Productores de videojuegos contra Google y Sony

Hace unos días decían en Gizmodo que Epic Games anunció que Fortnite, la auténtica sensación de la temporada con un videojuego capaz de facturar más de 1.000 millones de dólares en menos de un año, no tendrá su versión de Android en la tienda de Apps de Google, para evitar la mordida del 30% que se quedaría este último en concepto de comisión por distribución.

Del mismo modo, hoy leemos que Bethesda le acaba de decir a Sony que se vayan calmando, pero que eso de seguir exigiendo que la versión de PS4 sea incompatible con el resto de versiones de sus juegos se va a ir terminando, al menos para su Elder Scrolls Legends.

Estos dos movimientos, sucedidos con una diferencia de escasos días, me ha recordado aquellas tensiones de Telefónica cuando exigían (y aún lo hacen) cobrar rentas de posición muy similares al peaje que Google o Sony imponen; en el caso de telefónica, la posición viene de ser la puerta de acceso a Internet (recordemos a Alierta y su las infraestructuras son nuestras), mientras Google es el dueño del canal de distribución y Sony tiene la plataforma de juego con más usuarios a nivel global.

Idéntica renta, idéntica exigencia (dinerito para pasar por mi el puente con el salvoconducto del rey), e idéntico conflicto con final nada claro: los productores de contenidos, encarnados ahora en productores de videojuegos contra quienes tienen como gran objetivo cobrar dos veces por lo mismo, a productores y a consumidores.

Al hilo de la nueva corriente de voto electrónico

Buenísima tira de Xkcd sobre voto electrónico:

Xkcd sobre voto electrónico

Si creen que el bueno de Randall exagera, puede leer algo sobre lo sucedido en Georgia (EEUU), donde en uno de los centros de voto hubo una participación del 243% más propia de consultas populares sin garantías que de unas elecciones oficiales. Parece que lo del sistema de voto-e es más manipulable de la cuenta.

Y aún no hemos hablado de lo de votar usando el móvil. Para echarse a temblar.

Redescubriendo a Rushkoff

Hace un tiempo que he retomado a Douglas Rushkoff, ahora sobre todo oyendo sus podcasts de Team Human!, y es realmente interesante.

Pasan los años y mientras otros pensadores que hace años recibían mucha atención y eran considerados relevantes han mostrado ser bastante caducos (el caso más ignominioso es el de Malcolm Gladwell, que siempre ha vendido bastante humo), Rushkoff sigue siendo refrescante y sus podcasts me resultan agradables de oir, incluso sin ser un gran seguidor de ese formato, y más aún cuando matizaría sus enfoques.

Al final, creo percibir un punto de honestidad en Rushkoff y en su trabajo. Un pensador digital al que considero que vale la pena seguir.

De Hannah Arendt a Facebook

Publican en Quartz un artículo sobre Facebook que enlazan, creo que de manera más que interesante, con Hannah Arendt y la banalidad del mal., en una visión que creo muy acertada: la de que Arendt nos ofrece el mejor análisis intelectual sobre Facebook y sobre todo lo que está mal en torno a Facebook.

The answer lies in Eichmann’s belief in a grand, historical project to establish a racially pure “utopia.” This project transcended human lives, rendering them secondary.

That logic can distort the social norms that we take for granted, even inverting something as fundamental as “murder is wrong” into “murder of those who stand in the way of the project is right.”

Al fin y al cabo, ¿qué son un puñado de vidas (sic) frente a la posibilidad de alcanzar la utopía?

Al mismo tiempo, Facebook vive desde hace varios años en una tormenta reputacional constante que aparentemente no daña ni a sus cifras de usuarios ni a sus beneficios. La compañía dice estar trabajando en cambiar las cosas, pero no parecen estar siendo capaces más que de cambiar aspectos cosméticos, como su motto principal. Ese eslogan fue actualizado desde Make the world open and connected a bring the world closer together. Continúan en Qz al hilo de este cambio de eslogan:

That is not nearly enough. The new mission still fails to do what Arendt says it must. It still puts Facebook, the platform, above the humans who use it. Bringing the world closer together can mean facilitating bake sales and Bible readings; it can also mean uniting the KKK and skinheads. The mission statement has nothing to say about the differences between the two.

Les recomiendo leerlo completo.

Cinco años después del cierre de Google Reader

Thanks, Google, desde el blog oficial de The Old Reader:

It’s now clear that the demise of the Google Reader was first really loud warning that you can’t rely on a publicly traded, profit-driven Silicon Valley tech company to deliver content. There is no way that story ends well

A los profesionales de Internet les encanta la palabra contenidos, el resto de humanos ha de sustituir eso por palabras como noticias y mensajes de tus amigos.

El post continúa:

Online publishing isn’t supposed to be easy. And being an informed citizen isn’t supposed to be easy, either. The idea that we just casually check our phone every hour or so and Google, Twitter, or Facebook would give us a quick dose of everything we need to read is a fantasy.

