El software libre según Google

Jomra, como buen abogado curioso, ha analizado los términos del acuerdo de uso de Google Chrome (lo que viene siendo la EULA) en un post que recomiendo leer. Se ha encontrado, entre otros, un párrafo que dice lo siguiente:

«Queda prohibido copiar, modificar, descompilar o intentar extraer el código fuente del Software total o parcialmente, o crear trabajos derivados o realizar ingeniería inversa de este, así como permitir que un tercero lo haga»

Después de leer eso sólo queda una pregunta: ¿Chrome es Software Libre? Sí, y mi abuelo pirotécnico.

Antes de coserme a comentarios, hagan el favor de leer el post de Jomra y aprender a discernir la delgada línea que separa a Google Chrome (el binario compilado y distribuido por Google) de Chromium, el código fuente depositado en la forja de Google.

Después de esto, del recule forzoso en la atribución de licencias de uso para todo el material que pases a través del navegador, y sabiendo todo lo que Firefox tiene que ofrecer, la elección está clara, ¿no?.

Bola extra: Si creen recordar haber visto unos términos de uso similares en algún otro «software libre», están en lo cierto. Google parece compartir la visión del software libre según Microsoft. ¿No les resultan todavía lo terriblemente parecidos el uno al otro?

Ubiquity en castellano, más cerca del lenguaje natural

UbiquityHace unas semanas se presentó Ubiquity, una nueva idea de Mozilla destinada a favorecer nuevas formas de interactuar con las webs que visitamos y usamos, para que sea aún más sencillo y cómodo.

Ubiquity se instala en forma de extensión para Firefox y según los propios desarrolladores pretende traer «el lenguaje natural» a la forma en que usamos el navegador. En la práctica, Ubiquity es una especie de Deskbar (en GNU/Linux) o QuickSilver (para maqueros) con menos esteroides pues no actúa sobre tu sistema operativo accediendo a toda tu computadora, sino sólo sobre lo que puedas estar haciendo desde el navegador (algunas personas no encontrarán diferencia, yo (que no hago todo en el navegador) (que diferencio un sistema operativo de una web).

Ubiquity es software libre, te dan la extensión y puedes ver el código. Sin embargo, Ubiquity tenía un problema: el lenguaje natural de un estadounidense angloparlante difiere y mucho del de una persona de Málaga. Mi lenguaje natural no es el inglés.

Así que gracias a Alx que me puso sobre la pista he perdido un rato modificando el archivo buildincmds.js de la extensión, que es donde se definen la mayoría de los comandos que podemos utilizar.

Tras pasar por mis manos le he cambiado algunos mensajes de error y diálogos (me faltan algunos por cambiar) y le he modificado los nombres de comandos para que sean más intuitivos (donde ellos ponían «gmail» he dejado «envía», donde ellos ponen «search» yo he puesto «busca», y así con los comandos que me han parecido útiles). Porque algunos son de páginas muy específicas de EEUU, como «yelp» (un 11870 yankee que no funciona fuera de allí, me importa bastante poco y al que he ignorado).

He añadido, además, un nuevo comando para buscar definiciones en la página de la RAE. La sintaxis es facilísima: «rae $PALABRA» abrirá la URL con la definición de esa palabra, si es que está en el diccionario y no os la habéis inventado.

Tareas pendientes

  • Una cosa me queda por hacer: una de las funciones más interesantes de Ubiquity es el «this», que automáticamente sustituye por lo que tengas seleccionado en el momento, y cosas así. A mí me habría molao poner «envía esto» pero me pareció que eso ya era más complicao y me iba a robar más tiempo del que tenía ahora mismo. Así que lo dejo como tarea pendiente. Aún así me parecía buena idea compartir el nuevo archivo con todos vosotros.
  • Traducir el resto de diálogos, cuando tenga tiempo; esto urge menos.

