(Actualizado) La ley HADOPI-Sarkozy ha sido aprobada

[Actualización (2009-04-09): Le Parlement rejette le projet de loi sur le téléchargement illégal (gracias, Pere). La ley HADOPI ha sido rechazada por el momento, ya sabemos cómo son estas cosas: volverán a la carga… pero de momento no está aprobada.]

Emule

Finalmente Sarkozy se salió con la suya y en Francia acaban de aprobar la conocida como ley hadopi (ley sarkozy). Lo leemos en Le Monde porque lo comentó Sergio en su blog.

Para colmo en el parlamento había sólo unos quince diputados (una vergüenza que lo diputados se meen de esa forma en los intereses de sus ciudadanos), pero no es algo que nos deba sorprender y, ciertamente, no es algo que nos fuera a resultar nuevo aquí, donde hace ya mucho que el Estado legisla siempre a nuestra contra con la connivencia de una clase política bastante mediocre.

A esto hay que sumar que en Suecia ha entrado en vigor una ley que prohíbe el p2p (gracias a quienes me habéis avisado). El Europarlamento ha rechazado implantar la ley Sarkozy en el ámbito europeo ya en más de una ocasión, pero eso no es problema para una UE aquejada del síndrome de la gestapo capaz de votar una y otra vez sobre un mismo tema hasta que salga la votación que los Estados quieren (aunque sea la que sus ciudadanos no quieren): si no me creen revisen la 3ª votación sobre la extensión del copyright, esta misma semana.

He hablado profusamente sobre cómo se utiliza la lucha contra el p2p no como mera lucha por los derechos de autor, sino como instrumento de control de la red (digamos que además de arrasar con la neutralidad de la red, el p2p es también una Zona Autónoma Temporal que hay que destruir). A este tema dediqué un capítulo en La sociedad de control, mi primer libro, que pueden comprar en papel (por ej. en FNAC) o descargar en PDF libremente; o recuerden el culebrón (nunca terminado) sobre las patentes de software.

Algunos enlaces a post que quizá vale la pena releer. Sobre la ley Sarkozy y su extensión por Europa he hablado bastante en el blog:

Y si hemos seguido tan de cerca este proceso es porque atacar al p2p es destruir la neutralidad de la red, y con ella la libertad en la red. En ese sentido tengo poco que añadir a lo que he dicho en el blog anteriormente:

De muerte natural

Podemos estar de acuerdo (o no) con las manifestaciones que están teniendo lugar en Londres al respecto de la cumbre del G20 y con los antiglobis en general. Lo que no puede ser es que haya cargas policiales que se salden con 89 detenidos y un cadáver y el Estado diga que ese cadáver se murió solo: muerte natural. ¿Muerte natural en mitad de una manifestación con una carga policial que finaliza con casi 100 detenidos? Qué desvergüenza hay que tener para decir esas cosas sin que a uno le tiemble la voz.

El día a partir del cual China no podrá nunca más ser ignorada

China, esa potencia mundial que llamamos emergente como si tuviera algo que ver con todos los países en vías de desarrollo cuando todo lo que tiene en común es la existencia de una enorme clase trabajadora pobre.

Nada más que esa miseria compartida entre sus ciudadanos más pobres tiene China en común con otros países llamados emergentes. Todo lo demás es diferente. Y China lo sabe. Y en la reunión de hoy del G20 todos lo van a saber. Dice Timothy Garton Ash que hoy China sella su entrada por la puerta grande al selecto grupo de las superpotencias, ese G2 superpotencial (USA-China) en el que la UE estará ausente por méritos propios.

Viendo esto, y viendo el autoritarismo rampante de la Unión Europea, no puedo sino volver a pensar que los ciudadanos de occidente perdimos una gran oportunidad al no luchar para que los ciudadanos de Asia fueran más libres cuando aún los ciudadanos europeos podríamos haber mitigado/influido en los hábitos totalitarios de sus Estados; aunque fuera por medio de ese boycott comercial tan à la americana.

La UE podría realizar un seguimiento de todos los coches

¿Cuántas veces te han dicho que tener un coche es sinónimo de libertad? Hace cien años que desde el cine (ese gran herrero (de)formador de mentes) nos equiparan tener un coche con la libertad para irse de un sitio, dejar atrás todo lo que no nos gusta a base de acelerador y combustibles fósiles (o electricidad, claro).

