín

Este fin de semana, en concreto, el sábado 9 de noviembre, se cumplían años de la caída del muro de Berlín. Preludio de la desintegración de la Unión Soviética, la caída del muro de Berlín y la celebración de dicha caída por cientos de miles de berlineses de uno y otro lado fue escenificada mediáticamente como la derrota del totalitarismo, y la victoria de la democracia y la libertad que encarnaba el «bloque occidental» (todos los países de europa occidental, junto a Estados Unidos, Canadá y algún aliado más).

No es que no fuera así, pero tras todas las evidencias que este año se han revelado sobre el espionaje masivo a ciudadanos de todo el mundo (sin duda, el peor de los presagios en un tiempo en el que la tecnología hace posible una sociedad de control total), toca recapacitar sobre cuál fue el verdadero impacto de la caída del bloque comunista liderado por la Unión Soviética y del cual el derrumbe del muro de Berlín representa uno de sus momentos más icónicos.

Escríbia en estas páginas ya en 2010:

Hasta hace un tiempo podíamos pensar que las promesas nacidas de la caída del muro de Berlín se habían esfumado. Ahora sabemos que no será exactamente así. Sabemos ya que no había una promesa universal en aquel momento de trascendencia, porque nunca la hubo desde el fin de la modernidad (que se hundió junto con la política de grandes bloques, en 1989). (…) La caída del comunismo no acabó con el totalitarismo, antes lo contrario: las instituciones occidentales se han visto colonizadas por las viejas formas.

Sin duda algo de eso hubo (aquí una columna algo más positiva sobre el tema, de 2008). Pero sería ingenuo visto desde ahora no descontar que muchas de aquellas cosas por las que se ridiculizaba al derrotado bloque comunista se han infiltrado en la cotidianeidad occidental: no sólo la NSA, sino cualquiera de los Estados actuales tiene acceso a una cantidad de información inimaginable para la Stasi. Con la excusa del terrorismo internacional se convierten en sospechosos actos mundanos e intrascendentes como tomar fotografías en lugares públicos.

Huelga decir que no se alcanzan hasta ahora los extremos que sí se alcanzaron en otro tiempo y en otro lugar. Pero más vale dejar de creer en mitos nada inocentes y estar ojo avizor.

El verdadero delito de Snowden

«Su verdadero delito, como es el caso en ocasiones, no es haber filtrado secretos. Los empleados del gobierno hacen eso todo el tiempo, impunemente. Su delito es haberse saltado la jerarquía. Él es un cualquiera. Un sencillo administrador de sistemas. ¿Cómo se atreve a retar a las grandes personas que manejan este país?»

Dave Winer, sobre Snowden.

Sobre Android y su (escaso) carácter libre

Google, Don't be open

Un comentario que dejé en Derrotero hace unos días, al hilo de un artículo de Ars Technica que leí en su día pero no llegué a comentar. Al leerlo de nuevo he pensado que valía la pena colgarlo aquí como post y añadir otro par de enlaces. A continuación el comentario en sí.

Bueno, esto no es más que otro rostro de la «estandarización corporativa» que se lleva practicando ya muchos años.

Hace años Adobe llevó la especificacón del archivo PDF y logró que se aprobara como estandard ISO. El único objetivo era poder decir que su suite de edición daba como output final un documento estandard ISO, porque por lo demás se trató de un estandard confeccionado únicamente por ellos, y que servía únicamente a ellos. En el que jamás se iban a aceptar contribuciones de los demás para satisfacer sus necesidades. Microsoft repitió la jugada con OOXML.

Ahora hay mucho software libre autárquico (como el que desarrolla Canonical) y luego tienes software que bajo cualquier estandard de software libre está en la frontera, o más allá. Sobre Android, si me permites el autobombo, hablé en 2011 a la voz de «Don’t be open» y luego «¿Cómo de libre es Android?», recogiendo la opinión de Stallman y otro análisis de Ars Technica en la línea del seguimiento que publicaron el mes pasado y que tú recoges en tu post.

Una pena que Nokia no se atreviera en su día con Maemo. Eso sí pudo ser revolucionario; así han terminado, comprados por un Microsoft zombie al que lo único que le queda son clientes cautivos (debe hacer años que no captan un nuevo cliente en ninguno de los mercados/productos que venden).

Este blog usa cookies para su funcionamiento.    Más información
Privacidad