Estos días se celebró el II Encuentro sobre democracia económica, en Arrasate.
Sobre el encuentro, todo lo que puedo decir es que la organización fue sobresaliente, que Gorka es un maestro de ceremonias excepcional, que pudimos encontrarnos a personas con las que hacía tiempo que no coincidía, como Julen, y conocer/charlar con personas como Mikel o los chicos de Investic, entre otras muchas también interesadas en el modelo de Democracia económica.
Sobre lo que pudimos aprender en el encuentro creo que a las conclusiones extraídas de la puesta en común final y a lo que ya hemos dicho en la Bitácora del Arte hay poco que añadir.
Pero poco no es nada, así que me gustaría lanzar una idea que tras el Encuentro no puedo sino pensar que es muy necesaria. Hace falta un Bazar de la Democracia Económica. Lo podemos llamar como queramos, pero a mí me encanta la palabra Bazar. ¿A qué me refiero con este bazar de la democracia económica?
Uno de los problemas comunes que se comentaron entre todos los asistentes durante toda la jornada del viernes fue la dificultad de encontrar no ya personas que quieran trabajar en ellas, sino personas que realmente quieran ser parte del proyecto. En todos los casos (da igual la forma legal del proyecto) esto requiere querer ser emprendedor, seguramente conlleve una implicación mayor con el proyecto. No todo el mundo quiere eso.
De hecho, no muchas personas buscan eso, lo cual supone un handicap cuando buscas no sólo alguien capaz de realizar una tarea, sino que quiera hacerla desde un plano de implicación mayor que el de un simple asalariado. A menudo esto obliga a pasar trabajo a terceras partes cuando uno se encuentra con un proyecto interesante (y a éstos cuesta decir que no) pero cuya escala excede la capacidad productiva de los implicados y obliga a buscar socios y colaboradores que realicen algunas tareas. Es aquí donde el Bazar entra en juego.
En esos momentos, es de suma importancia tener un sitio en el que buscar colaboradores dentro del ámbito de la Democracia económica, sin tener que recurrir a socios cuyo modelo empresarial no compartimos (y que a menudo puede llegar a indignarnos por el trato que recibimos por parte de ese modelo que prioriza el beneficio al bienestar de las personas).
De esta forma, el Bazar de la democracia económica es ese pequeño sitio, algo caótico pero abierto a todos los que quieran ofrecer sus servicios respetando una norma básica (vamos, tal y como funcionaron los bazares desde hace siglos), que en este caso sería que tu empresa/proyecto(*) se rija internamente por alguna forma de democracia económica, en el que yo puedo buscar si hay alguien capaz de realizar esa tarea que yo necesito pero no puedo hacer.
Así, en este Bazar podríamos volcar información que describa quiénes somos, cuál es nuestro modelo de democracia económica, qué sabemos hacer. Funcionando a modo de repositorio de demócratas económicos a los que recurrir cuando uno necesita externalizar una tarea y quiere que esa tarea vaya a parar a alguien con quien, de alguna forma, se comparte una cierta visión de las cosas.
Este Bazar, de hecho, podría incluso tener funciones tipo SourceForge, de forma tal que yo puedo no sólo buscar un colaborador concreto, sino ofertar tareas, de forma que sea también un tablón de anuncios, o que entre varias personas se puedan organizar proyectos que de otra forma no se abordarían.
O mil posibilidades más, eso ya es cosa de hasta donde nos llegue la imaginación con las propuestas. Lo básico, lo fundamental, algo a lo que creo que llegamos de alguna forma durante el II Encuentro, es que cuando crecer es complicado, facilitar el contacto entre grupos/comunidades/proyectos similares mediante un repositorio-Bazar desordenado, dinámico, heterogéneo, caótico pero aglutinador de todos esos proyectos que de alguna forma apuestan por la democracia económica como principio de organización interna es importante para buscar asociaciones y colaboraciones en un entorno en el que crecer es encontrar compañeros más que buscar asalariados y, por tanto, es difícil, puede resultar interesante y beneficioso para todos los que nos movemos en este entorno.
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(*), Fue Julen el que explicando su modelización de Empresas Abiertas recalcó que nadie sabe cómo llamar a estos entes: ¿son empresas, son comunidades, son proyectos a largo plazo? Es complicado porque es un ámbito diverso y heterogéneo, no puedo evitar no saber yo tampoco cuál término se ajusta más, de forma general, a la mayoría de estos casos.