Diebold vende su división de voto electrónico a ES&S

A mí suena haber hablado de esto hace meses, incluso recuerdo haberlo comentado en el blog, pero en todo caso no encuentro el post y, de todas formas, no está de más comentar una noticia que se ha cerrado hoy.

Veo en el New York Times (via Jason Kitcat) que Diebold vende su (muy criticada) división de voto electrónico a ES&S.

Diebold ya había cambiado el nombre de su división hace un tiempo, cuando pasó a llamarse Premier Election System. Aquel cambio de nombre, y esta venta, obedecen a la misma lógica: cuando tu mercado principal son cajeros automáticos, los escándalos sobre la seguridad de tus máquinas de voto electrónico pueden enviar tu negocio al carajo debido a la desconfianza de usuarios y entidades bancarias.

Y está claro que antes que enmendarla, lo mejor es vender a alguien que no tenga tanto miedo a los escándalos (o que esté suficiente incentivado para bregar con ellos). ES&S era hasta ahora el máximo rival de Diebold en este mercado, ahora controlará dos de cada tres máquinas de voto electrónico vendidas en los EE.UU.

Lecciones de Creative Commons: un problema añadido

En este blog hemos hablado a menudo sobre licencias: licencias de software y licencias para todo tipo de obras, así, en general. También apuntamos algunos de los problemas derivados de una oferta excesiva de licencias incompatibles entre sí. (Y eso sin entrar a las obras huérfanas, que ése problema es de licencias pero tiene más matices.)

Es un debate/reflexión que aquí ya tuvimos hace mucho y que concluyó con la devolución del blog al dominio público.

Estas semanas pude leer varios apuntes que se hacían eco de un informe realizado y publicado por Creative Commons a partir de sus propios datos en el que daban una estimación de qué tipo de licencias son las más utilizadas. Los datos se resumen en esta gráfica, que puede verse en la propia página de Creative Commons (los datos son de julio de 2008, y siguen ahí a día 2 de septiembre de 2009, por si actualizan los datos en el futuro y la situación diera un vuelco inesperado).

Porcentaje uso licencias Creative Commons

De esta figura extraemos dos datos importantes (uno de ellos muy importante):

  1. El 25% de las obras permiten únicamente copia sin modificación, que no permiten ni siquiera con el componente viral (utilizado por casi la mitad de los usuarios de estas licencias). Simple copycat para una de cada cuatro obras. Un mal dato.
  2. Pero el verdadero dato es que el dos de cada tres obras no puede ser usada libremente. Dos de cada tres, casi el 70% de las mismas, restringen el uso de las obras.

Toca buscar dónde está fallando el problema: la gran mayoría de obras copyleft(*) no son libres. Sus usos son limitados, en una gran cantidad incluso limitadísimos. ¿Quién tiene la culpa?

(*) En realidad no son copyleft, el término ha sufrido una devaluación mortal, me temo.

¿El problema es de Creative Commons? Sí y no. Creative Commons persigue quitar el poder a los intermediarios y dárselo directamente a los autores. Por tanto son los autores los responsables de que las obras no sean libres. La responsabilidad de Creative Commons es consecuencia de su asepsia con respecto al régimen de propiedad intelectual contemporáneo, cuyos principios y base no son puestos en duda por Creative Commons en ningún momento. Como dije en su día cuando este blog adoptó la licencia GNU FDL:

mientras la licencia GNU persigue el ideal de libertad renunciando a todos los derechos (ojo, que el término Copyleft iba acompañado en su primer uso con el epígrafe «renunciados todos los derechos»), Creative Commons persigue otorgar el control a los autores.

Como estos días nos recordaban en la bitácora de Las Indias:

La cuestión es que Creative Commons nunca se planteó cuestionar el monopolio legal de los autores ni ejerció crítica alguna a su pretendida función como incentivo para la creación

Así, los autores son los verdaderos responsables, pero ha de quedar claro que el entorno acrítico con la propiedad intelectual actual (en el que Creative Commons tiene su negocio y al que no va a atacar porque se le acaba el chollo) no fomenta el cambio de mentalidad que haga a las personas comprender qué ventajas tiene liberar de verdad su obra. El problema aquí es de mentalidad, y no de licencia. Alguien debería preguntar a los usuarios de Creative Commons porqué no liberan más su obra.

En todo caso, así a primera vista creo que podemos sacar algunas conclusiones, casi a vuela pluma:

  • La lógica de la abundancia no ha sido comprendida. De ahí las trabas a la libre distribución y remezcla de las obras.
  • Se sigue viendo la difusión máxima de las obras (no confundir con el plagio) como un enemigo. Seguramente hay entre los bloggers muchos que, como los medios masivos, piensan que Google y la circulación de sus obras es su enemigo. El problema no es la circulación, sino la abundancia (ya mencionado arriba).