Si estáis interesados en probar esta versión en castellano (esto sí es lenguaje natural para mí), tenéis que machacar vuestro buildincmds.js con este nuevo archivo. La ubicación del mismo (que no está en todas partes, pese al chisposo nombre de la extensión) es

$RAIZ_FIREFOX/extensions/ubiquity@labs.mozilla.com/chrome/content/buildincmds.js

Para descargar el archivo sigue al conejo blanco: builtincmds.js (zipeado).

Por supuesto, cualquier comentario, sugerencia, o ayuda para acabar de poner todo en un idioma que nos venga más cómodo que el inglés, será agradecido.

OpenGoo, ofimática online y libre para parar a la nube

OpenGoo es un proyecto que pretende ofrecer una suite ofimática online completa y libre y que descubro gracias a Alma, que lo comenta en Webmaster libre.

OpenGoo está aún en desarrollo, la última versión es la 0.8, y no es una suite ofimática «completa», por cuanto sólo ofrece editor de textos, diapositiva y gestor de agenda y tareas. Nada de hojas de cálculo pero, como ya digo, es aún un proyecto muy joven.

La idea de disponer de una suite ofimática online libre me agrada sobremanera por cuanto es una de las deficiencias que he señalado en ocasiones que he tratado el tema de la migración desde el escritorio a la web, que algunos parecen comprar sin reservas. Hace casi tres años dí tres motivos para no migrar a la web prescindiendo de las herramientas de escritorio. Unos meses después hablé de cómo migrar a la web empleando herramientas libres, que es una condición imprescindible para migrar a la web pero que, de cumplirse, convierte la migración en una opción interesante. Además, en un tiempo en que Google y otras grandes empresas apuestan por moldear internet para que se ajuste enteramente a sus intereses y convirtiéndola en una especie de GoogleNet, contar con aplicaciones web online y libres que instalar en nuestros servidores fuera del alcance de las garras del Gigante es una necesidad urgente.

En realidad, OpenGoo es otro frente de batalla, a sumar al que abrimos cuando redescubrimos el webmail sin GMail gracias a Roundcube. Frente al software no libre de herramientas de ofimática online como Google Docs, OpenGoo nos devuelve la libertad del software libre.

Por eso OpenGoo, pese a las carencias propias de todo proyecto que está naciendo, y debido la buena impresión que me ha dado las partes del software que ya han desarrollado (demo en su propia página web), me parece interesante. En una internet ultraconcentrada en la que Google sube la apuesta por incrementar el tamaño de la infraestructura necesaria para competir contra él y por tanto, por excluir de la puja por la competencia a muchos que podrían hacerle sombra, recurrir a herramientas web propias y libres no es sólo una cuestión de control de nuestros datos, no es sólo una cuestión de privacidad. Es una posición revolucionaria. La revolucionaria idea de llevarle la contraria a la mayoría, cuando crees que la postura mayoritaria no es la más conveniente. La revolucionaria idea de tener tu propia aplicación web corriendo en un servidor propio, y no en la red de Google (o cualquier otro gigante de internet).

Cuando la red se concentra en torno a muy pocas manos, tomar tu trocito de red y distribuirlo al margen de esas manos es un acto importante y necesario. Lo mismo con OpenGoo, que cuando instalas tu blog con WordPress, o haces tu contextopedia al margen de los deseos caprichosos de los bibliotecarios de la Wikipedia. En internet, distribuir es ganar; en la sociedad digital, el software libre es necesario para la libertad. También cuando se ejecuta online.

Google Chrome, las extensiones de Firefox y los banners en internet

Google Chrome

He desenterrado mi Windows XP para perder unos minutos usando el nuevo navegador de Google. A pesar de que la empresa de Mountain View hace mucho que dejó de gustarme, no he resistido la tentación de ver qué tal es ese navegador tan cool que han promocionado usando toda la artillería usual de la red (libre, moderno, blebleble) pero han sacado sólo para Windows.

Dicho todo lo anterior voy a tratar de ser objetivo en la brevísima crítica. Y muy rápido.

He usado Chrome unos 10 minutos en el momento de escribir este post (posiblemente el único que escriba desde el navegador de Google). No lo aguanto más. En cuanto acabe las tareas que tengo abiertas lo chapo y me vuelvo a mi Ubuntu para no volver a salir en un montón de meses (eso espero).