No es que eso no sea falso, pero hasta hace relativamente poco una verdad sí que había detrás de todo eso: uno podía coger un coche y marcharse a cientos de kilómetros en poco tiempo, sin dejar traza en una aerolínea, sin decir nada a nadie.

No es que los chips RFID que llevan las ruedas del coche no te delaten lo suficiente. No es que los empeños de las aseguradoras por saber qué haces en todo momento no fueran a acabar consiguiendo que te instalaras un dispositivo de seguimiento: es que el Estado británico propondrá a la Comisión Europea que regule la inclusión de dispositivos de seguimiento en todos los coches que se vendan en la UE a partir de 2013. Lo leemos en The Guardian (vía ORG via Pyromancer). La comisión ya ha preguntado a los Estados miembros qué se organicen para reservar una porción del espectro de radiofrecuencias, así que está claro que su aprobación va a ser inevitable.

Recordemos que el estado británico hace ya tres años que anunció su intención de plagar sus carreteras de videocámaras para seguir a todos los coches, que pretende obtener la traza privada de las conversaciones de sus ciudadanos y cagarlos de miedo, aparte de espiar su correo electrónico (entre otras muchas cosas). Muchas de estas medidas ya funcionan en otros estados miembros de la UE, y con seguridad se extenderán al resto porque ésa es la Europa en que vivimos.

Y recordemos que la próxima revolución industrial pasa por convertir la vida privada en producto. Dos gremios tienen mucho que ganar con eso: los publicistas y las aseguradoras. Los primeros ya tienen lo que querían (RFID a mansalva y una internet banal en la que colgarlo todo sin reflexionar primero); a los segundos este tipo de dispositivos les allanará mucho el camino.

Si unimos eso al deseo insaciable que el Estado tiene por saber qué hacen las personas en todo momento, quizá tenemos una explicación al hecho de que no nos hayan preguntado a nosotros, contribuyentes, qué opinamos al respecto, no sea que les dijéramos que no estamos de acuerdo con este negocio en el que todos ganan excepto nosotros y se lo echáramos todo a perder. Al fin es más de lo mismo: purita sociedad bajo vigilancia.

¿Por qué tener un blog propio es importante?

Nada define mejor el espíritu de nuestro tiempo que el acceso fácil a la información que nos interesa. Dicen que ésta es la era de la información porque acceder a la misma te da poder y dinero. Eso no es cierto y, si lo fuera, ¡vaya descubrimiento! La información siempre dio poder. Desde los monjes y nobles que aprendían a leer hasta la utilización del acceso a esta información para conocer los aspectos privados de las personas, instituyendo en acto sagrado el contarle al sacerdote del pueblo todos tus secretos, incluso los trapos sucios que no le contarías a nadie. Cuando la iglesia perdió parte de su poder, es reemplazada por la estructura de poder de los Estados-nación, que ocupan su lugar. Éstos pasan entonces a controlar el flujo de la información, aunque de forma distinta: controlando quién puede imprimir libros y panfletos mediante la concesión de licencias estatales (en principio, para censurar las críticas a las monarquías), otorgando monopolios de explotación industrial (patentes), y por último controlando quién tiene derecho a copiar qué (restricción de copia). Este control asegura al Estado el control de la agenda pública, entendida como el conjunto de temas y preocupaciones que centran la atención de la población.

No. Cuando dicen que gracias a la electrónica digital y a internet estamos en la era de la información lo que quieren decir (aunque les de miedo afirmarlo abiertamente) es que estamos en una era en la que los ciudadanos de a pie podemos emitir información. Ésa es la revolución. Las personas anónimas como usted que lee ahora mismo, como yo que escribo estas líneas, podemos transmitir información sin que nadie nos diga qué está bien emitir y qué no. La prueba misma de esta realidad es que están leyendo este post. Los hilos del estado no llegan a cerrar este grifo de comunicación libre y humano, que por tanto camina alejándose de los grandes asuntos de interés geopolítico para impregnarse de cotidianeidad y de todo lo que una vez nos hizo luchar por mejorar nuestras vidas. Al fin, la red está habitada por personas que la van haciendo cada día. Y cuanto más ponen de ellas en la red, cuanto más de personales tienen sus páginas (llamémoslas blogs, si así todos dejan ya de contener la respiración porque en el segundo párrafo aún no he pronunciado la palabra mágica), más se alejan todas las conversaciones ahí contenidas de la agenda pública oficial que nos quieren vender. El camino que nos aleja de esa agenda ajena y nos acerca a nuestro propio mundo y nuestras propias preocupaciones y temas de interés se recorre paralelamente a nuestra capacidad para recibir y emitir información de forma autónoma.

