El rejuvenecimiento de los contextos y la Internet post-Timeline

Diskette, un modelo 3D del icono de guardar

Diskette, un modelo 3D del icono de guardar

– Eh, chico, ¿has visto alguna vez uno de éstos?
– Guau, has hecho una versión 3D del icono de guardar.

Las cosas han cambiado. No es que no se conserve la frescura de aquellos maravillosos años descubriendo Internet. Existió, existe, y existirá. Es que esa gran masa de usuarios que se incorpora e incorporará a Internet ahora miden su experiencia de otra forma. Tienen sus propios recuerdos y pretender que adquieran los de quienes estuvimos allí es además de una quimera, un ejercicio de manipulación de la propia vida muy parecida a la del nacionalismo (inocular recuerdos que no son tuyos porque no estabas allí ni lo viviste en primera persona).

Las diferencias son tangibles en la forma tan dispar en que las personas afrontamos los sistemas operativos tabletizados y los servicios web tabloidizados. Pero sucede también en la forma en que reflexionamos sobre herramientas tipo WhatsApp o Telegram.

Sucede como en la imagen que acompaña este post: el recién llegado no posee el contexto de lo que es un diskette de 3.5″, no tiene recuerdos ni emociones vinculados al mismo, como no los tendrá vinculados al sonido del módem. Y con muchas otras cosas (mi detalle preferido de esa imagen es el 42 de la camiseta, ¿cuántos menores de 25 años han leído La guía del autoestopista galáctico?).

Qué demonios, sucede incluso con algo tan fundamental como unos foros. Un foro es una encarnación de la idea más vieja de Internet: tener un sitio en el que debatir por escrito con otras personas. Y siguen vivos porque aún siendo la idea más vieja del libro, aún funciona. Cabe preguntarse, eso sí, ¿para quién funciona?

No me refiero a quién es útil en general, claro, sino a quién está dispuesto a saltar a una herramienta que tiene un nombre que suena ajado, viejo. Y, por supuesto, cómo podemos renovarlo para que más personas pierdan el miedo a conocer y usar este tipo de herramientas en una Internet post-Timeline que aprenda de la última década de servicios web para mejorarlos y volver a construir espacios donde los protagonistas también sean las personas y sus inquietudes, y no siempre los anunciantes y sus ROIs.

Por eso es valioso Discourse, el software con el que funcionan los foros y que mis buenos amigos de Territorio creativo ahora usan como sistema de comunicación corporativa interna. Un software creado con el leitmotiv de actualizar la idea de foros a lo que se espera de una aplicación web actual.

Y por eso estaré encantado de asistir al primer encuentro europeo sobre Discourse el próxima día 27, impulsado por Territorio (que ha tenido el detalle de invitarme a participar), aportando mi experiencia en un evento centrado en esta herramienta de software libre, sus implicaciones, sus virtudes, y su rol de cara al rejuvenecimiento de los contextos que han de permitir a una nueva generación comunicarse si no con la misma ilusión del explorador que aprendía HTML cuando nadie sabía qué era Internet, al menos sí con la misma espontaneidad y la misma frescura (si no más), y con la misma comodidad, en un espacio que permita conversar y reflexionar. Es una de las grandes promesas de Internet, seguramente una de las que aún podemos rescatar y poner en práctica.

La nueva generación de personas en Internet no comparte los recuerdos de la generación anterior, y esto nos ofrece un reto: ¿cómo transmitir el conocimiento acumulado en estas dos décadas sin imponer las viejas formas de hacer las cosas? Es un proceso por el que muchos apostamos desde el primer momento porque creemos en ello. El día 27 nos juntamos a aprender unos de otros. Seguimos avanzando.

Tarea, serendipia, y navegadores

Ayer se me colgó Firefox. Exactamente no se colgó, sólo que lo cerré y al abrirlo no me recordó las pestañas que tenía abiertas (ni las fijas ni las otras). No perdí lecturas pendientes porque todo estaba ya esperándome en mi Wallabag (una de las webapps que más uso últimamente), pero al perder las pestañas abiertas gané cosas.

