La privatización de las filtraciones

Un punto interesante en Pando Daily (vía Pere), sobre el derrotero que está tomando el asunto de las filtraciones de Snowden, al hilo de la compra de los archivos por parte del fundador de eBay y la fundación de un nuevo medio de comunicación en torno a estos archivos, contratando a los dos únicos periodistas que tienen acceso completo a los mismos:

Whistleblowing has traditionally served the public interest. In this case, it is about to serve the interests of a billionaire starting a for-profit media business venture. This is truly unprecedented. Never before has such a vast trove of public secrets been sold wholesale to a single billionaire as the foundation of a for-profit company.

Este rumbo no es del todo sorprendente, el gran Enrique Meneses (que ya no está con nosotros) vio como nadie que WikiLeaks era una nueva agencia de noticias, y esto vendría a corroborar ese fondo del asunto, si bien hay diferencias en la forma.

Y las formas importan. Lo cierto es que en el asunto de Snowden las «revelaciones» llegan con cuenta gotas, como una novela por fascículos perfectamente planificada, y uno se pregunta si desde el punto de vista de la defensa de las libertades y la privacidad frente a un espionaje estatal fuera de control no habría sido mucho mejor volcarlo todo directamente en algún sitio (¿torrent?) para facilitar el minado público de esa información por parte de cualquiera que esté interesado. Y para facilitarlo cuanto antes, por tantas manos y ojos como sea posible.

Sería quizá menos rentable para quienes lo han controlado hasta ahora (The Guardian, Greenwald, y ahora ese nuevo proyecto periodístico de Omidyar) a largo plazo, pero posiblemente mucho más deseable.

El artículo es interesante, aunque lo tomaría con cuidado: sobre este Omidyar leí hace unas semanas un perfil bastante terrorífico que está firmado (oh, casualidad) por el autor de este nuevo artículo, y más allá de que Pando Daily es un blog que no leo mucho, porque practica la deformante costumbre de reseñar la tecnología con el sesgo del que prioriza, por sobre todo lo demás, los temas que mueven dinero (cuando lo novedoso y lo revolucionario suele estar en esa fase en la que aún no se mueve demasiado dinero con ello).

Como digo, sobre ese otro tema podemos hablar mucho otro día, de momento me quedo con que el derrotero de las filtraciones de Snowden es cuanto menos bastante curioso.

Amazon, «Robots über alles»

amazon

Cada compañía tiene sus manías y sus sesgos, algunas tienen una visión tan marcada de cómo se deben hacer las cosas que impregnan todo lo que hacen. Amazon sólo se adentra en mercados de escala gigantesca, en los que la sistematización o la automatización son capaces de apurar un céntimo extra que permita marcar la diferencia sumando millones en beneficio no porque el margen sea groso sino porque trabajan con una altísima rotación de producto.

De vender millones de libros (pedidos pequeños de artículos pequeños ante los que Amazon no tiene reparos, pese a la «crisis» del sector editorial), actividades tan dispares como vender cualquier servicio relacionado con servidores e infraestructura (servidores, almacenamiento, DNS, servidores específicos para aplicaciones y javascript), a postularse como gestor de publicidad display y su más reciente anuncio, el de que en 4-5 años esperan poder entregar los pedidos usando una red privada de drones (ver por ejemplo la noticia en BBC). Aun considerando este último como una aspiración mas o menos irreal, la metáfora seguramente se alinee con el objetivo: sistematizar y automatizar la logística… Al máximo.

Lo que tienen en común todas esas actividades es que se trata de máquinas haciendo la tarea, con muy poca atención humana (algo cada vez más escaso proporcionalmente al número de robots, y por tanto cada vez más caro). En definitiva, la visión robots über alles de Amazon, sin duda una de los signos más distintivos sobre cómo esa empresa enfoca las cosas actualmente. Es lo que le hace un competidor temible y feroz; si tu negocio es automatizable y/o susceptible de ser escalado al infinito, antes o después Amazon invadirá tu jardín.

[Hace casi un par de años, tomando unas cañas con Jesús Pérez bromeábamos sobre la posibilidad de montar un servicio de pizza a domicilio que en lugar de repartidores usara drones… y bueno, parecía broma.]

