Integrando la pedia

VS Pedia 2018

Hace un par de meses debatíamos con TarekJor en los foros sobre las mejores formas de gestionar conocimiento en la web, más allá del CMS usado para ello.

La conversación llevó a hablar de Pedias, por supuesto, e inevitablemente de software con el que gestionarlas. Ahí comenté que:

paradójicamente, para un grupo de trabajo definido el peor a día de hoy es MediaWiki. MediaWiki sólo es potente a día de hoy cuando se esperan contribuciones de cualquiera, estilo Wikipedia. Para todo lo demás, por integración y facilidad de gestión, cualquier CMS es mejor.

Es algo que sabemos hace años. Hace muchos años que nadie en su sano juicio instala un software tan específico como MediaWiki. Mientras que la suite de Atlassian está muy posicionado entre las soluciones comerciales, con Confluence comandando la gestión de conocimiento, muchas empresas optan por habilitar una zona web privada e interna para sus trabajadores, construida en gestores de contenidos habituales en webs grandes/muy grandes como Drupal. En Cartograf teníamos este sistema hace ya cinco años, en una web construida con Drupal.

Por mi parte, para una modesta pedia con un centenar de entradas como la que sirve de contexto a este blog lo más sencillo era poner mi dinero allí donde puse mi boca. Es algo que debí hacer hace más de un lustro, pero por pereza seguía manteniendo la vieja.

Pero hoy puedo contaros que ya tenemos la nueva-vieja Pedia integrada junto con esta web, en el mismo dominio. Sigamos aprendiendo.

John Perry Barlow, in memoriam

John Perry Barlow

Anoche fallecía John Perry Barlow, a quien en este blog siempre veneramos y quien escribió uno de los textos más inspiradores jamás escritos sobre Internet: la declaración de independencia del ciberespacio.

Precisamente dicha declaración cumple años hoy, ya que fue pronunciada el 8 de febrero de 1996 en Davos. Barlow fundó también la Electronic Frontier Foundation.

Este blog se llena poco a poco de necrológicas: Aaron Swartz, Ian Murdock, y ahora John Perry Barlow. Ley de vida, supongo. Un día para pensar algo más en aquello de la Internet de los muertos.

Esto ya lo dijo Douglas Coupland

Gracias a Antonio Ortiz leo un artículo muy interesante en The Atlantic, sobre todo para quienes gustamos de leer: Why We Forget Most of the Books We Read. Una cita relevante del mismo:

Research has shown that the internet functions as a sort of externalized memory. “When people expect to have future access to information, they have lower rates of recall of the information itself,”

Y no he podido evitar pensar que una vez más hace falta un sesudo estudio para confirmar lo que ya sabíamos, lo que Douglas Coupland ya escribió a modo de chanza hace más de dos décadas en Microserfs: hay más memoria fuera que dentro de nosotros, hemos periferizado nuestra esencia.

Y bueno, más allá de las bromas, el artículo es interesante y también serio por cuanto implica de cómo nos estamos adaptando al mundo digitalizado en que vivimos.

La neutralidad de la red explicada con Whoppers

Hace unas semanas, Estados Unidos aprobó una reforma que podría poner fin para siempre a la neutralidad de la red y con ello a la red que hemos conocido hasta ahora.

Es un tema complejo y por eso me ha gustado especialmente esta campaña de Burger King explicando la neutralidad de la red y los efectos de su desaparición usando el Whopper como ejemplo.

Sí, estoy a punto de recomendar que veáis un vídeo-anuncio de Burger King. (En inglés, sorry.)

La incalculable influencia del modelo «gratis con publicidad»

El incalculable daño del modelo «gratis con publicidad»

La forma en que se puede rentabilizar una nueva tecnología influye inequívocamente en su promoción, adopción, y evolución. Si una tecnología no tiene modelo de negocio claro puede ser olvidada y perderse, como la tecnología para llevar al hombre a la luna -viable hace medio siglo y casi quimera hoy en día- o los periféricos calefactados que se fabricaban hace una década y (casi) nadie compró, por lo que quedaron olvidados. Internet misma fue inventada décadas antes de que su uso eclosionase entre un público generalista, y para ello tuvieron que pasar dos cosas: primero, que los costes del hardware bajasen; y, unos años después, que alguien descubriera cómo ganar dinero con ella.