Y nada personifica mejor el espíritu de nuestro tiempo (esa facilidad para recibir y emitir información) que internet. Y dentro de internet, la web. Y dentro de la web, nuestras páginas personales; incluidos los blogs. La blogsfera. O, mejor dicho: las miles de blogsferas en las que pequeños grupos de personas se relacionan y cambian sus mensajes y crean sus propios temas de debate, se cuentan lo que han hecho y lo que quieren hacer, expresan sus preocupaciones y actúan para solucionar aquello que los aqueja. No la conversación, sino las miles de conversaciones en las que las personas dan forma a su propia agenda. Los blogs. Siempre los blogs. Pero también los bloggers. Dicen que somos ególatras y narcisistas, y que aquellos que escribimos blogs nos creemos más influyentes de lo que somos en realidad.

¿Es la red, o son los blogs, un ecosistema ególatra, narcisista y poco influyente? Las primeras acusaciones carecen de importancia así sean falsas o no, son pura tontería. Me preocupa más el último punto por todo lo que lleva implícito. ¿Qué es influencia? La influencia no es una magnitud absoluta. Hay que medirla en referencia a alguna otra cosa. Influyentes en relación a qué. La realidad es que cunado se dice «los blogs no tienen influencia» se están dando por implícitas muchas cosas. Casi todas erróneas. La más importante de las cosas implícitas en esa afirmación es que los blogs pretenden modificar la agenda pública del Estado, cuando esto no es así. La frase, correctamente expresada sería: «los blogs no tienen influencia para modificar la agenda pública que transmite y dirige el estado». Y eso no es cierto en todo caso, pues hay momentos en que la rápida comunicación que hace posible la red sí puede modificar la agenda política.

En cualquier caso, resulta que ése no es el fin de los blogs. La red tiene capacidad para jugar a la mayor y limitarnos a eso sería jugar a la menor. La verdadera realidad es que los blogs no tienen por qué posibilitar la modificación de la agenda pública del estado, sino hacer posible el nacimiento de un sinfín de agendas públicas alternativas que afecten únicamente a los individuos que forman parte activa de un grupo determinado. Del canal único de gestión de la información y la vida personal en base a unas preocupaciones marcadas de forma artificial a la creación de un conjunto de asuntos (diferentes en cada caso) que realmente afecten a cada grupo de personas. De una agenda pública a miles de agendas públicas. Esa es la verdadera revolución que nace de la red.

Tendemos a pensar que este paraíso informacional en el que todos podemos comunicar nuestra visión de las cosas es algo nuevo, nunca visto. Sin embargo, esto que internet nos propone, capacidad para emitir y recibir información libremente, no es algo nuevo y ya sucedió al menos una vez. Al menos una vez ya se vivió algo parecido: fue con la aparición de la radio y de centenares de emisoras fuera de control estatal. Al estado le dio miedo, reguló el medio hasta el extremo y mató aquella posibilidad. Sucedió en 1912 en los Estados Unidos y desde aquel día hace falta una licencia del Estado para emitir por radio. El número de emisoras, varios miles ya en aquellas fechas, se redujo drásticamente a sólo unas decenas. La radio, que posibilitaba el cambio de arquitectura informacional, sucumbió a la embestida estatal.

En los últimos años, más intensamente en los últimos meses, los Estados de todo el mundo se esfuerzan por regular la red del mismo modo que hace un siglo regularon la radio. El objetivo no es otro que centralizar la red, dejarla de nuevo bajo control de forma que nada se emita en la red sin que antes lo aprueben una legión de abogados. El que no pueda pagar dicha legión, sencillamente, no podrá emitir. Conviene no olvidar que toda arquitectura informacional sostiene una estructura de poder: si la capacidad de transmitir información recae en un grupo reducido de personas, el poder también; y los demás estarán siempre subyugados y mermados en su capacidad de decisión. De esta forma, sólo una red en la que todos puedan transmitir información en igualdad de condiciones garantiza que el poder se reparta y que nada limite la capacidad de organización y decisión individual. Sólo una red que respete la neutralidad de todos los nodos será libre.

