«Criptodivisas: todo lo que no entiendes sobre dinero combinado con todo lo que no entiendes sobre ordenadores.»
– John Oliver, deliciosamente divertido en este informativo vídeo
Código para humanos
«Cualquier tonto puede escribir código que una computadora pueda entender. Los buenos programadores escriben código que los humanos pueden entender.»
La última víctima de los coches autónomos no será noticia
Hace un par de días tuvo lugar un hecho insólito: falleció la primera víctima mortal en un accidente contra un coche autónomo. La reacción más o menos generalizada está siendo de estupor, con Uber (empresa a cuyo servicio operaba el coche implicado en este accidente) suspendiendo sus pruebas con este tipo de vehículos, pese a que la policía sugiere que Uber podría no ser responsable.
Yo sin embargo quería detenerme en otro aspecto. En realidad, más pronto que tarde los coches autónomos conducirán mejor que los actuales pilotos bípedos de carne y hueso.
Cualquiera que trabaje o haya trabajado en seguridad sabe que se trata de una labor muy ingrata: si nada se rompe, nadie se acuerda de ti; puedes estar durante meses sin que se caíga la WiFi y nadie te dará las gracias («es tu trabajo») y el día que se caiga estará todo el mundo de los nervios y acordándose de ti.
Con el coche autónomo puede pasar lo mismo: esta semana todo el mundo hablará de este accidente, pero pronto los mismos podrían reducirse, podrían ser menos que en la actualidad y nadie reparará en ello. No será noticiable porque a los periodistas les encanta un suceso, algo de morbo fácil con el que captar la atención.
Tras muchos meses con el hype en torno a la conducción autónoma, puede que ahora leamos algún titular agorero. Pero la realidad no cambia nada: lo relevante no es la primera víctima mortal de un coche autónomo, sino la última. No habrá una última en términos absolutos, por supuesto, pero sí conceptualmente: un día los coches autónomos provocarán menos accidentes que los hasta ahora convencionales; y no será noticia porque tendemos a pasar por alto cuando las cosas sencillamente funcionan.
Es algo que veo con cierta analogía a lo sucedido con el ajedrez. Todo el mundo recuerda la primera victoria de una máquina sobre el mejor humano del momento jugando al ajedrez, campeón del mundo en vigor (Kasparov vs Deep Blue 1996). Apenas nadie recuerda la última victoria de un humano contra la mejor máquina del momento (Pomonariov en 2005). Los medios no consideraron ese hecho noticiable, cuando es el verdaderamente significativo en todo ese devenir ajedrecístico.
Como al sysadmin que no se le caen los servicios o al ajedrecista que gana y no es noticia, los coches autónomos tampoco serán mencionados el día en que conduzcan tanto mejor que los humanos que provoquen muchos menos accidentes.
[Otro día debatiremos sobre qué hacer cuando ese momento llegue, porque la única aproximación razonable llegados a ese punto de superioridad técnica es impedir que las personas conduzcan, pero socialmente será complicado de alcanzar.]
Habrá productos basados en blockchain y será tan habitual que ni siquiera lo mencionarán
No sabemos bajo qué forma se productificarán los smart contracts y otras tecnologías que puedan aparecer derivadas de blockchain.
Tampoco sabemos qué usos de los infinitos actualmente propuestos lograrán cuajar, porque ahora mismo todo el mundo habla de emplearlos para todo y en la mayoría de casos parecen no compensar las ventajas de las tecnologías actuales establecidas.
El ejemplo clásico de gran handicap de adopción es el de reemplazar a los bancos centrales adoptando criptomonedas como Bitcoin. El uso de Bitcoin como divisa frente a las divisas gestionadas por bancos centrales conlleva algunas ventajas y un buen montón de riesgos que como sistema y sociedad no creo que hayamos mitigado lo suficiente como para emplear bitcoin de forma seria. Garantías que damos por hechas como la reversibilidad de una transacción (que nos protege en caso de estafa) son imposibles de hacer valer usando bitcoin.
La solución, dicen son los contratos inteligentes, popularizados por Ethereum, pero de eso hablamos otro día.
Lo que sí sabemos es que cuando estas tecnologías empiecen a ser usadas por la industria, lo harán en productos que o no mencionarán en absoluto la tecnología que usan o lo harán de pasada, del mismo modo en que Spotify no te va diciendo que usa HTTP para hacer llegar la música a tu dispositivo.
Un ejemplo de producto basado en blockchain, creo que el primer producto por una compañía tradicional que yo haya conocido, es Fizzy, del grupo asegurador AXA. Utiliza smart contracts y blockchain para vender seguros cuya indemnización se ejecuta de forma automática en base a información públicamente disponible. Y si no miras muy bien todo el material, no encuentras las palabras clave de moda en toda el dossier que tienen disponible la web. (Pista: en el vídeo sí mencionan a blockchain.)