¿Qué no me gusta de Chrome? Voy a ser muy breve, a buenos entendedores una sóla palabra se lo dirá todo (y me consta que la gente que lee este blog lo van a entender rápidamente): AdBlock.

Es increíble la cantidad de banners y publicidad diversa que tienen las páginas web que visito diariamente y que yo no percibo gracias a AdBlock. Es algo que no valoro porque hace ya muchísimo que uso Firefox + AdBlock pasando por el cuchillo todas las webs a las que llego. 10 minutos haciendo pruebas con algunas páginas a las que voy habitualmente y casi se me salen los ojos de las órbitas con tanto banner. Este blog tiene publicidad que considero tolerable (¿alguien que opine con mayor objetividad?), otros blogs como Error 500 tienen un banner discreto si escribes la URL directamente. Hagan lo mismo con Genbeta sin AdBlock y lloren de dolor.

¿El resto? Para que consiga probar el resto deben dejarme pasar de la puerta y Google no me deja; sin AdBlock me cuesta la vida navegar y el navegador de Google no permite extensiones como sí acepta Gecko (el motor en que se basa Firefox). No es sólo AdBlock, es que pierdes todas las extensiones habituales. Demasiado handicap.

¿Permitirá Google extensiones? Bueno, Google gana dinero con la publicidad en internet. Si bien el número de usuarios que quitamos la publicidad de la web somos una minoría del total, seguro que no están por la labor de que esta práctica se generalice, así que no estoy seguro de que a corto plazo abran mucho la mano.

De que hayan anunciado a bombo y platillo un navegador libre para licenciarlo bajo una BSD bastante débil (permite software derivado privativo), de que Google pretenda empujar sus productos a to meter y de que cada vez que escribes una URL te recomiende automáticamente las búsquedas relacionadas (y ello conlleva una llamada a Google y un registro de lo que escribes cada vez asociado a tu IP) hablaremos otro día. Desde luego me parecen tres puntos importantes pero no tengo ganas de escribir más. Cuanto antes acabe el post antes cierro este navegador.

Actualización (10 horas después): Ni 12 horas han tardado en encontrar el primer fallo de seguridad importante en Google Chrome. El motor de Webkit que está usando tiene un bug importante con el que es fácil engañar a los usuarios para que lancen ejecutables Java. Hace más de 2 meses que Apple solucionó ese bug y Google lanza su navegador con el agujero. ¿Dónde hemos visto ese tipo de cosas antes?

Programa piloto de Open Access en toda la Unión Europea

No suelo hablar mucho de ciencia en el blog, aunque a menudo podría contar alguna que otra cosa. Sin embargo hoy vamos a hablar de ciencia y, más exactamente, de la forma en que la ciencia se viene construyendo desde hace siglos: mediante la publicación de los resultados de investigación de forma revisada y autorizada por otros científicos que tengan un cierto bagaje investigador en el ámbito científico relacionado. En esencia, eso es el método científico: poner los resultados de investigación a disposición de otras personas para que puedan verlos, repetir el experimento si quieren y comprobar que dices la verdad (o descubrir si mientes). Vamos a hablar de cómo conseguir que estos resultados de investigación sean más accesibles para todos (al menos en los casos en que la misma ha sido sufragada con dinero público, que son una amplia mayoría de los mismos incluso en los sitios donde las leyendas urbanas afirman que está privatizada como EE.UU. y Suiza). ¿Cómo hacer que los resultados de investigaciones pagadas con dinero público sean más accesibles? Publicando los mismos en repositorios de acceso libre o en revistas Open Access.

A Open Access le dediqué un post bastante largo en diciembre de 2007, que sigue siendo plenamente vigente: Open Access y porqué los resultados de la investigación científica deben ser libres.

