Marketing Personalizado

Hace unos días hablábamos de publicidad desbocada, hoy dejo una pequeña cita de Syndicate content Chips Espías (el libro de Katherine Albrecht y Liz McIntyre) en la que se habla del uso que la Syndicate content RFID tiene como herramienta de mercadeo intrusiva, algo por lo que también la rechazamos en este blog. Este uso fue el que hizo que los chips RFID recibieran precisamente el nombre más odiado por la industria (porque es el que a más gente abre los ojos): Chips espías.

«La educación de mercadeo se basaba en cuatro Pes: producto, precio, posición y promoción. La idea era bastante sencilla, fabricar un buen producto, asignarle un buen precio, colocarlo donde la gente pudiera hallarlo y decirles lo bueno que era. Ese es un enfoque comercial bueno, limpio, y honesto en el mercado libre. No obstante en los últimos quince años una nuva P se ha cernido sobre las demás: Personas.

La nueva P hace énfasis en saberlo todo acerca de los clientes para poder influir en sus decisiones. De lo que se trata también es de discriminar contra los clientes que buscan ofertas o que tienen desventajas económicas mientras que se atiende a los que dan beneficios.

Esto tampoco es un lecho de rosas para los clientes de la parte superior de la escala: Cada uno de sus movimientos está bajo el microscopio de los agentes de ventas y sus valiosos datos de ventas se estudian para fines internos y se trafican al mejor postor.
(…)
Dicen al público que es por su propio bien, que el saber quiénes son y qué les interesa ayudará a servirles mejor (…) pero el verdadero objetivo es hallar modos más eficientes de separarnos de nuestro dinero

Amén.

La caza de hackers

Desde que en la edad media la Santa Inquisición dedicara sus esfuerzos al noble arte de purificar en las llamas a todo aquel que se atreviera a discrepar de La Verdad Única bajo la acusación de practicar la brujería, se engloban bajo el nombre de caza de brujas todas las prácticas que a lo largo de la historia van encaminadas a conseguir que un grupo de personas sean condenados injustamente (bien porque no sean culpables o bien porque las penas sean alarmante e injustificadamente altas) por mantener posiciones discrepantes con el poder en cada momento (sea éste político o religioso).

Una caza de brujas que todos recordamos son la de comunistas en los Estados Unidos de la guerra fría., que contemplamos lejana en los tonos blanco y negro de los documentales de hace medio siglo. Sin embargo en la actualidad, desde los años noventa, existe una caza de brujas que no se ha detenido ni un momento: La de «Hackers», que también es conocida como La Caza de Hackers, o The Hackers Crackdown, tal y como la denomina Bruce Sterling en su libro. Vale, vale, antes de que me gritéis que eso no es nuevo voy a matizar que estoy de acuerdo, no es nuevo, pero no deja de serlo: Casos recientes como el de McKinnon, cuya extradición a los Estados Unidos está casi aprobada hacen que siga siendo vigente, casos desproporcionados como el de Kevin Mitnick, condenado a no acercarse a una computadora ni a un teléfono móvil (¿es posible vivir en occidente en esas condiciones actualmente?) tras ser condenado en los estados unidos por «actividades informáticas ilegales».

Estos días nos enteramos de que ha sido arrestada la mayor banda de hackers chilenos, a los que se les acusa de haberse introducido en multitud de servidores web de distintos gobiernos por sudamérica. Y la cuestión aquí no es si son o no son culpables, seguramente sean culpables de aquello que se les imputa; la cuestión es: ¿lo que se les imputa y las penas que se pedirán estarán acordes al delito cometido?

Con internet hay un problema: Los gobiernos le tienen miedo, hay demasiada libertad, tanto de expresión como de acción. Como no encuentran manera eficiente de ponerle puertas al campo la estrategia pasa por demonizar el medio. Así es como internet se convierte cada día en un nicho de pornografía, pederastía, piratería y delincuencia digital. Porque interesa que se vea con algo de miedo todo lo que sea hacer algo que no está previsto. Vamos, que según los gobiernos nadie se conecta a internet para trabajar, leer las noticias, comunicarte con tus familiares y amigos… Todo eso no existe. Internet es sinónimo de delito, ese es el mensaje oficial de los gobiernos, recordemos que en España la reforma del código penal va a tipificar como delitos informáticos la simple intromisión de un sistema informático, aunque no robes, copies, modifiques nada; esto es lo que se conoce como hacking blanco , cuya única motivación es la de desarrollar un conocimiento, o probarlo; saber si puedes conseguirlo sin hacer «mal mayor». Eso ya no será falta, si la reforma continúa tal como la quieren hacer te podrán enviar a la cárcel por eso. ¿Es esto el fin del hacking blanco?

