Indexed opina sobre las farmaceúticas

Esto es una bola extra por el asuntillo de la trócola de esta tarde. Indexed es un blog maravilloso que no deben perderse. En sus anotaciones nos regala reflexiones divertidas, curiosas o ciertamente serias utilizando para ello diagramas simples: ejes cartesianos o diagramas de grupos convencionales.

En esta ocasión compara a Merck, la multinacional farmaceútica que todos conocemos, con el Instituto Salk, una organización médica privada sin ánimo de lucro. En las equis los avances logrados, en las íes el número de abogados…

*** Relacionado: La india frena a Novartis y permite la venta de genéricos, Las patentes matan pacientes

La trocola del servidor…

La trócola del servidor se ha roto esta tarde y ha dejado esto sin servicio durante casi cuatro horas. Siento mucho las molestias causadas a los visitantes habituales y también a los ocasionales (aunque esos jamás leerán esto pues no volverán).

Por una vez, y sin que sirva de precedente, no ha sido culpa mía sino de mi hosting (que sí que tiene precedentes de pifias así), pero qué le vamos a hacer… es un hosting de todo a 100, esto no da para más :)

Espero que lo que sea que hayan tocado no se les rompa en bastante tiempo… y ¡gracias al espía que me avisó! ;)

California pone firmes a los fabricantes de máquinas para voto electrónico

Debra Bowen, Secretaria de Estado de California ha retirado la certificación que habían concedido a multitud de máquinas de voto electrónico en ese estado. Lo podemos leer en el blog personal de Jason Kitcat, experto en voto electrónico y colaborador habitual de Open Rights Group.

Debra Bowen ya es conocida en este blog, porque en su día ya se opuso obstinadamente a los desarrollos RFID, empleando una de las argumentaciones más clásicas de estas protestas («y si su ropa interior delatara su ubicación, ¿cómo se sentiría?», en alusión al escándalo de Bennetton, claro). Pues se ve que sigue en el tajo y lo último que se le ocurrió fue organizar una comisión compuesta por un nutrido grupo de expertos en seguridad informática para que analizara las máquinas para voto electrónico certificadas en el estado de California.

Los resultados del análisis arrojan todo tipo de irregularidades: las máquinas son vulnerables, se han encontrado muchos bugs que supuestamente ya estaban cerrados, así como nuevos bugs que comprometían totalmente la seguridad, algunas compañías (ES&S) se negaron a colaborar (enviaron el código fuente y la documentación requerida fuera de plazo) y posteriormente intentaron encubrir los informes negativos para que sus negocios en otros países (Reino Unido) no se vean comprometidos…

Que las certificaciones no fueran legales es algo que no debería sorprendernos después del caso del certificante de máquinas de voto electrónico que no podía certificar. La pregunta que tengo en mente es: ¿Y en estas compañías que tan sucio juegan quieren que basemos nuestra democracia? En lo que a mí respecta espero que esto no se acepte fácilmente en España. Por ahora, no hay planes de tal cosa (de verdad les digo que Pululante escribió al gobierno para preguntar por este asunto y le contestaron, pero no encuentro el enlace) aunque viendo el resto de países me preocupa el día en que salte la liebre. Y si fuera aceptado el problema es nuestro, por no haber defendido nuestros derechos. El voto electrónico no sólo es inseguro, es que para colmo las compañías que hacen negocio con él parecen dispuestas a vender a su madre con tal de tener algo más de liquidez. Aquí todavía no lo han planteado, pero en otros países de la UE como Irlanda, Francia u Holanda se usan con frecuencia (incluso sin posibilidad de voto tradicional), así que antes que poner la barba a remojar más vale que vayamos pintando las banderas de guerra, no sea que el día menos pensado nos hagan falta.

No cambio mi postura y tal y como sostuve en su día, ni con software libre me fio de estas máquinas. Yo quiero y siempre querré un sobre, un pequeño cajón con cortinillas para buscar la papeleta que menos rabia me dé y una urna transparente. O eso, o aquí no hay tomate.

El rival más débil

Es incómodo reconocer que la tecnología que hace posible que nos bombardeen con publicidad también ha conseguido desarrollar los mecanismos que nos permiten evitarlos. A pesar de que «los (así llamados) malos» siempre irán un paso por delante (simple lógica dialéctica, no puedes defenderte de una técnica de publicidad que no conoces) tenemos herramientas suficientes para bloquear y eliminar la mayoría sin que consigan su objetivo (que unas veces es nuestro dinero y otras tan sólo nuestra atención).

Lo interesante es que por estúpido que parezca, uno de los mayores problemas de privacidad que tenemos reside principalmente en lo poco que valoramos nuestros datos personales. Algo que hace que incluso ideas estúpidas como la de Spock.com puedan tener su cuota de éxito.