En este blog he escrito poco últimamente. Noblesse obligue que dirían al norte de los pirineos. Mucha tarea y aunque tengo ideas y reflexiones en la cabeza, no encuentro cuándo escribirlas. El caos de ayer se llevó por delante mi pestaña de Hootsuite, y he tardado 15 horas en darme cuenta. Me he dado cuenta ahora al ver lo muy bien que he avanzado hoy, añadiendo además lo poco cabreado que estoy (algo que si entras a Twitter un poco más de la cuenta viene casi de serie).

Creo que la voy a cerrar mucho más a menudo. Esta decisión es lo que he ganado con el fallo de Firefox. A graceful fail.

Presentación «Drupal: qué, por qué, cómo y cuándo usarlo»

Como comentábamos hace un par de días, ayer estuvimos en T3chFest hablando de Drupal. El evento (que aún se extenderá a la jornada de hoy, aunque desde Cartograf no podamos quedarnos a participar) estuvo muy bien y el track de software libre estuvo de lo más interesante con las charlas sobre cómo trabajar en una empresa distribuida, la de cómo contribuir al software libre, la participación de Mozilla hablando de Firefox OS, o la del jefe de sistemas de Github. Como decía, una jornada bastante completa.

Aunque no es lo mismo que asistir a la conferencia (y por supuesto no está presente el interesante debate de preguntas y respuestas que siguió a la misma), no quería dejar de compartir por aquí las diapositivas que usé en la misma, por si resultan útiles a alguien; aunque desde luego estoy seguro de que se puede hacer mucho mejor. No se asusten si ven alguna provocación… de alguna forma había que animar la conversación posterior a la exposición.

Están preparadas con Impress.js así que se pueden ver directamente en el navegador: ver Diapositivas de Drupal: qué, por qué, cómo y, sobre todo, cuándo utilizarlo. T3chFest, Madrid, 6 de febrero de 2014.

En el T3chFest, hablando de Drupal

Mañana jueves estaré en el T3chFest organizado por la Universidad Carlos III de Madrid hablando de Drupal, qué es, por qué, cómo y, sobre todo, cuándo utilizarlo, dentro del track de conferencias de software libre.

Será una charla introductoria, en tono muy didáctico, sobre las fortalezas de esta herramienta, que servirá también para situarla en el contexto de otras aplicaciones similares, de forma que se facilite esa (a veces complicada, a veces precipitada) toma de decisión inicial que atañe a qué software usar como base para construir un proyecto determinado.

La charla será a las 19:00 horas y si vais a estar por allí, os recomiendo que asistáis si queréis conocer un poco más acerca de Drupal.

Una vez más, la (porquería) de web de Renfe

Es un clásico de la Internet española: la web de Renfe. Ha estado ahí desde el principio para regalarnos chascarrillos y chistes y burlas y de todo.

Pero ya no me salen más chistes, porque es que lo de la web de Renfe no tiene ni chispa de gracia. Porque tantos años con una web de mierda. Una web que por más que actualicen sigue sin funcionar, y eso que seguro que se gastan una millonada cada vez. De hecho, seguro que para renovar esta web han pagado sin rechistar los cheques que luego no pagan en medidas de seguridad. Como si lo viera.

El flujo de los acontecimientos ha sido:

  • He intentado comprar un billete. Como quiero factura, y el sistema te recomienda loguear antes de rellenar los datos, pues lo he intentado; sin éxito.
  • El sistema no recuerda mi usuario. Voy a intentar recuperar mi contraseña, pero el enlace da error. Ah, es que hay que poner el nombre de usuario en el formulario de login y luego darle a recuperar contraseña (todo muy normal, vamos).
  • El sistema no envía la verificación al correo asociado a ese usuario, sino que me pregunta el nombre de mi mascota. Vaya, es que la web no deja completar el registro sin escoger una pregunta sin sentido. No sé qué respondí en su día, porque la verdad es que jamás tuve ni tengo mascota.
  • Voy a intentar crear otro usuario, y santas pascuas. El sistema no me deja poner mi contraseña porque «sólo se aceptan letras A-Z, números 0-9, punto ., guión – y guión bajo _»). Gracias Renfe por obligarme a usar una contraseña insegura; viendo lo fácil que será recuperar mi cuenta el día que alguien obtenga acceso no autorizado me quedo mucho más tranquilo.
  • En realidad, no he llegado ni a poner una contraseña insegura (aunque lo he intentado, porque el sistema no me deja registrarme porque dice que ya hay otro usuario con mi NIF (dato que el sistema pide para registrarse). Vamos, que el sistema sabe que yo ya tengo un usuario y no me deja hacer otro.
  • Ni me dejan acceder a mi cuenta, ni me dejan cambiar la contraseña, ni me dejan registrarme.

