[Aviso: la anotación ha quedado más larga que de costumbre, si sigues leyendo luego no dejes comentarios obscenos ni me manches las paredes del blog con sangre de sapos muertos. Si decides leer, estás avisado :)]
Hace ya unos meses en The Big Bang Blog (un blog muy recomendable) se preguntaban cómo podría ayudar la web 2.0 a la ciencia. Fue gracias a ese blog que me topé con la iniciativa Open Access. Ésta promueve el acceso libre, inmediato, de forma permanente y a cualquier persona al texto completo (usualmente accesible online) de cualquier material científico o escolar, con especial atención a las publicaciones sujetas a revisión por otros miembros de la comunidad (peer-reviewed journals). Dominio público para la información científica. No se asombren, es la base del método científico, lo que sucede es que la ciencia está tan mercantilizada que el hecho de que alguien reavive la idea central del método científico resulta sorprendente… lo cual no deja de sorprenderme (es la primera paradoja de esta anotación). Open Access (creo que es una iniciativa surgida en 1998) es una iniciativa cojonuda pero hay que reconocer que lo tiene muy crudo.
¿Por qué? Las revistas científicas preferidas en Europa son editadas por editoriales privadas (por ej. Elsevier) que imponen a los autores unas condiciones de cesión de copyright absolutamente draconianas (ni siquiera permiten al autor poner una copia de sus articulos en su propia web universitaria, ni la copia del mismo para fines didácticos -digamos, en sus propias clases-).
¿Cuál es el problema? Una editorial que hace negocio con el modelo actual no aceptará nunca este cambio. El cambio sería más posible (aún siendo duro) si las revistas estuvieran autoeditadas por las sociedades científicas (esto es más común en EE.UU.) y no por una empresa cuyo único negocio es cobrar por el acceso a los resultados de investigación.
Y el problema no es sólo ese. El problema es que de nuevo (como casi siempre en materia de propiedad intelectual) estamos pagando infinitas veces por acceder a la información. En primer lugar la investigación científica está pagada con dinero público. Olviden el mito de la empresa privada que hace I+D, eso es una gran mentira; ni siquiera se crean el mito cuando les hablen de las universidades americanas. Eso es otra gran mentira: la pasta siempre es pública (>80%).
¿Y qué obtiene la sociedad a cambio de ese dinero público puesto en invetigación? Pues si no paga por el acceso a las revistas científicas no habrá obtenido nada. Pero pagar por el acceso a las revistas es pagar para leer un trabajo que ya hemos pagado. ¿Paradójico? Y para colmo las revistas se envían en papel cada vez con más rareza, con lo cual el concepto de biblioteca como gran almacen de información es ahora bastante volátil. Si una universidad decide dejar de suscribirse a una revista (porque se quede sin pasta) o si la editorial decide subir las cuotas de suscripción o cambiar las condiciones de uso, la universidad de turno podría dejar de tener acceso a esa información por la que ya hemos pagado…. 2 veces. ¿Paradójico?
Ese es el modelo dominante actual, como podemos ver está muy lejos de Open Access. ¿Y por qué no tiene visos de cambiar? Pues porque el sistema actual que premia a los autores que publican en revistas más citadas/referenciadas no favorece que estos científicos se arriesguen a publicar en revistas libres, aunque tengan más difusión, ya que si estas tienen inicialmente un índice de impacto muy reducido, la financiación de proyectos futuros podría verse en peligro. Y ojo, no digo que el sistema de índice de impacto me parezca malo: me parece una manera moderadamente buena de medir la calidad de una investigación, pero sin duda no pone fácil la migración a un ecosistema de revistas libres.
¿Por qué la información científica debe ser libre? El estado -que somos nosotros- pagamos para desarrollar la investigación, y luego tiene que volver a pasar por caja para acceder a ella, aunque sólo algunos acceden y en condiciones limitadas. Mientras tanto se alimentan lucrativos negocios editoriales a base de excluir a mucha gente del acceso al conocimiento científico… todo ello con dinero público. Un grifo abierto, un derroche.
¿Y por qué el dinero público apoya un sistema tan sumamente nocivo para la investigación desarrollada con dinero público? Ni puta idea, pero así están las cosas y no tienen visos de cambiar: el último informe de la comisión europea sobre Open Access se hacía un barullo consigo mismo e ignoraba algunas de sus recomendaciones previas a la par que recomendaba de nuevo lo que ya había recomendado antes… Un descontrol sin fin. Tenemos mucho trabajo por delante.
*** Por cierto que hay un Directorio de Journals adheridos a Open Access, por si les interesa.