So let’s stop hoping Facebook or Twitter or someone else will do our job for us. Let’s stop waiting for someone to tell us what we want to read.

Hay que dejar de leer el periódico, y en una era en la que Facebook y Twitter son la puerta de entrada a los periódicos, esta determinación ha de incluir necesariamente el usar menos ambos servicios.

The True Believer, el libro más interesante sobre el populismo actual fue escrito en 1952

The True Believer, Eric Hoffer

Anduve leyendo The True Believer, de Eric Hoffer, del que ya les hablé hace unas semanas. Hace ya tiempo que lo terminé pero hasta hoy no pude dejar esta nota por aquí, que espero sea breve para poder terminarla y no abandonarla en estado de borrador.

El resumen es sencillo: si te interesa lo más mínimo el devenir populista y totalitario de las democracias liberales contemporáneas, en las que tenemos la oportunidad de vivir, The True Believer te explica mejor que cualquier otro libro cómo surgen, crecen, y mutan estos populismos.

Lo interesante es que Hoffer escribió este libro en 1952, en los años posteriores a la segunda guerra mundial. El libro sigue vigente porque más que entender si tal o cual populismo deriva de esa otra corriente popular en la conchinchina en los años 90, lo que hace Hoffer es centrarse en el aspecto humano: ¿por qué las personas estamos dispuestas a unirnos a estos movimientos? ¿Por qué unas más que otras? ¿Qué sucede una vez la bola de nieve echa a rodar ladera abajo?

Podría debatir mucho tiempo sobre el libro, pero correría el riesgo de alargarme más que el propio autor, que tiene el doble mérito de haber dejado una obra no sólo acertada sino además concisa: ni 200 páginas que se leen en tres ratos y medio.

Solo dos citas breves, una sobre qué posibilito el ascenso de NSDAP al poder:

The Germans were satisfied with the centralized, authoritarian Kaiser regime, and even defeat in the First World War did not impair their love for it. The revolution of 1918 was an articial thing with little popular backing. The years of the Weimar Constitution which followed were for most Germans a time of irritation and frustration. Used as they were to commands from above and respect for authority, they found the loose, irreverent democratic order all confusion and chaos. They were shocked to realize that they had to participate in government, choose a party, and pass judgment upon political matters.

Los pobres alemanes venían de vivir en un imperio absolutista y no estaban acostumbrados a participar en la vida política, y de hecho la república les fue impuesta tras la derrota, algo muy diferente a la república conquistada activamente en EEUU o Francia tras sus revoluciones. Al fin y al cabo, ellos querían que les quitasen esa papeleta y estaban dispuestos, sencillamente, a obedecer. Y este es el aspecto clave: ante todo, las personas que se unen a estos movimientos son personas obedientes y sumisas cuyo principal interés es alienarse de la realidad y confiar en que las dificultades del día a día van a ser resueltas por otra persona; y si hace falta, esa persona será un dictador.

La segunda es de cómo se consigue una población que mayoritariamente vea con buenos ojos algo como lo anterior:

By elevating dogma above reason, the individual’s intelligence is prevented from becoming self-reliant. Economic dependence is maintained by centralizing economic power and by a deliberately created scarcity of the necessities of life. Social selfsufficiency is discouraged by crowded housing or communal quarters, and by enforced daily participation in public functions. Ruthless censorship of literature, art, music and science prevents even the creative few from living self-sufficient lives. The inculcated devotions to church, party, country, leader and creed also perpetuate a state of incompleteness. For every devotion is a socket which demands the fitting in of a complementary part from without. Thus people raised in the atmosphere of a mass movement are fashioned into incomplete and dependent human beings.

Si reconocen en el párrafo anterior algunos de los mantras de los nuevos populismos (los ecos de votos de pobreza de los políticos o el runrún pesado de los presupuestos democráticos no son más que llamadas a los fieles; el nuevo puritanismo que censura cualquier cosa ofensiva), es precisamente porque cumplen la misma función que Hoffer ya detectó hace casi siete décadas.

Lo dicho, un libro breve y altamente recomendable, que les enseñará tanto o más sobre la nueva ola populista como cualquier otro libro escrito por un gurú actual que puedan encontrar. En concreto, les ayudará a entender aún mejor por qué ningún populismo les hará más libres, y es algo que conviene no perder de vista. No digan que no lo sabían.

La pregunta correcta acerca del futuro

No preguntes a tus hijos qué quieren ser de mayor, porque lo que sea que respondan no estará aquí cuando crezcan, a menos que digan policía o bombero. Pregúntales cómo quieren ser, ¿vas a tener una mentalidad de aprendizaje ágil? ¿vas a estar predispuesto a estar toda la vida aprendiendo incluso después de que todos dejen de preguntarte si has hecho tus deberes?

Thomas Friedman, en una entrevista de la que ya hablé hace un tiempo.

 

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