La historia nos demuestra que las condenas que han recibido los hackers a lo largo de la historia siempre han sido desproporcionadas (ya hemos comentado el caso exagerado e imposible de llevar a cabo de Mitnick, condenado a no estar cerca de ningún dispositivo electrónico). Y repito, no es que defendamos el asalto de ordenadores ajenos desde este blog -no lo hacemos en absoluto-, pero desde luego defendemos una penalización justa de estas acciones. ¿Se aprovechará este caso en Chile para dar un severo correctivo al grupo y así aleccionar a todos los que tengan pensado jugar con sus computadoras de un modo «distinto»? La experiencia nos dice que así será.

Internet como república popular (C. Sánchez Almeida)

        La revolución nunca ha sido cosa de élites. Las vanguardias revolucionarias sólo tienen dos destinos: traicionar a la revolución o ser devorados por ella. La revolución depende de cientos de miles de manos.

        Hace poco formulé dos preguntas al público en una charla «Kopyleft». Primero pedí que levantasen la mano todos aquellos que en el último mes se habían bajado una obra intelectual de Internet: se alzó un bosque de brazos, entre ellos el mío. Después pregunté cuántos, en el mismo periodo temporal, habían pasado un libro por el escáner y lo habían subido a la Red. Nadie.

        Liberar la cultura no es conseguir gratis los productos de la industria del entretenimiento. Liberar la cultura es, por encima de todo, liberarnos a nosotros mismos del imperialismo cultural al que estamos sometidos. Liberar la cultura es rebelarse frente al adoctrinamiento de masas. Liberar la cultura es negarse a ser borregos.

        Luchar por la liberación de la cultura no sólo es «ripear» deuvedés. Por cierto, un verbo éste que he llegado a leer en un acta notarial levantada por una entidad de gestión de derechos de autor, cuyos responsables, tan versados en productos culturales, deberían saber que el castellano incluye el hermoso verbo «destripar». Y para qué limitarnos a destripar deuvedés, si podemos destripar el sistema.

        Luchar por la cultura es saquear las bibliotecas y llevarlas a la Red. Luchar por la cultura es conseguir que ningún niño deje de leer un libro, en un rincón perdido de Latinoamérica, porque no pueda comprarlo. Y quien dice leer un libro, dice también conseguir medicamentos contra el SIDA. O poder plantar trigo sin pedir permiso a nadie.

        Nadie nos regala los derechos. Hemos de conquistarlos y defenderlos a diario, con la única fuerza de la que disponen aquellos que nacieron desnudos: la fuerza de nuestras manos.

        Para construir la nueva república popular de la cultura son necesarios cientos de miles de manos. Si cada uno de nosotros lleva uno de sus libros a la Red, nadie podrá parar esta revolución.

        Ni copyright, ni copyfight, ni copylight. Ha llegado la hora de la copia a secas, de la libertad a secas. Más allá de los derechos a copiar y remezclar obras, pensad en lo que sois, y en cómo habéis llegado a ser lo que sois. Sois producto de miles de millones de mezclas. Sois copias, y habéis nacido para copiar y ser copiados. Este es vuestro gran momento: vuestras copias genéticas os lo agradecerán.

Carlos Sánchez Almeida, República Internet

Medidas Ineficaces

Desde hoy no se pueden llevar líquidos ni geles ni nada parecido en un avión.

Ah, disculpe, que ese enunciado es falso, en realidad los legisladores han pensado en todo y para que no podamos hacer la afirmación anterior nos permiten 100 ml de líquido (o gel), con la condición de que se transporte en una bolsa transparente. ¿Existen botes de 100 ml de algo que no sea pasta de dientes? Microformatos de gel, colonias… suena bien, 100 ml de gel al precio del macrobote anterior. Eso es mercadotecnia. ¿Querrán crear un nuevo negocio en los duty free? Debe ser eso, porque la prohibición no ha alcanzado a los líquidos que se compran en las tiendas de duty free, se ve que hay demasiado mercado de puertas de seguridad hacia adentro, y ahí nuestra supuesta «seguridad» hace aguas estrepitosamente.

