Problemas para ejecutar sudo, error sudo: unable to resolve host

Como ya he dicho otras veces, estoy usando Ubuntu Hardy desde hace un tiempo. Al ser esta una versión en desarrollo la cantidad de paquetes actualizados a diario es impresionante, en esta última etapa del desarrollo el ritmo es aún más frenético. Dispongo de conexión para bajar todo eso a diario, pero por simple salud mental/comodidad suelo bajar updates más o menos cada semana.

Esto hace que de una vez a la siguiente haya sorpresas, como la que he tenido hoy. Al ir a bajar los paquetes he ido a hacer update y dist-upgrade y me he encontrado con que no podía pasar de la primera etapa:

~$ sudo apt-get update
sudo: unable to resolve host nombreequipo

«nombreequipo» es el nombre de este ordenador.

Vale. La solución era muy sencilla porque enseguida he visto de donde venía el problema. Ayer mismo estuve tocando el «grupo de trabajo» del sistema de conexión de red compatible con windows, para poder acceder a otra computadora de mi red local. Por ese motivo en los hosts de mis conexiones de red mi PC ya no se llamaba «nombreequipo», sino «nombreequipo.GRUPODETRABAJOWINDOWS». Por eso el «sudo» no podía encontrar este equipo.

¿Cómo se soluciona?

  • Si tienes configurada una contraseña de root (y siempre deberías configurar una justo después de la instalación) puedes entrar como root y modificar el archivo /etc/hosts, en concreto la línea «127.0.1.1» para poner el nombre original del equipo.
  • Si no tienes configurada una contraseña de root hay una solución que te servirá también. En la bandeja del sistema (junto al reloj) haces click sobre el icono de configuración de red para seleccionar configuración manual. Ahí seleccionas la pestaña de hosts (anfitriones), desbloqueas el panel con tu contraseña de sesión actual y modificas la entrada para 127.0.1.1.

De hecho, ahora que lo pienso, esta última solución es incluso más rápida y también para los que tienen contraseña de root (a éstos les sirve todo, claro, para eso son supervacas).

Una vez hecho este pequeño cambio, seremos capaces de activar sudo sin problemas para realizar la acción que queramos. Es tan sencillo que no sé si le servirá a alguien, pero lo dejo aquí para los paracaidistas que puedan aprovecharlo.

FileZilla en Ubuntu

FileZilla, cliente FTPHacía mucho tiempo que no cambiaba de cliente FTP, años. Durante todo este tiempo, gFTP ha sido uno de los primeros programas que he instalado tras instalar mi sistema operativo preferido. Sin embargo esto ha cambiado desde hace unos días, y estoy muy satisfecho del cambio. Lo cierto es que no me explico cómo gFTP (última versión estable: 4 de febrero de 2005) sigue siendo cliente FTP por defecto en Ubuntu.

Ahora estoy usando FileZilla, el popular cliente de FTP que solía ser sólo para Windows pero que desde que hace unos meses sacara su versión 3 tiene un port nativo para GNU/Linux. El resultado es un cliente mucho más estable que gFTP aún manteniendo una gran simpleza, todo un acierto.

¿Por qué he cambiado? gFTP hace su trabajo pero tiene un problema: se atasca si la cola de transferencias contiene muchos archivos. No es cosa del tamaño, puedes bajar un archivo de 3GB sin problemas, pero palmará enseguida si pones en cola 300 archivos con 200bytes cada uno. FileZilla realiza este tipo de tareas sin ningún tipo de problemas.

¿Por qué escoger FileZilla? Porque es el cliente libre que tengo instalado en el equipo que uso en el trabajo, que funciona con Windows.

¿Vale la pena? ¿No ha quedado claro? Si aún estás usando gFTP, te recomiendo el cambio cuanto antes. Si usas Ubuntu 8.04 o Ubuntu Hardy (cuya versión final saldrá la semana próxima) ya la tienes en los repositorios. Supongo que está también en los repositorios de las distribuciones más extendidas.

Antes espionaje, ahora inteligencia colectiva

En cualquier momento, si Microsoft anunciase que piensa recoger información de nuestros ordenadores para mejorar la seguridad de Windows le saltaríamos directamente al cuello. ¿No es cierto?

Y eso a pesar de que dicen que la cantidad de ordenadores infectados con algún tipo de malware es enorme incluso en empresas, donde se suele pagar religiosamente el antivirus, el cortafuegos y hasta el perejil para el santo. Y a pesar de que también dicen que este tipo de ataques es cada vez más sofisticado, más automático y, en fin, más difícil de predecir y bloquear.

