Los que se van de Facebook siguen ganando atención mediática. Si entonces fue el New York Times, ahora lo comentan los medios en castellano y las historias de gente que «se va de Facebook» ya no son estadounidenses, sino locales. Lo podemos leer en La Vanguardia, en un extenso reportaje al que llego gracias a Elliot. Será que sí, será que los renegados de los caralibros son un fenómeno social…
Pasar a la acción
«Si empleas el poco tiempo que tienes imaginando todo lo que podrías hacer, en realidad nunca harás nada.»
– Fredp, en el Acerca de de su blog.
(descubierto gracias a Pere.)
Supongo que es la historia de siempre, pero me pareció bueno ponerlo.
La CIA interesada en monitorizar la web
Menudo titular, estarán pensando, propio del capitán Obvio. Pero no está de más recordarlo cuando nos enteramos que la CIA (a través de (vía In-Q-tel) acaba de invertir en Visible Technologies (nota de prensa de VT vía Schneier), una empresa especializada en rastrear y monitorizar las páginas de las (mal llamadas) redes sociales.
Claro que esto no cambia lo que ya sabíamos: hay que tener cuidado con lo que ponemos en internet, no pongas en internet lo que no pondrías en una postal. Y si lo quieres poner, ponlo: pero piensa primero en ello. Y sé consciente de que estará ahí para los restos (si la memoria de la red no falla). Sed conscientes de que los publicistas y las aseguradoras (en el menos chungo de los casos) y el Estado usarán esos datos para controlarte mejor.
¿Para cuándo se actualizarán los chascarrillos populares y dejaremos de comparar la vigilancia de la red con la KGB para compararlo con los servicios de inteligencia actuales, como la CIA estadounidense o los propios del Estado español, que se apoya en herramientas como Sitel, amparadas por la ley?
Las consecuencias de la pandemia
– Entonces, te pongo al mando de la planificación de las contigencias para la pandemia. Calcula el impacto, sobre nuestro negocio, si el 50% de nuestros empleados llegan a perder su capacidad de ser productivos.
– Ese supuesto es dos veces mejor que lo que estamos ahora.
– Tan sólo haz unas diapositivas que digan que será malo.
Poco queda que decir sobre la gripe, las alarmas mediáticas y los oscuros intereses de control y dispendio de nuestros impuestos por parte de los Estados y los organismos supraestatales en los que se apoyan (como la OMS). Pero la viñeta de Dilbert me arrancó una sonrisa, ya que pese a la alarma (y a la rebaja para futuras del umbral de pandemia por parte de la OMS), la dichosa gripe no es ni la sombra de lo que los periodistas, esos grandes profesionales nos decían.
Bocados de Actualidad (100º)
Y aquí están otra vez los Bocados, centésima (hito redondo) entrega de la ronda de lecturas recomendadas de domingo. Suena el folk pausado de Julie Doiron, y yo no os entretengo más y os paso directamente con los enlaces de la semana.
- El arte de las cosas y el impulso público a las cooperativas, tipo de organización que mejor está cabalgando la crisis.
- Security by Default y el enésimo aviso sobre las consecuencias del uso de aplicaciones de Facebook.
- Autenticar transacciones, no personas. Por Sergio Hernando.
- Julen nos habló de electricidad, internet y esclavitud, que acaba con la misma idea que acabé el otro día hablando de Neuromante: hay quien no acepta que la realidad que vivimos es un fundido de internet y mundo físico.
- David Bravo y la última batalla que plantea la «coalicción de creadores».
- Mercè Molist y uno de los posts con los que más coincido: la decadencia del p2p. Sobre esto tengo un post en mente, pero de momento leed el suyo.
Mañana más, sobre los temas de siempre.
Sobre Google Wave
Intento, cada vez más, abstraerme de comentar el último hype tecnológico de turno. Por eso en su día no comenté nada sobre Wave.