Hipocresía. Se ve que unos supuestos 100ml de nitroglicerina no serían suficientes para volar un avión. ¿o sí? ¿qué sucede entonces? En el improbable caso de que un grupo de terroristas decida atacar un avión con agentes explosivos líquidos altamente difíciles de manipular y altamente inestables ¿sirve para algo la limitación a 100ml? No. El problema no es que no sirva, el problema es que la cantidad de falsos positivos hará perder a mucha gente su tiempo y sus vuelos, y ¿saben? Es un contrasentido, todos queremos ir seguros, pero lo acertado sería concentrarse en vigilar a aquellos sobre los que existen sospechas fundadas. Si, tal como dicen, buscar un terrorista es como buscar una aguja en un pajar, vigilarnos a todos y acumular información sobre todos nosotros tan sólo aumenta el tamaño del pajar, dificultando de facto la captura real de terroristas.

¿Consecuencias? Dudo muchísimo que eviten atentados con esta medida, porque dudo muchísimo que los terroristas se planteen atentar como lo hicieron hace cinco años, pero a tí y a mí nos harán facturar cualquier pequeña maleta para cualquier pequeño viaje que queramos hacer, duplicando de facto la duración de cualquier viaje para millones de pasajeros (la mayoría de vuelos no duran más de 2h) en honor a una medida de dudosa eficacia. Sí, sí, si usted es de los que gusta de llevar un equipaje pequeño y apurar el tiempo de vuelo evitando la facturación debería usted estar preocupado porque le van a hacer perder su precioso tiempo hasta el final de su vida por culpa de una supuesta amenaza que, en caso de que exista, no se va a detener con esta estúpida medida. ¡Por nuestra seguridad!
Estoy muy cabreado, ¿por qué? porque ¿cuál es la eficacia de esta medida? ninguna ninguna ninguna

¡los químicos dicen que ninguna!

Actualización 2006/11/06:
Una visión interesante en la línea que también apunta Pululante en los comentarios:
No recomendable: Queremos su dinero en nombre de su seguridad

Bocados de actualidad (6º)

Una vez más tenemos aquí un poco de actualidad en forma de enlaces a interesantes lecturas. La sexta entrega desde que decidimos ponerle nombre.

  • Kriptópolis nos cuenta cómo Apple ha tardado 4 meses en solucionar un parche que provocaba el cuelgue de la computadora cuando le daba la gana. ¿Algún macquero en la sala? ¿Quién dijo que los macs que no se colgaban? ¿Alguien que crea aún que Apple y Microsoft no son el mismo perro con distinto collar?
  • Error 500 nos habla de Club Málaga Valley e-27, una iniciativa para convertir a Málaga en la primera ciudad Wi-Fi de Europa en la que están metidos casi todos los capos del sector. Me parece muy positiva una iniciativa como ésta en España, a ver si se investiga más y se construye menos. El problema es que no me la acabo de creer.
  • Experience de MU Life y su reflexión acerca del excesivo uso de las redes sociales por internet y sus consecuencias futuras (Relacionado La muerte de la conversación efímera)
  • Incluso la revista Rolling Stone se pregunta si las próximas elecciones serán saboteadas. Si es que aún no tienes suficientes motivos para rechazar el voto electrónico, no te pierdas ese artículo.
  • DailyTECH y las declaraciones (no probadas, quizá por eso mismo inquietantes) de un ex-agente de la CIA sobre la relación de Google con esta agencia.
  • Engadget y la reunión de la ONU sobre los gobiernos e internet… que no tenía conexión a internet. Todo un símbolo de lo que es mejor para todos: que los gobiernos no se entrometan en internet.
  • La Pastilla Roja le dedicó un artículo a «La Escuela de la Ignorancia». Muy interesante.
  • El Periodico se hace eco de algo que aquí mencionamos cada poco: El exceso de vigilancia en Reino Unido, y es que allí hay una videocámara de vigilancia (CCTV) por cada 14 personas.
  • Mangas verdes nos habla de la iniciativa de Reporteros Sin Fronteras. las «24 horas contra la cibercensura», un maratón de 24 horas en el que se van a llevar a cabo diversas acciones a favor de la libertad de expresión.
  • Soghoian y la (in)seguridad en los aeropuertos tras el 11-S. Su denuncia de lo ineficaces que son las medidas de «seguridad» en los aeropuertos lo ha llevado directo a ser interrogado por el FBI, en una demostración de «buenas intenciones» por parte de la Poderosa maquinaria estadounidense (mighty machine que dicen ellos). ¡Viva la libertad de expresión!

Y esto es todo por hoy, más noticias que de costumbre pero es que ¡la semana ha sido muy movidida!

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