Sin embargo, en algún momento los señores de Panda Antivirus debieron pensar que si lo decían ellos, y si además lo disfrazaban de «inteligencia colectiva» (palabras textuales), la cosa tendría mejor pinta y su mediocridad a la hora de combatir el malware se vería recompensada con la lleve de nuestros corazones ordenadores. Y es que a estos buenos señores se les ha ocurrido decir que una solución contra los antivirus podría ser que los ordenadores de todos nosotros envíen información a sus servidores constantemente, para así saber lo que pasa en cada ordenador en cada momento (Sillicon News).

En mis tiempos, recoger información constantemente acerca de lo que sucede en un ordenador era considerado espionaje, ahora en Panda prefieren llamarlo inteligencia colectiva.

Ha sido un buen intento, pero no cuela. Eso sí, yo habría mejorado con creces lo de inteligencia colectiva: el antivirus social 2.0, eso sí que habría sido un eslogan irresistible.

Leyes antiterroristas para espiar a familias

En Reino Unido, las leyes antiterroristas se han utilizado para espiar a una familia que era sospechosa de haber mentido en un formulario municipal (Independent). Es lo que sucede cuando se ceden libertades para espiar terroristas por encima de todo límite democrático, que pronto se espía no sólo a terroristas sobrepasando todo límite democrático.

Esta familia ha sido espiada porque alguien sospechaba que habían mentido en su dirección postal, para así conseguir que su hijo accediera a una escuela diferente. Un peligrosísimo acto merecedor de una respuesta enérgica por parte de las fuerzas de seguridad e inteligencia del estado, por eso los han tratado como a un Mohammed Atta cualquiera y le han espiado con toda la fuerza que permite la ley antiterrorista británica aprobada durante la guerra contra el terror; esa guerra que ahora nunca existió.

Porque el gobierno británico dice que la guerra nunca existió, y quizá tiene razón. Porque si estas «medidas excepcionales» hubieran sido aprobadas como parte de esa guerra a la que, verbalmente, ya pusieron fin, éstas habrían desaparecido. La persistencia de estos controles lesivos para nuestros derechos demuestra otra cosa: el enemigo estaba dentro.

Plausible

Esto es un apunte muy corto. Un apunte propio del talibán lingüistico que vive en mí (y que ya una vez salió en defensa de nuestras «comillas») y se centra en el uso, abuso, y maltrato de una palabra concreta de los cientos que se incluyen en ese tochazo ilegible que llamamos Diccionario de la Real Academia de la Lengua.

La palabra es plausible
y según la RAE tiene dos acepciones válidas:

plausible.
(Del lat. plausib?lis).

1. adj. Digno o merecedor de aplauso.
2. adj. Atendible, admisible, recomendable. Hubo para ello motivos plausibles.

Hasta aquí todo bien, ¿dónde está el problema? En la cada vez más frecuente confusión de esta palabra con el aburrido y común vocablo utilizado para indicar la existencia de una posibilidad de que algo puede estar sucediendo, sin que sea necesariamente cierto: posible (entenderán que no copie las acepciones de esta palabra).

Sé que a todos nos gusta cambiar las palabras que utilizamos para no repetirnos, y porque usar 3 veces en un mismo párrafo la misma palabra nos acerca demasiado a la generación que ha crecido viendo a Potxolo y que en apenas 10 años dominará el mundo (por atroz que parezca). Por estética, porque queremos demostrar que somos titulados superiores, por el simple gozo de escribir una anotación con algo más del vocabulario base de un sms. Hay cientos de motivos.

Todo eso es plausible (ojo, aquí si está bien usada) y yo lo alabo pero, por favor, dejen de aplaudir y alabar meras posibilidades.

*** Pequeña aclaración:
Como me decían de pequeño: se dice el pecado pero no el pecador. Eso sí, son al menos dos de mis blogs (y bloggers) preferidos a los que he pillado en el mismo gazapo en los últimos días. Son gente listísima (mucho más que yo), y me da coraje que cometan pequeños errores como éste pudiendo ser un poco más perfectos. Escribo este post en la esperanza egoísta de que alguien corrija alguno de mis gazapos (cada día dejo varios), siquiera usado este mismo mecanismo anónimo para no avergonzarme en público.