Aparte el riesgo de control estatal excesivo sobre la red, está el riesgo de que la misma quede centralizada en unos pocos nodos (sean o no públicos, estén o no bajo intensivo control estatal). En los últimos años, la cuota porcentual de visitas de los sitios más visitados aumenta sin parar. Esto significa que los diez sitios más visitados de internet acumulan cada vez más atención. Esto es debido en parte a la paradoja del control de internet. Pero también en parte sucede cuando dejamos de lado los mensajes estructurados propios de un blog para centrarnos en la mera banalidad. Si en lugar de elaborar un blog nos limitamos a abrir un perfil en internet o a escribir líneas de 140 caracteres [capaces de contener un titular, pero nunca un mensaje elaborado], la desestructuración del mensaje producida por estos entornos se utiliza para volver a centralizar la red y quitarle su componente irreverente y articuladora de discursos y agendas alternativas. Si además este tipo de comunicación desestructurada tiene lugar inevitablemente usando una herramienta privativa y bajo control de un único nodo de la red, estamos reincidiendo en el punto anterior. Parece que los blogs, al fin, sí que sirven para mucho más de lo que nos dicen aquellos que afirman que han muerto y que ya no son modernos.

En 2009, no cabe ya duda de que la red es un medio maduro. Incluso los blogs, una de las formas más exitosas y útiles de expresarse en la red, son un medio maduro. No cabe duda de que a todos nos gusta internet pero pocas veces reparamos en qué tiene la red que hace posible todas esas cosas que nos gustan. Y ese algo especial que hace que la red nos guste tanto es su carácter distribuido. Por decirlo de alguna forma: en la red nadie tiene derecho de veto sobre la opinión de los demás. Eso es lo que hace que nos guste tanto: nadie puede vetar nuestras opiniones por el simple hecho de que sean diferentes. Sin embargo, en 2009 se hace evidente que este carácter libre y abierto de la red irrita en demasía a determinados grupos sociales que hasta ahora ostentaban el monopolio de la información (estado, emporios de comunicación) y el monopolio de decidir qué cultura se puede consumir y qué temas debe tratar esta cultura (estado, editoriales). Por todo ello, la libertad de la red no está tan garantizada como tendemos a pensar; más bien está más amenazada de lo que nos queremos creer. También es bien cierto, que no cunda el pánico, que disponemos de los medios, la tecnología y el conocimiento necesario para defender todos estos nuevos poderes que nos han caído encima. Sin embargo, la red no se defenderá sola. Haces falta tú.

El poder político se empeña en controlar la red, como una mala prescripción a la esquizofrenia en que está inmerso. La parte buena es que, más allá de la crisis de identidad a la que están sujetas los partidos políticos [gestionados mediante una estructura centralizada y absolutamente jerarquizada que ya no se identifica con la estructura distribuida del mundo en que vivimos] y del castigo electoral a que habrá que someter a los que se empeñan en controlar la red, lo único que se requiere para que la red siga siendo libre y distribuida es tu pequeño granito de arena. ¿Quieres mantener una red distribuida donde todas las voces tengan su lugar? Bloguea; y si vez algo que no te gusta, cuéntaselo al mundo. Pero no olvides contarle también al mundo aquello que te guste de entre lo que vayas viendo. Traza conversaciones, traza lazos, crea redes. Interacciona. Sé cotidiano, reflexiona, articula. Bloguea. Aún más: si es posible bloguea desde una plataforma independiente que no pertenezca a ninguna de las grandes empresas de la red: usa tu servidor. Y aún hay más: si tienes los conocimientos o los medios necesarios, acoge en tus servidores a tus amigos. Enséñales lo que pueden hacer con muy poco esfuerzo.

Para que la red siga siendo distribuida y libre, frente al empuje del Estado y de las grandes corporaciones de internet, estamos nosotros. Si cada uno se hace fuerte en su propio sitio y fortalece su entorno, la red superará toda amenaza y subsistirá tal y como la tenemos, tal y como nos gusta, tal y como siempre la quisimos. Ningún texto de los que se han escrito sobre internet es tan emocionante como la declaración de independencia del ciberespacio. Aquí, como ahí, somos más y estamos mejor equipados. ¿Qué red quieres tener dentro de diez años? Aporta tu parte para conseguirla. Juntos podemos tenerla. ¿Qué mundo quieres tener dentro de diez años? Aporta tu parte para conseguirlo.