Hace unas semanas estaba con unos amigos en un festival (uno de estos festivales de verano), sentados en un parque un sábado cualquiera y se nos acercó una chica con un papel y un bolígrafo diciendo «¿quieres participar en el sorteo de un iPod? tienes que poner tu nombre, tu e-mail y tu número de teléfono móvil». Éramos cinco personas y firmaron cuatro (desastroso). El clásico «panal de miel» al que las moscas se pegan; ingeniería social que diría Mitnick. La propuesta no podía ser más simple, pero tuvo un éxito abrumador; consideren que excepto yo (que no suelo entrar a estos juegos), firmaron todos.

De nada sirve que la tecnología te ofrezca mecanismos para proteger tu información si al primer desconocido que te pregunta le das todos tus datos (nombre, correo-e, nº de tlf). Cuando se trata de privacidad, somos el rival más débil.

Los EE.UU. y el crimental

Nunca repetiré suficiente la cantidad de cosas que podemos vislumbrar sobre nuestro presente (en algunos casos futuro cercano) cuando vemos la película Minority Report con la consciencia de que por orden expresa de Spielberg se decidió que toda la tecnología que aparece en la película fuera tecnología en desarrollo[1]. Nada de ciencia ficción salida de la cabeza de un creativo escritor, adaptación cinematográfica de los proyectos de I+D más ambiciosos del momento en los EE.UU. Spielberg perseguía con esto convertir su película en un clásico, una referencia obligada en el cine (y en las conversaciones) de los años por venir. Todo parece demostrar que lo consiguió.

A parte de mostrar un abuso de biometría, rfid, publicidad dirigida y control, la película tiene como uno de sus puntos más irreales y lejanos (los otros ciertamente son demasiado cercanos) el punto del precrimen. Una revisión del crimental orwelliano adaptada a los nuevos tiempos y a Hollywood, y que consiste en el delito cometido con la mente, aunque nunca se llegue a consumar dicho delito. Delitos de infidelidad imaginaria, robos, asesinatos… En visiones distópicas como Minority Report y 1984 -la novela-) estos delitos están equiparados con el acto real de ser infiel, robar o asesinar. Pero a nadie se le escapa que en caso de que se pudiera saber qué aberraciones pasan por nuestra cabeza hay una diferencia entre pensarlo y hacerlo. No es lo mismo pensar «como este gilipollas no se calle le voy a dar una hostia» que pasar a la acción y inflarle la cara a nuestro interlocutor.

Pues bien, parece que algunos oficiales de la NSA de los EE.UU. no lo tienen tan claro y como parece que el espionaje masivo de comunicaciones que realizan (y que le valió un ascenso a su director) no sirve para trazar perfiles válidos que permitan detener atentados (Schneier: The dificulty of profilling terrorists), pues cambian la estrategia, dan una vuelta de tuerca más y ahora quieren conocernos tan a fondo que les sea posible detectar cuándo pensamos en comenter un delito (lo explica Enrique Dans). Por supuesto con la idea del terrorismo en la ensalada, para venderlo mejor… ¡por tu seguridad!

Así puestos, no es más que un proyecto que podría tardar mucho tiempo en funcionar mínimamente, pero en esto gasta sus recursos el país más poderoso del mundo. Por dejarlo claro, dentro de que me parece que no creo que consigan todo esto a corto plazo (tampoco a medio…), la sola idea de que lo piensen es preocupante. Deja entrever un afán de control total que no debería dejar indiferente a nadie. ¿No podrían dedicar esos fondos a tener a su población sana y educada? ¿No es esa misma población la que paga los impuestos que sirven para espiarlos? ¿Así se los recompensa? Una vez más estamos ante lo de siempre: se requieren reformas legales que preserven los derechos ciudadanos en la sociedad digital que todo lo graba. Y sin embargo todo apunta a que las reformas legales, lejos de defender a los ciudadanos los dejan más expuestos al espionaje gubernamental. Que quede claro que lo que suceda en ámbitos legales fuera de España en principio no nos afecta (esto nos lo enseñó David Bravo, je je), y este plan está trazado para EE.UU., pero el número de políticos estúpidos por unidad de área es una constante universal, así que pronto lo tendremos en todas partes. Y no es algo que me parezca deseable, así a primera vista.

El mismo Enrique lo define de otra forma:

«En el fondo, el verdadero terrorismo ya no es el que mata a cientos de personas en un atentado, sino el que impide la vida normal de las personas pacíficas con procedimientos capaces de desesperar a cualquiera, convirtiendo un simple viaje casi en un deporte de riesgo.

María «la mala» Rodríguez también lo dice a su manera: «terrorismo es dejar en paro a un padre de familia». Que nos dejen de hostias y gasten nuestro dinero de forma que se viva mejor…

Ref[1]: Chips espías, Katherine Albretch y Lin McIntyre, 2006 (Edición en español).