Poche, un Pocket libre

Poche

Poche

Poche es una pequeña aplicación web libre y que como digo en el título permite tener bajo tu control una funcionalidad tipo Pocket (nombre actual del artista antes conocido como Read it Later). Esto es, ir guardando artículos que vamos encontrando a lo largo del día y no tenemos tiempo para leer (o a los que queremos dedicar una lectura reposada) y leerlos más adelante aprovechando una interfaz (la de Poche) especialmente pensada para leer texto. He dicho que replica Pocket y es que, de hecho, Pocket significa en inglés exactamente lo mismo que Poche en francés: bolsillo.

Sobre Poche en sí: es fácilmente instalable. Al contrario que sucede con otras aplicaciones, Poche es sencillo de instalar, incluso en servidores compartidos con poco margen de maniobra es fácil de instalar. En lo técnico, Poche está desarrollado en PHP, usa algunos componentes de Symfony y de hecho el sistema de plantillas y templates usa Twig, un sistema que cualquiera que conozca Drupal un poco ya debe ir manejando con soltura (por su propio bien).

Desde un punto de vista mucho más práctico, Poche cuenta con extensiones para Firefox y para Chromium que nos harán la vida mucho más sencilla. Además tiene una muy inteligente aplicación para Android y otra para Windows Phone que no he probado. Digo que la aplicación es inteligente porque se limita a añadir la acción de compartir en Poche a cualquier cosa que estemos viendo. No intenta coger todo el contenido de nuestro Poche y mostrárnoslo de una forma especial. Para eso Poche cuenta con un template base que es adaptativo y funciona de maravilla en móviles.

Además, existe un plugin que conecta Tiny Tiny RSS con Poche, poniendo la guinda a este pequeño pastel libre.

Gracias a Carlos Ucelay por el descubrimiento.

Actualización (2014-01-29): El proyecto cambia de nombre a Wallabag.

¿Impulsa la tecnología un mundo más conservador?

La tecnología y el mundo crecientemente dependiente de ella desembocarán en una sociedad mucho más conservadora que la actual. Esa es la respuesta que ofrece Tyler Cowen a esta pregunta en un largo e interesante artículo publicado en Politico.

Los dos argumentos principales que esgrime Cowen son:

  1. El envejecimiento de la población: por una parte los avances técnicos permiten que se viva más tiempo (aunque más nos vale aprender a usar mejor los antibióticos existentes, y los que puedan desarrollarse en el futuro), y por otra el descenso de natalidad, ambos referidos sobre todo a primer mundo.
  2. Meritocracia sostenida en el tiempo. La velocidad de innovación tecnológica es tan alta que Cowen ve factible el establecimiento de canales meritocráticos permanentes que permitan a personas de orígenes humildes alcanzar posiciones altamente rescompensadas y con gran influencia. Estas personas tienen un sesgo especial en cuanto a cómo ven la sociedad en que vivimos: saben que la oportunidad existe y creen que el que no progresa es porque no se esfuerza lo suficiente. En otras palabras: debido a su origen están especialmente equipados para no empatizar con los más desfavorecidos en la nueva sociedad ultratecnológica, no entienden por qué habría de existir más ayuda cuando con la actual ya existen oportunidades (ellos son el ejemplo demostrativo).

El primer factor es más determinante según Cowen. Algo de esto ya comentó en su día en su The Great Stagnation (aquí un post algo naïve sobre el libro). La columna de Cowen, de hecho, es un extracto de su nuevo libro, que creo que aportará poco sobre su anterior obra, pero seguramente merezca la pena leer (The Great Stagnation está muy bien).