¿Qué ha cambiado desde que escribí ese post? Pues que la UE acaba de aprobar un programa piloto según el cual se obligará a que los resultados de investigación obtenidos con fondos europeos estén disponibles con acceso libre con mucho retraso a los 12 meses de su publicación (Europa.eu, via). Así, tras un periodo de entre 6 y 12 meses, las empresas e instituciones que se beneficien de fondos europeos para investigar, estarán forzadas a permitir el libre acceso a sus resultados de investigación. La UE sigue así los pasos de los Estados Unidos, que este mes de enero aprobaron una medida similar para investigaciones biomédicas, pero la superan por cuanto generalizan a todos los ámbitos.

Pero seamos críticos con la propuesta, porque siendo un innegable paso adelante, tiene puntos flacos que le quitan casi toda la fuerza.

¿Qué me gusta y qué no me gusta de este programa piloto?

  • Libre acceso. La primera consecuencia de esta medida es evidente: libre acceso para artículos de investigación con más de 1 año de antigüedad. Muchas universidades con pocos recursos agradecerán poder acceder a las revistas que compran habitualmente y a los números más viejos de esas que no se pueden permitir pagar. Es sin duda la mejor consecuencia del conocimiento libre y este programa (aún en pruebas) promete alcanzar algo que muchos pedimos hace tiempo. Al obligar a hacerlo de este modo, se permite que esto tenga lugar. De no ser así y tener que producir los investigadores el cambio por sí mismos, nunca tendría lugar pues están inmersos en una guerra de publicación cualificada en la cual publicar en un diario de acceso libre y poco conocido puede dar al traste con tu próxima financiación. La única forma de conseguir que Open Access avance es imponerlo de forma que los investigadores no vean peligrar su proyecto por publicar los datos en un repositorio de libre acceso. De verdad es necesario, ¿sabían que los trabajos que publicó Einstein y que comentamos el otro día aún no son de libre acceso? (aunque la red lo haga posible así casi sin querer…).
  • ¿Por qué 12 meses de plazo? Para contentar a los editores. El sector de las publicaciones científicas con peer-review está copado por muy pocas editoriales que controlan la mayoría de revistas. Obligar inmediatamente a publicar los resultados de investigación bajo condiciones de libre acceso aniquila su negocio. Los 12 meses de plazo están destinados a callar la boca de las editoriales.
  • El golpe sin fuerza. Pero al dar un plazo de 12 meses para acallar a las editoriales, la medida pierde una parte importante de su finalidad. Esta medida tiene como fin que el dinero público que ha pagado la investigación no se tenga que seguir gastando en acceder mil y una veces (tantas como centros de investigación) a estos resultados. Pero dar 12 meses de ventaja al editor permite que éste siga cobrando su suscripción, ya que en estas publicaciones se valora mucho tener acceso a los resultados más recientes. Más aún, si el editor decide que su negocio está ahora amenazado, subirá el precio de las mismas y comenzará a cobrar por el acceso al último año de resultados (los anteriores serán libres) el precio que antes cobraba por toda la colección. En un ecosistema abundante eso no sería posible (subir los precios de forma especulativa), en el pequeño oligopolio editorial científico (capaz de imponer condiciones draconianas de distribución a sus artículos), será una realidad antes de que tengamos tiempo para pestañear.
  • ¿Qué conclusión tenemos? Es un paso adelante, pero de momento es tibio porque el plazo de retención de 12 meses nos forzará a seguir pagando por algo que ya hemos pagado (la investigación se hace casi toda con dinero público, incluso la que supuestamente se hace vía fundaciones, pues éstas suelen depender enormemente de los fondos que les da el estado). Por tanto, el proyecto debía haber sido más ambicioso pues este tipo de información debería ser plenamente accesible por cualquiera. Además, no hay que olvidar que es sólo un programa piloto que no es definitivo (aunque confío en que se instalará de forma definitiva). Open Access está ahora un poco más cerca de hacerse realidad, como siempre debió ser: la investigación científica debería ser de dominio público.

    Enlaces:
    Nota de prensa.
    Toda la información sobre el programa piloto.

