La sociedad de control, ya en papel

La sociedad de control está ya en papel y aquí estamos recontentos. De momento no tenemos mucho más que contar pero el aviso puede verse ya en la página de la Colección Planta 29.

Cuando tenga más información al respecto, iré contando. De momento puedo decirles que si alguno de ustedes estaba pensando en pillarlo/regalarlo para navidades, es más que probable que lleguen a tiempo.

Sólo por si alguien había olvidado un detalle importante: La sociedad de control (y toda la colección plana 29) está publicada renunciando a todos los derechos de explotación exclusivos. Cultura libre de verdad.

Ah, sin detrimento de la edición de pago en papel, habrá una edición en PDF libre y gratuito que aún no he podido colgar porque ni he pedeefeizado el documento original ni nada (de verdad voy cogido de tiempo). Prometo hacerlo más pronto que tarde, y por supuesto avisaré.

Por cierto, el ISBN de la edición en papel es 978-84-96501-43-0

Largos silencios a preguntas difíciles

«¿Estaría usted de acuerdo en publicar el método que ha seguido Google para proteger la privacidad en las búsquedas utilizadas para el buscador de tendencias gripales de Google?»

EPIC y Patient Privacy Rights, en una carta abierta a Eric Schmidt (directivo de Google)

A estas alturas Google no ha respondido ni a EPIC ni a PPR ni a otros medios que se han hecho de la pregunta y también han preguntado (TheReg). Podéis ver también el dichoso medidor gripal.

La pregunta tiene su miga, dadas las «diferencias conceptuales» existentes entre Google y el resto del mundo cuando hay que hablar de anonimato. Digamos que para la-gran-G una búsqueda es anónima si a los 9 meses se le quita el último número de la IP, la xxx en aaa.bbb.ccc.xxx, y al resto del mundo esa explicación le sabe a poco. ¿He dicho al resto del mundo? Nooooo, a la UE le pareció bien, pero claro… la UE tiene ya la credibilidad bajo mínimos.

Entiendan que el mismo análisis se podría hacer con cualquier parámetro. Incluso con todos esos que el Estado se esfuerza por conocer de tí. Entiendan que si Google lo tiene, el Estado se lo puede reclamar.

La última vez que alguien habló de sistema de anonimato de datos tardaron menos de 12 horas en ponerle nombres y apellidos a los usuarios de AOL. ¿Cuánto tardaría un gobierno en identificarte si accede a esos datos anonimos de Google?

Razonamientos risibles

¿Cambia en algo la disponibilidad de tu información personal por el hecho de que compartas toda tu vida en internet de forma voluntaria(*) y no porque un hipotético poder malicioso te obligue a ello? Es una pregunta interesante ante todo gurú que pretende convencerte de que lo que parte y reparte en 2008 (ya veremos qué nos inventamos para 2009) es colgar tu vida en intenné porque al fin y al cabo, para burlarse del gran hermano ese del que hablan algunos, lo mejor es que seas tú mismo el que comparte toda tu vida en la red usando el último servicio de moda (el que sea). (ver nota sobre charla EBE Eduardo Arcos, me lo chivó Carlos M., ya que no fui al EBE).

Zas, en toda la boca de tu imposición, ¿me quieres obligar a compartir datos? Me parto de tu imposición porque soy yo el que los comparte. Zas, zas.

Es un razonamiento tan infantil que me recordó al rey benévolo del Principito. Ese que sólo ordenaba cosas razonables, pero que ordenaba al sol que se pusiera una vez al día, justo cuando era la hora de la puesta de sol.

Tres cuestiones a destacar.

  • Digo yo: una vez tus datos están por ahí, ¿cambia mucho el hecho de que hayan usado el sacacorchos para obtenerlos? No, así que más allá de los eslóganes, sé prudente.
  • Añado: me importa un carajo que cuelgues tu vida entera en tuenti o en friendfeed, con tal que no me mires como a un paria si no quiero seguir tu ritmo ni jugar en esa estructura de participación.
  • Añado más (y es el verdadero motivo de este post): si quieres pasar por ese aro o si no ves inconvenientes en colgar todas tus actividades en la web, hazlo. Pero que nadie te confunda con eslóganes marketinianos: tus datos estarán ahí, accesibles. No será el gran hermano, pero sí el director de recursos humanos de esa empresa con la que te entrevistas la semana que viene. Más te vale que no pueda ver las fotos de tuenti que tus amigos suben de tí (o las tuyas, si tú mismo te dignas a subirlas).