Gracias Renfe, no veo el día en que entre al mercado español alguna empresa francesa o alemana para darles a ellos todo mi dinero y no viajar nunca más con vosotros.

Presencia digital propia, externalizada y no gestionada: la buena, la fea y la mala

Uno de los conceptos clave durante la elaboración de un proyecto digital es el de presencia digital. En concreto, lo que necesitamos identificar en esos primeros latidos de un proyecto digital es qué tipo de presencia queremos cubrir con el proyecto y qué tipo de presencia realmente estaríamos cubriendo con el enfoque que se plantea para el mismo. Esto es, el objetivo es dejar claro cuáles son las necesidades que encontramos y qué cambios hay que realizar al proyecto en esta fase de planificación para que cuando esté culminado estemos efectivamente paliando el problema detectado.

Es en este punto en el que en Cartograf siempre echamos mano de los conceptos de presencia digital propia, externalizada y no gestionada. ¿Qué son y cuáles son las diferencias?

Presencia digital no gestionada

Ésta es la mala, no por lo que se dice de nosotros sino porque nosotros no podemos influir en ello. Puede ser una noticia de prensa, o una opinión en un blog, o un comentario más o menos llamativo (o más o menos agresivo, o veraz, …) hecho en una web como Twitter o YouTube. Cualquier cosa que alguien interesado en nosotros pueda encontrar cuando se informe sobre lo que ofrecemos, ya sea buscando en Google o por cualquier otra vía.

Por supuesto, esta presencia no es intrínsecamente negativa: la nota de prensa puede alabar el impacto de nuestra gestión sobre la empresa y el empleo generado, el blog puede hacer una review positiva de nuestro producto, y lo mismo sucede con ese tuit o ese vídeo.

Lo que define y une a todas estas piezas de información es que existen sin que nosotros publiquemos nada, ni podamos hacer nada para evitarlo. Antes de Internet se podía aspirar a controlar lo que se decía de nosotros (la leyenda cuenta la mano de hierro con que algunas empresas muy conocidas apretaban a los medios), y ahora ya no. Lo sabemos desde los 90 y es la base principal de eso que ahora se llama social commerce, un término con el que no estoy de acuerdo pero que viene a decir que las personas, antes de comprar, van a investigar a fondo lo que vendemos, por todas las vías posibles, informándose desde muchas fuentes diferentes, la mayoría de las cuales (por sencilla estadística) no controlamos.

Debido a esto último, uno de los objetivos principales de nuestra presencia digital (a continuación hablamos de dos formas de enfocarla) será servir de contraste y complemento a lo que para bien y para mal pueda estar comentandose en Internet sobre nosotros.

Presencia digital gestionada y externalizada

Esta no es tan mala, es sencillamente, la fea. Está formada por toda la presencia web que depende de nuestra actividad directa, pero que no controlamos completamente por estar construida sobre servicios e infraestructura de terceros. Típicamente aquí encontramos nuestras perfiles en servicios «sociales» tipo Facebook, Twitter, Linkedin, o Pinterest. Pero también hay ocasiones en que aquí se incluyen espacios sobre los que tenemos un poco más de control, como nuestro blog si lo tenemos en algún servicio gratuito tipo Blogger, WordPress.com o Tumblr.