Esto arroja otra conclusión siniestra: que casi todo el mundo impida el libre uso de sus obras confirma que aunque la mayoría critican a los partidarios del duro copyright (véase SGAE y similares), todos sueñan con repetir su mismo modelo de negocio: generar artificialmente escasez (prohibiendo el uso comercial de su obra) para ganar dinero en el s. XXI en la forma en que se ganaba en el s. XX.

Además, hay un problema añadido que comentan en No solo software:

Es por ello que me parece que los resultados obtenidos por Creative Commons en sus 8 años de proyecto no son suficientes, de hecho ni siquiera son positivos. CC está creando una ilusión injustificada de “obras libres” que no se corresponde con la realidad.

Una falsa sensación de obras libres que podría guiar a una relajación del activismo implicado en estos temas.

En conjunto, un verdadero problema. Esta vez el problema no es de licencias. Aunque aceptar el sistema de propiedad intelectual actual de forma irreflexiva, somo si fuera inocuo, sea algo negativo y eso sea precisamente lo que Creative Commons favorece, el problema no es de licencias: es de mentalidad.

Es en el modo de afrontar este problema de mentalidad donde alternativas como la Devolución al dominio público tienen un papel que jugar. Porque es disruptivo: porque invita a reflexionar sobre lo que el acto de escoger una licencia (en este caso, no escoger una licencia) representa y porque, en definitiva, suple muchas de las carencias mostradas por Creative Commons, sin devaluar lo que Copyleft significa. No olvidemos que la primera vez que el término Copyleft fue empleado, venía a compañado de la siguiente aclaración: «Copyleft. Revocados todos los derechos.» No parece que la mayoría de obras publicadas bajo Creative Commons merezcan (que viene de mérito) el apelativo de Copyleft.

Cuando algo que se presume malo es aún peor: los juegos-test de Facebook

Facebook

Leo un interesante artículo en R/WW en el que se analiza el funcionamiento de los Test de Facebook, esas populares aplicaciones/juego con las que mucha gente consume ratos/horas en una actividad pretendidamente inocua -y nada inocua, por cierto.

La ACLU (American Civil Liberties Union) de California del norte ha preparado un test demostración en el que se prueba qué información del usuario es accesible para el desarrollador del test. Se evalúa el acceso del desarrollador cuando estás realizando el test, pero también el momento en que un amigo hace el test (¡aunque tú seas cauto y no hagas esos test!, y esto último me recordó demasiado al escándalo Beacon, también protagonizado por Facebook).

El punto fuerte del análisis es que, contra lo que muchos piensan, no sólo las respuestas del test son accesibles al desarrollador, sino gran parte del perfil (en el momento de realizar el test) y todo el perfil (cuando un amigo realiza el mismo test).

La repercusión sobre la falsa sensación de privacidad que provee Facebook es brutal: esa sensación es más falsa que nunca, ya que el desarrollador accede a conocer información del perfil, incluso ésa que tú no pensabas que él vería. Incluso ésa información que has restringido mediante las ¿inoperantes? opciones de privacidad.

De esta forma, y esto es algo nuevo para mí, no es que respondiendo test estés ayudando a forjar un mejor perfil comercial de tu persona, es que ese perfil está siendo tallado de forma milimétrica porque los desarrolladores pueden acceder a toda tu información, y no sólo a las preguntas estúpidas del test. Ésa es la verdadera conclusión importante que aprendemos de esta historia: los test de Facebook ya se presumían incómodos en cuanto a entrega de información sin fin concreto, pero ahora sabemos que son mucho peor.

¿Tienes usuario en Facebook? No pierdas la ocasión de jugar con el test de demostración de la ACLU. Realmente impagable. Defiendo que incluso aquellos que creen que es más fácil tener la vida centralizada en Facebook deberían aspirar a tener una presencia online independiente, propia y fuerte. En todo caso, a corto, los usuarios actuales de Facebook harán bien reordenando sus opciones de privacidad. Actualización: También harían bien firmando en esta petición online de la ACLU para que Facebook corrija ese feature bug, que olvidé poner pero del que me ha avisao Miguel.

No dejaré de decir que la próxima revolución comercial va a convertir, de forma poco ética –o quizá es que no estamos preparados–, nuestra vida privada en producto empaquetable y vendible. Me gustan las moderneces como a cualquiera, pero no creo que usar Facebook reporte los beneficios necesarios para compensar esa entrega implacable de información personal y autonomía comunicativa.