Biografías y privacidad

Curiosa visión sobre la privacidad que nunca antes había pensado.

«Nick Cave me dio una versión casi definitiva de una biografía que estaban escribiendo sobre él, y me pareció divertido y fascinante poder ver cómo otra persona ha evolucionado. Pero a pesar de que valoro ese trabajo me hizo pensar de nuevo mis opiniones sobre la privacidad y la santidad de la vida personal. No querría nunca esto hecho sobre mí. Conozco a Nick y a su grupo desde hace bastante tiempo y estoy leyendo cosas que ellos jamás me habrían contado. Pensé que yo nunca querría que nadie leyera cosas que yo no les contaría cara a cara. Así que no me gusta, no quiero que me hagan algo así.»

PJ Harvey, músico

Si tenemos en cuenta que yo he leído eso en una biografía sobre PJ Harvey tenemos dos cosas: que no consiguió lo que quería y que ahora me siento un poco incómodo habiendo leído una biografía sobre alguien que no quería que le hicieran una biografía… ¿Un poco tarde, no creen? Pero, ¿cómo podía yo saberlo antes de empezar a leer?

Ni siquiera nuestra draconiana ley de propiedad intelectual permite proteger con esos mecanismos la vida de las personas. Supongo que hay que dejar todo en manos del biógrafo y esperar que se centre en lo realmente necesario para entender al personaje artístico, sin perderse en intimidades. De todas formas he de decir que este libro sobre PJ Harvey (que viendo eso supongo que es no autorizado…) debe ser la biografía más respetuosa con ese asunto que se pueda escribir. Intento descargar mi culpa, ¿servirá de algo?

China se apunta a la videovigilancia

A los que siempre me dicen que porqué nos quejamos tanto algunos de las tecnologías de seguimiento y vigilancia les dejo este enlace en News.com: China planea desarrollar la mayor red de seguimiento de personas del mundo (via Slashdot). Bueno, ya sabemos que en China todo es a lo grande menos las raciones de comida, por más que nos quieran convencer de que allí hay 1300 millones de «clientes» la mayoría de ciudadanos chinos no tiene ni para pagar el arroz que cosechan.

Y lo sé, hablar de China y de sus abusos en materia de derechos humanos es tan repetitivo que aburre. Pero no es ese el asunto, el asunto es que China piensa usar para «mejorar» sus abusos las mismas tecnologías que aquí ya tenemos hasta en la sopa (videovigilancia). Y estarán de acuerdo en que el hecho de que un gobierno dictatorial y asesino como el chino sepa mucho sobre tí (y con esa red lo sabrán) puede hacerte dar vueltas infinitas en la cama por las noches. Eso hasta el día en que hagas algo que le parezca mal. Se estima (aunque sobre esto los datos no podrán nunca ser fiables) que en China tienen lugar dos tercios de todas las sentencias a muerte del mundo.

Esto enlaza directamente con la mentira de China y la democracia que nos venden en las noticias. La falacia: «La apertura comercial de China hará que la población china tenga deseos de libertad y de democracia». Mentira, por supuesto. Todas las poblaciones tienen deseos de democracia. En Tianan’men ya había deseos de libertad hace 20 años, muchísimo antes que China estuviera en la OMC y ¿qué hizo occidente? Mirar hacia otro lado, claro. La realidad es bien distinta: para proteger los intereses comerciales que las empresas supranacionales tienen en China se endurecen hasta el extremo los pasos por aduanas, con visas que se tienen que solicitar muchos meses antes y medidas de control y arcos que nunca se acaban. Para proteger los mismos intereses comerciales dentro de nuestras fronteras (y de las suyas también) se desarrollan y se instalan redes de vigilancia de personas a gran escala. Que se sepa dónde están en cada momento, que se sientan vigilados. Haz que tengan miedo.

Ahora bien, a disfrutarlo, si no les gusta lo que están leyendo pueden comenzar a oponerse a estos sistemas o tomarse la pastilla azul y volver a su borrachera habitual, recuerden que el sistema requiere esclavos sonrientes. Sólo una pregunta, porque escribi esto ayer y lo publico hoy cuando ya lo han comentado en Baquia, y me llama la atención que lo llamen «vigilancia ciudadana». Seguro que no es el único (aunque no tengo los telediarios para contrastar), ¿por qué cuando se instalan en Occidente los medios hablan de «sistemas de seguridad» y cuando se instalan en China hablan de «vigilancia ciudadana»? ¿No es un tanto hipócrita?

Actualización (un rato después): También lo comenta la vigilanta.

Este blog usa cookies para su funcionamiento.    Más información
Privacidad