Dará igual si te han obligado o si las pusiste de forma voluntaria. Tu próximo trabajo dependerá de que tu hipotético contratante conozca (o desconozca) esos aspectos de tu vida que quizás no quieres que conozca. Si piensas que puedes burlarte del GH, prueba a burlarte de la gente de RR.HH. que buscan acerca de todos los que van a sus entrevistas. A ver quién gana :)

Nota:
(*): Y habría que matizar cómo de voluntaria es la participación en diversas redes sociales cuando el no participar puede dejarte al margen de las conversaciones y a ser visto como un bicho raro.

Bocados de actualidad (71º)

Con un día de retraso aquí está la septuagésimo primera ronda de los Bocados. Al micro, Russian Red, que mañana estará en concierto por Málaga y no podía dejar de sonar.

  • Pere Quintana habla sobre Facebook y la intimidad.
  • Maki y la neo-desamortización: cómo el ladrillazo amenaza con retrasar la revolución digital del mismo modo que en su día la desamortización de Mendizábal retrasó la revolución industrial.
  • David de Ugarte comenta un poco sobre el libro de Juan Urrutia (el capitalismo que viene) y sobre cómo en la era digital la innovación es imprescindible para no quedarse en la cuneta.
  • Arnau Fuentes y los titulares periodísticos que vinculan (desde la más absoluta ignorancia) cifrado con terrorismo.
  • The Big Bang Blog y los precios de los juguetes para navidad. Escandaloso.
  • Maki nos presenta DaFont, un repositorio de fuentes, y nos comenta acerca de FontMatrix, un gestor gráfico de fuentes para GNU/Linux.

A cuidarse, :)

La lógica del software distribuido

La lógica del software distribuido (o cuando el software libre no es suficiente)

A menudo tenemos la idea de que con exigir que el software que utilizamos sea libre ya es suficiente. Lo pensamos así porque hasta ahora, todo lo que necesitábamos es que el software fuera libre. Como todo el software estaba pensado para ejecutarse en una única máquina, al final muy similares a las que teníamos en casa, no nos preocupaban mucho algunos otros aspectos. Para resumir digamos que si un programa era libre ya nos parecía, en sí mismo, bueno (no hablo del sentido técnico, sino del ético).

Desde hace algún tiempo, cada vez más software está preparado para correr no en una única máquina, sino en redes enormes de máquinas. La nube. ¿Es suficiente que una aplicación sea libre? Creo que ya no. Necesitamos que una aplicación sea libre y que la podamos ejecutar en nuestras máquinas domésticas.

El software libre ha tenido tradicionalmente vocación distribuida: cada persona corriendo la aplicación por su cuenta, en su máquina, con independencia. El software libre desarrollado para la nube destruye esa lógica distribuida. El software es libre, sí, pero no podrás ejecutarlo en tu máquina con facilidad: necesitarás retocar mucho código antes de poder ejecutarlo. Claro que podría ser peor si ni siquiera tuvieras el código, pero desde luego la independencia que te da el software libre (llamémosle) tradicional, no es la que te dan todas esas nuevas aplicaciones libres pensadas para correr en granjas de computadoras que no puedes meter en el salón de casa.

Escribo este post y recuerdo un minipost que escribí hace un tiempo al hilo de Panda, un youtube libre ideado para que, supuestamente te montes tu propio youtube. Es libre, sí, pero sólo podrás ejecutarlo en Amazon S3. ¿Software libre preparado para una nube fuera de nuestro control? Mal camino llevamos si los desarrolladores de software libre olvidan la lógica del software distribuido.

La lógica del software distribuido. Desarrollar software no con vocación centralizadora sino con vocación distribuida. No repartir pescados, sino cañas de pescar. No un servicio web que te ate por los datos, sino un software que te dé la independencia que mereces. De forma análoga a la lógica del hardware distribuido, una red libre necesita un software libre y distribuido. Y del mismo modo que la lógica del hardware centralizado se utiliza como ventaja competitiva contra otras empresas, la lógica del software centralizado se usa como ventaja competitiva contra personas. Personas que ahora tienen acceso a un hardware cada vez más barato y que con un software libre con el precio por los suelos podrían hacer casi cualquier cosa sin apenas pasar por caja.