Sesgo de (no) disponibilidad como pacificador social

Me gustaría destacar su percepción de que contrariamente a lo que se refleja desde la ciencia ficción (comienza su artículo refiriéndonos a Asimov), el crecimiento de la desigualdad observado desde hace décadas sería compatible en este futuro con lo que él llama «paz democrática», que es algo que yo vengo a asimilar a eso que se define como paz social desde el poder político y el poder sindical (admitámoslo, este último está tan poco identificado con los trabajadores como el primero). Afirma que este sistema crecientemente conservador y esta desigualdad al alza se tocan en los extremos, por ese curioso pero innegable mecanismo que hace que los más pobres sean los más inclinados hacia políticas restrictivas y conservadoras. Al fin y al cabo, y esto es lo que yo he visto en diversos lugares, son los más pobres y quienes poseen una menor cualificación profesional los que más miedo tienen a perder su empleo ante una avalancha de mano de obra barata llegada de otras partes del mundo. Visto desde ese ángulo, los que tuvieron la ocasión de estudiar y adquirir alta formación se pueden permitir el lujo de ser progresistas, porque ellos tienen trabajos en los que hoy estás aquí y hoy allí posteando fotos de restaurantes en Instagram. La realidad, claro, es que si las reglas son iguales para todos, nada te privaría de irte a vivir a un lugar donde te paguen más. Pero eso es otro tema, porque lo innegable es que si hablamos de empleo y falta de empleo la actual crisis es la nueva norma: la automatización crece (Foxconn planeaba ya en 2011 multiplicar por 100 el número de robots en sus fábricas hasta 2014) y el trabajo automatizable no volverá a ser realizado por personas, con el factor a tener en cuenta de que cada vez más tareas serán automatizables.

Todo en línea con su idea de la hiperespecialización que favorece Internet. En una competencia global, lo importante es ser el mejor en algo, aunque sólo tengas un reducido nicho de clientes. Es algo que ya viene comentando hace años en su blog, y cuyas consecuencias impregnan la interesante visión de Josu Ugarte sobre cómo crear nuevos empleos, que llega a la misma conclusión desde el extremo opuesto del tablero (donde Cowen es economista teórico profesor de universidad, Ugarte lleva toda años trabajando en internacionalización en el sector privado).

Algo que Cowen no menciona y quiero mencionar es que más desigualdad no equivale a más pobreza. Si yo tengo uno y tú tienes dos, y mañana yo tengo tres y tú tienes veinte, hay más desigualdad, pero yo no soy más pobre, sino que soy más rico. Es este escenario el más probable: más calidad de vida en muchos sentidos para un gran segmento de la población (otro segmento, no obstante, va a pasarlo muy mal por falta de acceso a puestos de trabajo), y sin embargo Cowen no dedica una línea a explicar esto, que es algo que con frecuencia se pasa por alto.

Una última idea que quiero rescatar de su columna es el concepto de «envidia local». Esto es, el sesgo de disponibilidad aplicado a la envidia común, y que se traduce en que nos cabreamos menos cuando vemos a un megamillonario, con su yate y su mansión y sus fiestas desatadas en su playa privada, de lo que nos cabreamos cuando vemos a ese conocido/amigo/familiar que apenas gana un puñado de euros al mes más que nosotros. Y esto es así porque nos cuesta imaginarnos a nosotros en la posición de ese megamillonario, de forma que la comparación parece irreal y no encontramos motivos para el cabreo. Sin embargo, con ese otro personaje que vive cerca nuestra o trabaja con nosotros o quizá estudió con nosotros, sí que nos identificamos. Nos identificamos badly y la pagamos con él, para entendernos.

Ese mecanismo, el mayor anestésico que hace posible la mencionada paz democrática pese a la campante desigualdad (ya explicado arriba), se ve potenciado principalmente por herramientas que nos permiten conocer hasta el último detalle de la vida que más nos rodean. Básicamente, stalkear constantemente el muro de Facebook de nuestros contactos nos provee de infinitos ejemplos para disparar el sesgo de disponibilidad de esa envidia local. Supongo que es el mismo mecanismo que está detrás de la infelicidad que genera el usar Facebook. Un motivo más para huir de esa herramienta y otras construidas bajo el paradigma del timeline.