Análisis de tráfico web, otro monopolio de Google

GoogleReconozco que estos días estoy hablando bastante de Google, otrora buscador hoy omnipresente donde quiera que pises. No es sólo que siga pensando que la red corre el peligro de perderse en la nube de sus servidores, es que siguen aflorando monopolios consecuencias de movimientos que hizo hace ya 2 o 3 años, y eso me hace pensar que todos sus últimos movimientos pudieran acabar igual, haciendo que mis temores no sean tan descabellados.

Google tiene un monopolio sobre los sistemas de monitorización de tráfico web. No es sólo que el viejo Netstat o Sitemeter den una información mucho más pobre, la adquisición de Urchin por parte de Google hace unos años desembocó en al aparición de Google Analytics -que en su día aplaudimos– y en un maremoto que arrasó a los pequeños competidores de ese sector; lo mismo que GMail arrasó a los pequeños proveedores de webmail y si hace 5 años había decenas de opciones para crear una cuenta (aunque fuera de aquellas de buzón pequeño) ahora sólo quedan 3 (pronto 2). Todos perdonamos que abriera el correo a cambio de aquel buzón y aquella interfaz cargada de ajax.

La versión 5 de Urchin costaba 800 dólares y la nueva versión costará 3000; casi un 400% más cara, lo cuenta David de Ugarte. ¿Por qué este abuso de repente? Porque Google sabe que ahora el que quiera usar un buen gestor de tráfico no tendrá más remedio que usar su Urchin. Puedes usar la versión gratuita y darle toda tu información de tráfico a Google o pasar por caja para no compartir tus datos. El precio de tus datos es de 3000 dólares, ¿tú decides? No. Los teóricos dirán que sí, que es elección tuya, en la práctica no hay elección: hay que tener un negocio muy gordo para pagar 3000 dólares; el resto de pequeños negocios (de los particulares no hablo, porque nadie se habría gastado 800 dólares para uso particular) que no podrán ni querrán hacer tamaño desembolso, ya puede ir rindiendo pleitesía (en forma de privacidad empresarial) a Google.

Contra Microsoft vivíamos mejor.

Universidad del Terror

Parece que la mercantilización de la lucha contra el terror sigue su curso. Si en Londres la sociedad bajo vigilancia avanza a ritmos agigantados, en EE.UU. lo último es potenciar los estudios superiores de Experto en seguridad nacional. Más de 200 facultades han creado estas titulaciones de Licenciado en Seguridad Nacional desde el 11-S, y otros tantos (unos 150) han creado titulaciones de Gestión de Emergencias. Lo leemos en Slate (via Schneier).

El gobierno estadounidense fomenta la creación de estas titulaciones y el mensaje está claro: creadlas que la gente se matriculará. Hay todo un mercado en expansión, pura continuación de la ley que prometía más subvenciones e inversión pública a las ciudades que demostraran sufrir un mayor riesgo de ataque terrorista. Esto solamente significa una cosa: se acerca una subida de tensión en la política del miedo. Y siguiendo el manual de esta política del miedo: aquellos con los miedos más grandes, serán los más poderosos.

Hay todo un sector en expansión, una pirámide de gente (y favores) medrando a costa de la política del miedo y sus consecuencias: una cultura de institucionalizar el terror y aprovecharlo económica y políticamente, para ayudarnos a desarrollar tolerancia a este modo de vida y a esta política de dominación. Como sucede con todas las pirámides económicas que dependen de un determinado factor, cuanto más crezca la pirámide de gente que vivan a costa del terror más difícil será deterer estas políticas (aún cuando estas políticas son precisamente lo que los terroristas desearían que se impusiera sobre nuestra sociedad).

Si no entienden de qué les hablo, revisen lo que ha sucedido aquí con la vivienda: millones de personas dependiendo del negocio, tanto que era más fácil huir hacia adelante invirtiendo más y más que cambiar el sistema económico e invertir en ámbitos sostenibles. En estos momentos, éste es sin duda alguna un problema al alza. Primero la ciudad más amenazada recibe más dinero. Ahora la Universidad que cree una titulación de este tipo encontrará una fuente de ingresos allí donde no había nada. ¿Se opondrán a estos mensajes del miedo dichas universidades? Veladamente, como mucho, porque si les están garantizando un buen montón de ingresos no se atreverán a levantar la voz.

Conviene recordar que cuando uno educa martillos, todo lo que esos martillos verán será clavos, y todo lo que vean lo tratarán como tratarían a un clavo (que es lo que fueron enseñados a tratar). Y en un país donde los derechos se erosionan con la excusa del terrorismo, lo último que se necesita son expertos titulados universitarios especializados en buscar terroristas y únicamente terroristas.

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