Aunque espero probarlo (la curiosidad la tiene uno) para ver su verdadero potencial, de momento mi opinión al respecto, plasmada en texto en un comentario en lo de David que creo conveniente ascender a post.
Tan bonito como terrorífico. Me recuerda a un pasaje de El señor de los anillos (pasaje que, por cierto, quedó fatal en la peli) en el que Frodo ofrece el anillo único a Galadriel y ésta le contesta «¿me darías a mí el anillo? ¿para derrocar a Sauron? ¿y en el lugar del señor oscuro pondrías a un ser igualmente poderoso pero bello, al que nadie se resistiría?». Pues igual: si Wave es lo que va a desbancar a los caralibros, malamente vamos, jeje.
Por suerte o por desgracia, soy escéptico sobre el éxito de Wave. En una web en la que Microsoft no se atreve a cambiar la intefaz de Hotmail porque sus usuarios se perderían y no lo entenderían y en la que Google sufre exactamente el mismo fenómeno con la interfaz de YouTube (todas las demás webs de vídeo han superado ya con creces la interfaz de YouTube), el cambio de paradigma que propone Wave es enorme.
Además, eso de ver lo que escribe el otro en tiempo real tiene muy poco de novedad. Eso ya lo hacíamos hace 12-13 años con ICQ, y lo dejamos de hacer por motivos que ahora parecen haber caído en el olvido: traía más malentendidos de los que solucionaba. ¿Por qué iba a ser diferente en 2009 de lo que fue en los 90?
Creo que ese bloqueo que se produce ante la reticencia a adoptar un sistema hipotéticamente superior debido a la comodiad y familiaridad del hipotéticamente inferior ya en uso se llama encasquillamiento, pero esas cosas las explica Juan Urrutia mejor que yo. Yo creo que Wave tiene que luchar contra un encasquillamiento enorme: nada en internet nos es tan familiar como el correo-e y pocas cosas que nos cambien nos hacen ser tan reticentes como cambios en el correo electrónico.
No me culpen por la breve y furtiva explicación que doy en ese comentario; lo escribí rápidamente y sólo después pensé que merecía la pena convertirlo en post.
Neuromante
Por fin me hago hueco para comentar uno de los librines que he leído últimamente: Neuromante, de William Gibson. Supongo que este libro es una deuda pendiente conmigo mismo (como en su día lo fue el Criptonomicón), pues se trata de un clásico de la ciencia ficción que no había leído.
La verdad es que el libro no defrauda, aunque el mundo ya nos es familiar a los que habíamos jugado a Cyberpunk (el juego de rol) y a los que ya habíamos leído otras historias del estilo como Quemando cromo (también de Gibson). Neuromante, al contrario que el compendio de cuentos cortos, no adolece de altibajos ni un nivel irregular: la historia te engancha y lo hace de forma constante, y es breve, con lo que se lee en muy poco tiempo.
A destacar del libro, primer libro verdaderamente cyberpunk, el universo futurista, oscuro como el Blade Runner de Ridley Scott, en el que la inteligencia artificial (ahora que sabemos que los robots no serán hombres de lata se ve aún más creíble) se mezcla con la humanidad y comparte su destino, y en el que la vida en la red y fuera de ella están confundidas hasta el extremo. Siendo ésa la parte más válida del libro, si lo vemos como el cuento escrito en los ochenta que es: la ampliación del mundo en el que vivimos con todo lo que la red, internet, nos trae.
Y es que la red nos trajo infinitas posibilidades y se equivoca el que quiera desinventar la rueda, como también lo hace el que pretenda convencernos de que vivir en red (y seguramente eso implica desarrollar identidades propias más allá de las preestablecidas) no es vivir: vivir aquí (y así) también es vivir.
Y eso es cierto para cosas extraordinarias pero también para el día a día, como nos recordó Alexliam (con su peculiar estilo) hace unos días.
Dicho todo eso, un libro recomendable si te gusta esa ambientación, aunque no me llega a gustar como me gustó Criptonomicón. ¿Qué le vamos a hacer?