Hace ahora 3 semanas, la licencia con la que están publicados los contenidos de este blog, cambió. Hasta ese momento veníamos empleando la licencia GNU FDL, desde ese momento nos hemos adherido al movimiento por la devolución y los contenidos de este blog están expresamente devueltos a Dominio Público.
Este blog ha ido cambiando su licencia con el tiempo. Antes de usar GNU FDL teníamos una licencia Creative Commons.
¿Por qué un nuevo cambio ahora?
El complejísimo sistema de licencias actual es un problema para los creadores. No sólo debemos tener cuidado con las licencias de las obras que usamos para nuestros bricolajes (en el caso de que eso sea lo que hagamos), sino que luego tenemos que jugar a ser abogados y saber de leyes y escoger una licencia en función de los cada vez más complicados términos de uso de las mismas. Un follón.
Este infierno es fruto del sistema legal de copyright y es, por tanto, consecuencia de unas leyes defectuosas que las más de las veces no son redactadas únicamente por las cámaras legislativas, sino que los legisladores son aconsejados por poderosos grupos de presión. En concreto, por los abogados de estos grupos de presión. Abogados que diseñan leyes complejas que requieren abogados para que las interpretemos y nos adecuemos a sus términos aunque sea algo tan sencillo como compilar un montón de posts en un PDF y redistribuirlo. ¿No es paradójico? No, es sintomático.
Emplear una licencia al uso, incluso una licencia libre fuerte, de esas que blindan las obras derivadas como libres, al estilo de la GNU FDL es aceptar ese juego perverso en el que perdemos tiempo y dinero que podríamos estar dedicando, entre otras cosas, a crear más. O a beber cerveza o yo que sé.
No creo en el modo en que está construido actualmente el ecosistema de «propiedad intelectual». No creo en lo que defiende, ni en cómo lo defiende ni en otros usos perversos que de estas leyes de defensa pueden hacerse. Creo que se está produciendo un cercamiento digital con el que no comulgo en absoluto. No acepto esas reglas del juego, ni siquiera aunque me permitan utilizar una licencia que no me parece mala (como las de GNU). Cuando la restricción de copia y la propiedad intelectual se está usando para imponer un férreo sistema de control social, aceptar esas reglas legales es jugar a la menor. Y no, yo no pienso jugar a la menor. Jugador de chicas, perdedor de mus.
Por eso este blog está desde ahora devuelto al Dominio público. Por una demolición y reconstrucción absoluta de los sistemas de patentes y propiedad intelecual. Sin medias tintas, sin jugar a la menor para dejarnos la piel en una revolución que al final resulte estéril.