¿Dónde reside el problema del olvido de esa necesidad de software distribuido? Las grandes empresas van a arrimar el ascua a su sardina de forma irremediable: Microsoft, Google, Apple o Amazon van a intentar siempre centralizar la red y su tráfico. Luchar contra el hardware distribuido es un modo de conseguirlo. Y luchar contra el software distribuido es otro modo que tienen de avanzar en ese frente. En esta situación, si los desarrolladores de software libre no recuerdan dónde están las verdaderas condiciones necesarias para una red libre, la lucha se habrá perdido; aún que la batalla no haya comenzado.

Tiene gracia que sea precisamente ahora que nos quieran convencer de que abrir un blog personal en tu propia máquina ya no es cool. Tiene sentido como ataque frontal a una lógica de software web distribuido y pretende desestructurar la red así concebida. Acalpixca hizo un post de lectura obligada sobre este tema. Después de eso, David se pronunció en términos parecidos y Luis avanza otro matiz de esa propaganda anti-distribución: la difuminación de la identidad en favor de la identidad de marca corporativa de quien sea que te presta la nube.

¿Hay muchos desarrolladores de software libre cambiando esa percepción? A mi juicio, aún no. Pero estos tics ya comienzan a ser visibles. Los últimos desarrollos de la fundación mozilla, como Ubiquity, demuestran (como bien dijo Pere en su día) que aún son programan con mentalidad distribuida. Pero que todo comando demostrativo en Ubiquity fuera para usar redes como Twitter o la Wikipedia (servicios centralizadores por excelencia) es llamativo. La obsesión de Mozilla por integrar el navegador con aplicaciones web muestra una vocación algo errada sobre qué características debe tener una red y un software libre. Por supuesto que podemos migrar a aplicaciones web, pero eso es factible: tener una máquina en la red las 24 horas corriendo nuestras aplicaciones web libres para aplicaciones web (desde Roundcube para el correo a OpenGoo pasando por calendarios, pressmark para los marcadores).

Está claro que no olvidar la lógica del software distribuido es importante para que el software con el que se construya la internet que queremos tener dentro de unos años haga posible una red tan dinámica y libre como lo ha sido hasta ahora. Si nos dejamos cerrar en corralitos-nubes de los que no podemos sacar software que puede acabar siendo imprescindible para nosotros, la red que tendremos no podrá ser distribuida. ¿Qué internet quieres tener dentro de 10 años?

*** Relacionado

El 9-11 europeo

Aunque en nuestro idioma se los conoce como el 11-S, los atentados de las torres gemelas que marcaron todo un hito en el comienzo de siglo son conocido en Estados Unidos, país donde tuvieron lugar los atentados, como el 9-11. Esto es porque en notación estadounidense, el mes se antepone al día.

Siempre me resultó curioso que el 11-S mandara a dormir el sueño de los justos la efeméride del golpe de Pinochet en Chile, que tuvo lugar con evidente apoyo de la CIA estadounidense un 11 de septiembre y que acabó instalando en suramérica otra de las dictaduras sangrientas utilizadas por los EEUU en las décadas de 1970 y 1980 para ganar posiciones y fuerza en la región.

Pero lo que realmente me molesta es que el 9-11 norteamericano sea tan terriblemente recordado y utilizado por nuestros políticos, mientras que el 9-11 europeo (en notación europea, el 9 de noviembre), que tuvo lugar en 1989 y desembocó en la caída del muro de Berlín no sea recordado ni utilizado por todo lo que representó, y que lo que de él se podría haber aprendido se pierda en el baúl de las cosas que no conviene que se sepan. En la europa oriental de la década de 1980, la lucha por las libertades floreció poco a poco para dar lugar a cambios como los que hicieron posible la caída de las dictaduras que oprimían buena parte de esos países. Y el cambio tuvo lugar de forma «tranquila»: no hubo linchamientos, no hubo ahorcamientos en la plaza pública ni nada parecido.

El 9-11 es en Europa sinónimo de algo del todo diferente a lo que es en EEUU. Aquí signo de esperanza, allí de desolación y miedo. Quizá es que el 9-11 europeo está pasado de moda (no se aluda a él en la construcción de los discursos que modelan nuestro mundo) inevitablemente en la Europa disciplinaria actual, pero a mí no me deja de sorprender cómo se nos repite una y otra vez las cosas que generan intranquilidad social pero no se nos habla de las posibilidades de cambio reales que están ahí, al alcance de una ciudadanía que realmente se ponga a trabajar por ello.

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