La web, como subtecnología dentro de Internet, tardó comparativamente mucho menos en explotar. Descrita en 1989 por Tim Berners-Lee, el primer servidor web del mundo se activó en 1990, pero no fue hasta 1993 que el CERN publicó y liberó la tecnología que hacía la web posible. Lean la historia, es recomendable.

Sólo un año después, en 1994, aparecería una de las innovaciones que más ha influido en el devenir de la web como la conocemos: el banner publicitario. (La otra, posiblemente, es XMLHttpRequest, que fue ideado originalmente en Microsoft, ahora es usado por todo el mundo, y hace posible -entre otras muchas cosas- que en tu navegador puedas usar aplicaciones web molonas y complejas de verdad.)

Lo que están pensando es cierto: en apenas un año alguien ideó una forma de ganar dinero con la web sin cobrar directamente a los visitantes que iban a consumir los contenidos de la misma. Un modelo de negocio que nos persigue hasta nuestros días, impregnando todo lo que se hace en Internet, forzando todo tipo de subterfugios (de las cookies a los formularios ocultos para robar e-mails o los scripts malware para minar criptodivisas usando la CPU del visitante, por supuesto sin avisarle de que lo estamos haciendo) para recoger datos de usuarios y realizar seguimiento de sus actividades.

Es un asunto complejo que admite matices, pero en perspectiva y al correr los años pocas cosas han resultado tan determinantemente dañinas para Internet como el modelo de «gratis con publicidad». No sólo incentiva una interacción nociva con los usuarios, sino que además y mediante la acumulación de efecto red en el servicio gratuito, impide la aparición de competidores basados en otros modelos que siendo más respetuosos con la privacidad del usuario puedan cambiar las reglas del juego en un ámbito mayoritario.

Desconozco si hay alternativa a este modelo, aunque a corto plazo diría que en la web abierta no lo hay, por el gigantesco efecto red en contra de todo lo que se intente hacer sin comulgar con esa rueda de molino. Lo que es peor, al ser una variable contabilizada por las grandes empresas dentro de sus canales de facturación, no creo ni tan siquiera demasiado probable la opción de que pagando te quiten los banners. Google, sin ir más lejos, permite pagar para tener almacenamiento extra, pero no para quitar la publicidad de GMail.

Consultoría de innovación y buenaventura

You see, I am the only one of us who brings in any money. The other two cannot make money fortune-telling. This is because they only tell the truth, and the truth is not what people want to hear. It is a bad thing, and it troubles people, so they do not come back. But I can lie to them, tell them what they want to hear. So I bring home the bread.

Neil Gaiman, American Gods

Se acabaron las fiestas, espero que el año haya comenzado bien para todos y que este blog tenga algo más de vidilla de la que ha tenido últimamente, ¿lo lograré?

Robando usuario y contraseña mediante formularios ocultos y la opción de auto-completar

Una nota muy breve sobre seguridad y privacidad.

Comentaban en Freedom to Tinker (via The Verge) hace un par de días que han encontrado en numerosas webs formularios ocultos embebidos en el contenido HTML de la web con el único fin de recolectar e-mails con el objetivo de seguir la actividad del usuario. Añaden que no han encontrado pruebas de que se esté recogiendo la contraseña por la misma vía.

Sin embargo, el mismo método que sirve para recuperar un campo (usuario) sirve para recuperar el otro (contraseña), por lo que no podemos estar seguro que eso no suceda, o haya sucedido ya en el pasado por parte de atacantes maliciosos.

Soluciones drásticas tipo eliminar soporte para scripting en los navegadores (Daring Fireball) ayudan a enmarcar el problema de seguridad, pero no sirven aquí pues en realidad supondrían amputar el brazo para evitar una venda a causa de un esguince.

Lo que sí sirve es la vieja y sanísima costumbre de no guardar credenciales de acceso en el navegador. ¿Desea recordar este usuario y contraseña? NO. Y eso es lo que quería dejar por aquí escrito. Siempre fue un buen consejo y visto lo visto, sigue vigente y cada vez es mejor consejo: no almacenes usuario/contraseña de ninguna web usando los sistemas del navegador que luego le permiten autocompletar formularios.

[Este post ha estado en borrador demasiados días, tantos que se nos ha metido entre medias el gran asunto de seguridad reciente, las conocidas vulnerabilidades a nivel de hardware en todos los chips Intel y también en AMD y ARM. Es todo muy interesante, cuando tenga tiempo escribo al respecto.]

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