De Bitcoin se habla mucho, no en vano es la más visible y conocida de las criptodivisas actuales. Se habla sobre todo de la especulación en torno a esta divisa pero más allá de eso, ¿cuál es el verdadero valor que proponen Bitcoin y las nuevas divisas digitales?
El principal valor añadido es la desintermediación respecto de los bancos centrales. Bitcoin es peer to peer, y ninguna entidad controla la emisión de moneda. Eso no significa que no vaya a haber intermediarios, al final, necesitamos un ente que actúe como proxy de Dunbar extendiendo los círculos de confianza más allá de nuestro entorno directo. Significa que habrá competencia por ser el intermediario elegido.
El otro día fue muy comentada una transacción realizada en Bitcoins en Blockchain, un popular mercado para esta divisa. En concreto, se transfirieron unos 195.000 bitcoins, el equivalente a 150 millones de dólares en la cotización actual. La comisión aplicada fue de medio bitcoin, o unos 350 dólares.
En Hacker News, desde donde llegamos a Blockchain, un comentario lo pone de relieve:
Considéralo así: pagaron 0.5 BTC (unos 350 dólares) por transferir 150 millones de dólares.
Una transferencia directa (no basada en crédito cedido por una tercera parte) de riqueza de esta magnitud entre dos entidades consiste generalmente en enviar físicamente, fuertemente custodiado, y asegurado, dinero en metálico, u oro. Dependiendo de la seguridad deseada en la transferencia, y de lo distantes que se encuentren ambas entidades en el globo, esto puede costar cientos de miles o millones de euros.
Bitcoin tiene un valor real. Resuelve problemas de una escala increíble.
Esta visión, que considero acertada, se alinea con lo que mencionaba hace dos años en Criptodivisas, software libre y autonomía para un futuro post-geográfico:
El corolario es que cada día que pasa y Bitcoin se afianza como metadivisa (divisa de intercambio), su credibilidad aumenta.
(…)
Las criptodivisas llevan en su código genético todo lo necesario para convertirse en ese Western Union global, instantáneo y optimizado.
Voilà. Pasaron volando estos dos años.