La ley Sarkozy, ese proyecto de expulsar de internet a aquellos que compartan archivos en la red, está a punto de aprobarse (canarias7).
Aquí el FUD de la industria no tardará en llegar, y me apuesto la mano buena (no les diré cuál es) a que nuestros políticos les harán los coros sin dudar; para mayor desgracia nuestra. Se lo hicieron con la Ley de Propiedad Intelectual y con la LISI.
Pero esta ley va más allá de Francia: del resultado de este affair francés pende el futuro de la internet libre en el resto de Europa: si Francia, llena de gente acostumbrada a manifestarse y a protestar por absolutamente todo lo que no les gusta, no es capaz de parar esa ley, ¿qué opciones les quedan al resto de europeos? Ninguna. El golpe psicológico será fatal para los demás.
Y de momento en Francia están a punto de doblar el codo de un punto de inflexión lamentable y siniestro. ¿Cómo se dice? Ah, ya recuerdo: Ce n’est pas la democratie.
Habla de ello todo el mundo: Antonio Ortiz, Mangas Verdes, El catalejo.