SITEL

«¿Cuántos de los lectores saben que en España los Cuerpos de Seguridad del Estado, es decir Policía Nacional, Guardia Civil, policías autónomas e incluso las Fuerzas Armadas, no necesitan una orden judicial para intervenir las comunicaciones telefónicas? A este respecto existe tan solo una normativa, la Ley 11/2002 de 6 de mayo que regula el funcionamiento del Centro Nacional de Inteligencia.»

Así de explosivo comienza uno de los mejores post que he leído últimamente. Lo publica Patxi Igandekoa en su blog, al que llego vía David y que me anoto desde ya en mi lector de feeds, para darle una oportunidad que se ha ganado de sobra, porque el blog promete mucho.

Tiene otros párrafos interesantes (las negritas son mías):

«Mucha más fe es la que se necesita para creer lo contrario, que siendo tan fácil y no existiendo una cobertura jurídica garantista de ningún tipo para los derechos del usuario telefónico, el gobierno de la Nación no se vea tentado de utilizar unos medios técnicos que le ponen en bandeja no solo las conversaciones de la oposición, sino las de cualquier ciudadano del país. El incidente podría haber servido para iniciar una sana polémica sobre la protección judicial de las telecomunicaciones, pero por desgracia ha degenerado en la rebatiña partidista de siempre

Ya avisé que estábamos de vuelta. El verano, muy de calma chicha –como dice Acalpixca, se acaba. Sigue el movimiento en la lucha por las libertades digitales y, una vez más, parece que tenemos todas las ideas constructivas de nuestra parte. Por ahora, vayan a leer ese post de Patxi, es la mejor lectura posible para esta sobremesa de agosto.

SITEL no es un sistema nuevo, aunque sí es muy poco conocido por la mayoría de personas. No está de más que seamos conscientes de hasta que punto hemos entregado un poder excesivo al Estado a cambio de una falsa sensación de seguridad, de hasta qué punto no nos damos cuenta que el Estado ya cuenta con muchas de las herramientas de la sociedad de control.

Un cierto tono de marrón

Hace unos meses actualicé esta web: instalé Drupal 6 (que ya había salido tiempo antes) y cambié el tema por defecto. En aquel momento dije que me gustaría liberar el tema del blog para que otros puedan trabajar a partir de él y hacer sus propios temas para Drupal.

De aquello hace tiempo. Por el camino vino mi intención de publicarlo en la web de Drupal (para añadirlo al repositorio de temas que tienen allí), pero me caducó la solicitud por ser lento en la respuesta (por hacerlo en agosto y quitarle prioridad al asunto). Me dio pereza volverla a solicitar y decidí hacerlo más rústico: colgar el tema aquí mismo; y se acabó.

Mi intención, ya acumulado cierto retraso, era la de haber aprovechado el cumpleaños del blog para colgar el tema, pero al final no ha sido hasta ahora que lo he tenido listo.

El tema tiene por nombre Un cierto tono de marrón, que es un nombre poco imaginativo –visto el tema, y está liberado bajo los términos de la licencia GNU GPL 2.

Tengo pensado irlo actualizando, ya que apenas he tocado la estructura básica pero desde el momento en que hice el tema al día de hoy he aprendido más desarrollo de temas en Drupal y hay algunas cosas que en su día hice utilizando una aproximación que ahora podría realizar de forma más elegante creando regiones nuevas y cosas así. Las modificaré cuando tenga algo de tiempo.

El enlace al archivo:

Una captura de pantalla del tema:

Un cierto tono de marrón

Comentarios y consejos son bienvenidos, como siempre.

Decíamos ayer

Collections, por XKCD

Llega la última semana de agosto. El calor aprieta pero ya no sudamos tanto como antes y todos aquellos que nos tomamos unas vacaciones (más o menos largas, más o menos serias) internetiles vamos volviendo poco a poco a la carga.

Acontecimientos de los que quizá hablemos un siglo de éstos hicieron que, este blog en concreto, estuviera sin actualizarse más de dos semanas. No era mi intención; no pude evitarlo. Y de todas formas ya da igual: estamos aquí y seguro que pronto estamos a tope.

El verano ha sido interesante en noticias. No en el plano legal: nuestros políticos descansan más que nosotros. Sí en muchas otras noticias, informes e ideas. Igual en los próximos días voy asomando por aquí algunas de las más relevantes que fueron surgiendo o vi por ahí.

Pero será luego. De momento esto es todo. Bueno, esto y una de las tiras de este agosto en Xkcd, que es genial y que me además me han enviado un par de amiguetes. Es una tira un tanto pesimista pero no me importa porque amo a Xkcd. Por cierto, si estaban temiendo las consecuencias de un ataque zombie sobre la humanidad, dejen de preocuparse. Hemos vuelto. Mañana más.

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