Influyendo en la narrativa social para imponer una visión del mundo

Ciertamente, no me veo capaz de predecir el futuro, y desconfío mucho de este tipo de predicciones, pero creo que la columna tiene un toque acertado. En parte no mira al futuro sino que describe lo que vemos. Esa generación que llega de la nada y se alza con el poder económico en las últimas dos décadas ya influye enormemente la narrativa social, de forma que la amolda a su visión y sus gustos. En cierto modo, está detrás de ese mito del emprendedor que tanto daño hará a medio y largo plazo.

Quizá tengan la sensación de que les he destripado la columna, pero si tienen unos minutos vayan a leerla, que hay más cosas que no comenté y la web de Politico Magazine es tan agradable de leer que no creo que se arrepientan.

Bitcoin y su verdadero valor como divisa

Bitcoins

De Bitcoin se habla mucho, no en vano es la más visible y conocida de las criptodivisas actuales. Se habla sobre todo de la especulación en torno a esta divisa pero más allá de eso, ¿cuál es el verdadero valor que proponen Bitcoin y las nuevas divisas digitales?

El principal valor añadido es la desintermediación respecto de los bancos centrales. Bitcoin es peer to peer, y ninguna entidad controla la emisión de moneda. Eso no significa que no vaya a haber intermediarios, al final, necesitamos un ente que actúe como proxy de Dunbar extendiendo los círculos de confianza más allá de nuestro entorno directo. Significa que habrá competencia por ser el intermediario elegido.

El otro día fue muy comentada una transacción realizada en Bitcoins en Blockchain, un popular mercado para esta divisa. En concreto, se transfirieron unos 195.000 bitcoins, el equivalente a 150 millones de dólares en la cotización actual. La comisión aplicada fue de medio bitcoin, o unos 350 dólares.

En Hacker News, desde donde llegamos a Blockchain, un comentario lo pone de relieve:

Considéralo así: pagaron 0.5 BTC (unos 350 dólares) por transferir 150 millones de dólares.

Una transferencia directa (no basada en crédito cedido por una tercera parte) de riqueza de esta magnitud entre dos entidades consiste generalmente en enviar físicamente, fuertemente custodiado, y asegurado, dinero en metálico, u oro. Dependiendo de la seguridad deseada en la transferencia, y de lo distantes que se encuentren ambas entidades en el globo, esto puede costar cientos de miles o millones de euros.

Bitcoin tiene un valor real. Resuelve problemas de una escala increíble.

Esta visión, que considero acertada, se alinea con lo que mencionaba hace dos años en Criptodivisas, software libre y autonomía para un futuro post-geográfico:

El corolario es que cada día que pasa y Bitcoin se afianza como metadivisa (divisa de intercambio), su credibilidad aumenta.

(…)

Las criptodivisas llevan en su código genético todo lo necesario para convertirse en ese Western Union global, instantáneo y optimizado.

Voilà. Pasaron volando estos dos años.

Obamacare, la NSA y la disfuncionalidad federal estadounidense

Obamacare

Obamacare

Una idea: la disfuncionalidad federal estadounidense se refleja en el hecho de que una parte del gobierno de los Estados Unidos sea capaz de espiar simultáneamente a la mitad (o más) de la humanidad y otra parte sea incapaz de hacer una página web que permita buscar seguros médicos subvencionados por el Estado.

Pese a toda la polémica alrededor de Obamacare (que llevó al polémico «cierre» de gobierno de hace unas semanas), en Mother Jones extraen una conclusión interesante:

En realidad todo el asunto es por la web. En los sitios en que está funcionando, la gente se está registrando y está bastante contento con lo que están obteniendo. El precio de algunos servicios premium es un problema para algunos, pero no para demasiados. La conclusión más imporante es la peor pesadilla para el Partido Republicano: una vez que Obamacare lleve funcionando un tiempo, va a ser muy popular.

Tan sólo arreglad la maldita web.

Para quien no haya seguido el tema, la web a través de la cual debía agilizarse la contratación de los nuevos seguros médicos es ahora mismo un desastre tan catastrófico del que están intentando buscar culpables (con testimonios variables según quién hable, claro).

Para recordar un poco de qué iba esto de Obamacare y de qué iba la pelea política entre unos y otros, recomiendo el excelente resumen en Obamaworld.

ACT
RD
VS
CTN

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