Facebook no tiene un problema de seguridad, sino de modelo de negocio
Esta semana se descubrió que Cambridge Analytica, una empresa de estudios de mercado, accedió al perfil de más de 50 millones de usuarios de Facebook y usó esta información para influir sobre ellos en el periodo pre-electoral de Estados Unidos. Lo cuenta bien The Guardian.
Como quiera que dicho proceso electoral está actualmente bajo escrutinio de la opinión pública estadounidense mientras se elucidan los supuestos vínculos entre el actual presidente y ámbitos de influencia de Rusia, este tema ha sido tratado por Facebook como una crisis mayor y ha cortado de raíz con Cambridge Analytica, suspendiendo sus cuentas.
Sin embargo, en este proceso Facebook sigue diciendo que no ha habido fallo de seguridad y que Cambridge Analytics ha accedido y usado esta información acorde a las normas pero de mala fé, sin darse cuenta de que eso es lo verdaderamente preocupante.
Facebook es, junto a Google, el mayor exponente de ese modelo de Internet gratis con publicidad que tanto daño ha hecho a la Red, y que tan poco nos gusta a algunos.
Este intento de descargo de responsabilidad por parte de Facebook es más revelador de lo que parece, porque estaría indicando que la propia naturaleza y el modelo de negocio de Facebook lo que representan un problema para nuestra seguridad (Cambridge Analytics habría pagado por acceder a esos perfiles como puede pagar cualquiera, justificando el acceso en base a supuestas investigaciones sociológicas). Conviene recordar, a este respecto, el reciente artículo de Om Malik sobre por qué Facebook no puede cambiar. El problema de Facebook no es que su modelo de negocio no sea rentable, que lo es y mucho, sino que el mismo requiere acaparar una cantidad gigantesca y creciente de información personal de todos nosotros y luego poner dicha información a disposición de cualquiera que pague. Diez años hace que escríbimos la vida privada como producto, antes de que Lanier, Morozov, o Rushkoff pusieran de moda en los ámbitos más cool.
Esta es la Internet que tenemos, y cambiarla no va a ser sencillo porque los servicios gratuitos, aunque tengan publicidad odiosa y sean invasivos, tienen el efecto red a su favor.
La UE quiere filtrar tus uploads con robots anticopia, también lo que subes a plataformas tipo Github
La UE quiere que todo lo que subamos a Internet sea escaneado automáticamente para prevenir posibles violaciones de copyright, y en caso positivo, impedir que tu contenido sea publicado en la plataforma.
Esta norma está pensada para evitar que en sitios como Youtube unos usuarios repliquen sin permiso material con restricción de copia para obtener beneficios.
La norma es muy mejorable en muchos aspectos, pero lo que de verdad la convierte en la peor idea que la UE ha tenido en mucho tiempo, pese a que no andemos precisamente escasos de malas ideas por parte de la UE, es que en esta definición de plataformas también se incluyen las webs que sirven de repositorios de software.
El impacto de esta norma sobre el software libre es incalculable, y las consecuencias para la libertad de los usuarios y la competitividad de los profesionales del software en la UE gravísimas, si se aprueba tal como está.
Está muy bien explicado en esta anotación en el blog de Github. La recomendación es extender este aviso y explicar a tus eurodiputados por qué esta medida es completamente errónea y provocará más daño que beneficio, para que consigan modificarla y mejorarla antes de que sea aprobada.
Cifrándolo todo, en todas partes
Comentaba hace unos días Pere en su canal de Telegram que:
La criptomania ho està inundant tot. No sé si és bo.
Y es cierto que últimamente hay un cierto runrún, no me atrevería a decir hype, en torno a cifrar cosas. No es solo que WhatsApp prometa cifrar tus mensajes end-to-end, sino que tecnologías como Blockchain tienen como parte de sus reclamos el cifrado de las transacciones.
En Wired se hacen también eco de este rumor en torno a la tecnología de cifrado, y apuntan a un motivo tras su crecimiento:
Privacy advocates and venture capitalists want to circumvent the tech giants with apps using encrypted data stored on networks of computers.
Más allá de Chris Dixon explicando la relevancia del fenómeno o Tim Berners-Lee mostrando su preocupación ante la deriva de la web actual, tenemos también a los inversores y la generación que ayudó a montar a los grandes gigantes de Internet actuales.
Some parts of the emerging decentralized internet have serious backing from people who helped build the current generation of tech giants, with their centralized services. Now that their creations are proving difficult to compete with, venture capitalists appear to be seeking returns elsewhere.
La tecnología sigue su camino, y eso siempre es excitante. La nueva descentralización es la respuesta a la intensa recentralización de la última década y media; el latido de un corazón -el de Internet- que se contrae y se dilata para seguir funcionando.
Pero creo que hay motivos de sobra para preguntarse si todo este cambio en torno al cifrado es positivo o no lo es. De entrada, podría serlo, pero hay demasiadas incertidumbres como para afirmarlo sin más, al menos por ahora. Al fin y al cabo, si de verdad los mismos emprendedores y los mismos inversores que crearon a los gigantes actuales están tan representados entre esos nuevos proyectos, ¿sabrán concebir otra forma de hacer las cosas?