Publican el anexo secreto sobre las medidas de seguridad aeroportuarias

Como todos sabrán, desde noviembre de 2006 no se pueden llevar líquidos al interior del avión a no ser que los compres en las tiendas del aeropuerto. Una medida ineficaz cuya única finalidad (visto que el agua de las tiendas del aeropuerto sí puede embarcar) es hacernos pasar por caja a nosotros y a las aerolíneas low-cost que aprietan a los diferentes ex-monopolios públicos (Iberia, British, Air France, …).

Hace un tiempo se descubrió que el anexo legal que regulaba la seguridad aeroportuaria era secreto. Nos enteramos el pasado mes de abril cuando se supo que la reclamación de un ciudadano al que impidieron subir con su raqueta de tenis (por cierto, no están incluídas entre los objetos no permitidos) exigió ver la norma que se lo impedía. Se llegó a decir que los controles podrían incluso ser retirados.

Evidentemente, en la sociedad de control, éstos no iban a desaparecer tan fácilmente. Como premio de consolación el (hasta ahora) anexo secreto ha sido publicado el pasado 19 de agosto, como podemos leer en Esta Europa NO. Sin embargo esto está lejos de ser una victoria, una victoria sería la eliminación de unos controles que no mejoran nuestra seguridad pero nos cuestan miles de millones de euros (y miles de horas desperdiciadas). Mientras tanto, nuestros aeropuertos seguirán en estado de excepción, y pronto también lo estarán nuestras estaciones de tren. Ese es el camino que estamos recorriendo.

La misma Comisión que pretende instalar una cámara de vigilancia para cada pasajero, nos ha publicado el anexo (sin modificarlo un ápice, y sabiendo que ya se cocinan más restricciones) tras años de lucha y aplicación de las normas según el más puro interés arbitrario de los agentes de seguridad. Pero esto no hace que el infame anexo deje de estar vigente. ¿De veras ese es el mundo en el que queremos vivir? Desde luego, yo no.

No me extiendo más, por si no lo leyeron antes, psaen y vean el aviso en Esta Europa NO.

Facebook acusado de «escuchas ilegales»

FacebookEn este blog le hemos dedicado a Beacon, el sistema publicitario de Facebook, algunas anotaciones. Desde el principio nos pareció demasiado intrusivo, y no gustó que lo metieran hasta en la sopa (daba igual que no fueras usuario de Facebook) para recoger información sobre tí sin avisar a nadie (y sin que tan siquiera fueras usuario de Facebook).

Ante las críticas y las primeras denuncias, Facebook ha ido haciendo movimientos (a menudo bastante tibios) siempre acompañados de grandes promesas. En realidad lo que molesta es que no estaban avergonzados de haberlo hecho, sino de que los hubieran pillado, o al menos esa es la sensación que se desprendió del modo en que actuaron.

Sin duda a estas alturas no darán marcha atrás, no van a retirar Facebook Beacon, las bases de datos con información personal son el gran negocio del futuro, pero está claro que aún tienen mucha tierra que tragar. Lo último es que los han acusado de realizar escuchas ilegales (TheRegister), ya que pactó con 44 socios recoger actividad online de sus usuarios en hasta 44 servicios web y recopilarla, sin avisar a los mismos.

Esta no es la primera denuncia que recibe Facebook, ni será la última, y aunque aquí sólo comentamos la primera en hacerse pública (EPIC vs Facebook) para no aburrir a nadie, ésta me ha parecido reseñable por tener un enfoque interesante. No es sólo violación de privacidad, sino hacerlo premeditadamente y sin el más mínimo respeto a todos mis derechos, tal y como sucede con las escuchas ilegales (no mediadas por un juez ni acompañadas de un proceso judicial que las ampare). Desde luego un enfoque curioso, aunque así visto no es absolutamente ilógico. Veremos en qué queda, está claro que Beacon es una apuesta arriesgada y que de prosperar lo hará a costa de la privacidad de los usuarios de Facebook (y de cualquiera). La receta perfecta para que alguien en esa empresa tenga un gran dolor de cabeza.

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