[Este artículo apareció originalmente en el BlogGuest 2, junto con otras interesantes reflexiones de amigos y compañeros de Antonio Cambronero. No quise ponerlo por aquí hasta que el mismo Antonio lo pusiera en BlogPocket y disfrutara unos días de la merecida exclusiva –suya fue la iniciativa–, pues me pareció mejor hacerlo así :) ]

Si no grabamos tus chats, los terroristas ganan

Cuando defendemos que internet siga siendo una herramienta distribuida lo hacemos sobre todo porque, si la red se centraliza, conocer todo lo que pasa en la red se limita a saber lo que pasa por esos nodos centrales: una tarea mucho más sencilla. Podremos aducir que es conveniente por motivos de seguridad, yo diría más bien que es puro teatro: hacer eso no sólo no mejora nuestra seguridad sino que la empeora.

Aunque no falte gente interesada en saber lo que hacemos (personal de RR.HH., ex-varios y todo eso), podemos decir que el principal interesado en saber lo que haces en la red es el Estado. Y digamos que una red distribuida no impide que el estado lo sepa todo de ti, pero al menos le obliga a hacer el esfuerzo de vigilarte.

De momento, la utilidad centralizadora de sitios web como Twitter y Facebook ya ha despertado los cómodos deseos del gobierno británico (que parece que estos días vuelve a volar libre hacia la sociedad de control): el gobierno británico ha anunciado su intención de obligar a estas dos webs a darle un registro con todos los chats/mensajes que se transmitan ahí dentro para espiar a sus ciudadanos. Lo leemos en Clarín vía Esta Europa NO.

Aún sin estar aprobada todavía, y pese a que Facebook se posicione en contra de tal medida (en un acto de alta hipocresía, visto cómo se gana la vida), este anuncio es toda una declaración de intenciones: un mal movimiento que deja claras las aspiraciones totalitarias del estado británico, pues nunca existió libertad sin privacidad y estos movimientos persiguen dejar a las personas completamente desnudas frente al Estado.

Inevitablemente, esta medida será copiada por los homólogos europeos, tan dados a copiar la legislación cuando atenta contra nuestras libertades (el caso más reciente es la ley hadopi-sarkozy, que se está extendiendo por Europa como la peste).

Por cierto que esto no es nada que no tengamos aquí: hace ya años que se aprobó la obtención de la traza privada sin control judicial. Y está claro que en internet, distinguir la traza privada. Tus chats no son menos importantes en «la lucha contra el terror»., esa injustificada propaganda delatada por las cifras. La semantica de combate y la política del miedo en uno de sus grandes momentos: la lucha contra el terror.

Así que ya sabes, con la excusa de la política antiterrorista todo vale: si el Estado no puede leer tus conversaciones privadas, los terroristas ganan. Y es muy difícil decir que uno está a favor de que los terroristas ganen sin que suene a demencia senil.

Haz que pasen miedo, mucho miedo

cartel alarmista
«Estos productos químicos no serán utilizados en una bomba porque un vecino avisó del estado del vertido a la línea de atención antiterrorista.

No lo dejes en manos de otro. Si sospechas, delátalo.»

[Uno de los carteles empleados en la nueva campaña británica de terror infligido desde el Estado.]

UK vuelve a la carga con más sociedad de control. No que hayan comenzado hoy,(*) sino que de verdad la nueva campaña de delaciones y alertas ciudadanas parece sacada de la historia más negra de Europa.

Digo esto al hilo del enésimo intento estatal de asustar a los londinenses mediante una campaña de terror mediático sufragada con dinero público (the register). Esta campaña viene a superar (con mucho) el terror que ya metían hace un par de años en los carteles de metro, para implantar un sistema de delaciones que haría estremecerse de entusiasmo a los peores regímenes que en Europa han sido.

El enésimo intento de conseguir que a raiz del miedo inoculado por el estado los ciudadanos se delaten unos a otros por cosas como lo que tiramos a la basura. Aunque sean sólo productos de detergente vacíos. El terrorismo de limpiar la casa, el terrorismo de incentivar el desarrollo de tolerancia que la población tiene hacia las tecnologías de control social.

El enésimo intento de dominación a través del miedo: ¿qué es eso sino terrorismo? Terrorismo de estado, claro.

Vecinos llamando a toda prisa a la policía porque su vecino tiró un bote de plástico de esos que usan los terroristas en potencia, o quizá tan sólo era un bote de detergente -o lejía, ¿quién sabe?-. ¿Qué importa? Haz que pasen miedo.

(*) Desde luego no es algo nuevo:

Acalpixca también ha hablado de ello.

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