En estos perfiles, al ser espacios que controlamos nosotros, el mensaje es el nuestro y ahí no debería haber sustos. Hay dos aspectos, no obstante, que conviene no olvidar:

  • El contexto que rodea el mensaje escapa a nuestro control. A veces el servicio sólo es visible de forma sutil (como en el caso de Blogger) y otras veces canibaliza nuestro mensaje con su marca, lo envuelve y resulta muy difícil diferenciarnos y marcar diferencias, como en el caso de Facebook, donde nuestro mensaje tiene un formato muy predefinido y un tamaño muy concreto, estando además rodeado por todas partes de los colores y la identidad corporativa de nuestro anfitrión (del que pone la web y el servidor, para entendernos).
  • En esta presencia el propietario de la web, y el propietario último del perfil, es el dueño del servicio. Si decide que hemos inclumplido alguna norma, nos lo cerrarán. Si decide que a su modelo de negocio le va mejor que paguemos por lo que antes era gratis, lo harán de pago, como ya podemos observar en Facebook de forma muy acentuada desde verano de 2013. Nuestra comunicación está mediada por el diseño de un software (el que gestiona estas webs de terceros) que no controlamos y en cuya evolución no podemos influir. Si Internet promete desintermediación, al externalizar nuestra presencia web en estos servicios desperdiciamos esa oportunidad y cedemos ante un nuevo intermediario (ya sea éste Twitter, o Facebook, o Pinterest, etc.).

Ambos aspectos influyen negativamente en nuestro mensaje y nuestra comunicación, y por tanto en nuestros objetivos de negocio online (sean cuales sean los objetivos que hayamos fijado). Esto no significa que no haya que usar estos servicios, pero sí significa que hay que usarlos siendo tremendamente conscientes en todo momento de dónde está el norte, para no dejar de caminar en esa dirección: el objetivo de esta presencia web externalizada (siempre que la integremos en nuestra estrategia) debe ser generar una audiencia y canalizarla hacia donde podamos más adelante tratar con ellos directamente, sin intermediarios.

Conviene recordar lo mencionado acerca de construir identidad y marca en espacios que no controlamos en Identidad, marca, y dominios.

Presencia digital propia

Ésta es la más fácil de entender: se trata de nuestra presencia en nuestras propiedades web, típicamente será nuestra tienda online, o nuestra web corporativa, el conjunto de blogs de nuestra empresa y cualquier otro recurso web que estemos publicando.

Las ventajas respecto de la presencia externalizada son claras: desde la posibilidad de personalizar y adaptar completamente el contexto en el que nos comunicamos con nuestro público hasta la desintermediación y la libertad de expresar nuestro mensaje como mejor convenga a nuestra marca, y no dentro de los límites que mejor vienen al propietario de una web externa (por ej. Facebook). No resulta sorprendente que pese a que suponga un esfuerzo algo mayor que mantener perfiles en web externas, cada vez más empresas vean en la creación y mantenimiento de presencia web propia una necesidad, como leíamos en el blog de Zenith hace unos días.

Conclusiones

El diagnóstico va a depender del proyecto, y el rol y la importancia de cada uno de estos aspectos de nuestra presencia digital también. Pero es algo que no podemos dejar de analizar cada vez que se aborda un nuevo proyecto ya sea propio o para un cliente. En ocasiones, lo que se quiere paliar y las acciones que se llevan a cabo para paliarlo no van de la mano precisamente porque se ha obviado analizar adecuadamente esta cuestión.

De alguna forma, la frontera entre presencia externalizada y propia es menos evidente (o más borrosa), por cuanto en ambos casos la estamos gestionando nosotros. De ahí que sea especialmente importante prestar atención a lo que hacemos en uno y otro caso, para no dar por sentado que ciertos frutos del trabajo que sólo obtendremos trabajando con presencia digital propia vendrán «por su propio peso» actuando de otra forma. Sólo así conseguiremos obtener el mejor resultado posible.

Wallabag, nuevo nombre para el proyecto Poche

Poche

Tras las vicisitudes a las que se ha visto sometido el proyecto Poche tras la amenaza de demanda por parte de Pocket, el mismo cambiará de nombre para evitar problemas a su desarrollador (algo que aunque duela por ver la fiereza con la que sobreactuó Pocket, seguramente sea lo más inteligente). El nuevo nombre es Wallabag y dado que he hablado de este proyecto más de una vez, pues no quería dejar de avisar del cambio.

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