En lo relativo a pluralidad de pensamiento e ideas, ¿cuál es el rol de Amazon y cuál el de las librerías independientes? El relato dominante es que hay un villano y unos héroes claros, con Amazon encarnando al villano que pretende atar todo un mercado bajo su control y las librerías independientes como los héroes, en el papel de aldeas galas de la cultura no controlada por los hiperescalados oligopolios digitales. ¿Cómo de cierto es ese relato?
Esta pregunta es la que nos ayuda a responder, al menos parcialmente, una larga entrada acerca de lo que los libreros independientes venden realmente (What independent bookshop really sell, por Ann Bauer). ¿Crees que venden libros? Eso solo es parte del producto. Los libreros independientes venden, ante todo, paz espiritual, y ése es el mercado en el que se han de mover, para el cual adaptan su mensaje y su producto.
Volviendo al relato dominante, apoyar al librero local es contribuir a que lo que se publica y se puede comprar no sea algo que Amazon (como concreción de un poder abstracto que escapa a nuestro control) pueda controlar, éste está apoyado sobre cómo percibimos los libros y sobre cómo los demás nos perciben a través de los libros que tenemos.
[Books] signal something about readers’ intelligence, identity, and closely held ideas. Books confer status—especially among the highly educated. The people who sell them know this and they used it to make their case.
¿Cómo lo usaron? Promoviendo el consumo local, algo que objetivamente iba en su propio interés, pero ese pequeño detalle fue pasado por alto de forma más o menos ligera:
Their argument was powerful. Do we want Amazon controlling the titles we have access to, or the options we see when we search their catalog? Clearly not. There’s a genuine threat to the free exchange of ideas if we allow a tech company to arbitrate which books are published or sold. And yet… the downstream effect has been to locate more control with booksellers and their patrons
El efecto ha tenido un rebote importante confiriendo aún más control a los libreros y a sus parroquianos, cuyo espectro ideológico está sesgado por la selección (básicamente, es un perfil concentrado de personas con sensibilidad en contra de las multinacionales y a favor del comercio local). ¿Cómo se da ese efecto? Por el sencillo hecho de que hay que cumplir las expectativas generadas: si usas sesgo ideológico para vender libros, no puedes luego vender libros que contradigan el marco ideológico usado para venderlos:
Many small booksellers are walking the same delicate line. They can’t afford to alienate their base with titles that offend or annoy.
…
Bookstore owners avoid controversy for obvious reasons. They also develop a sense, intuitively, of what is coded conservative or right-wing and they tend to avoid these books. This is partly out of personal preference—but also because if you want people to pay full price for books because doing so reinforces their core values, you must provide an environment free of ideas or opinions that contradict those, and all other, associated beliefs.
El autor procede luego a contar cómo visitando una serie de pequeñas librerías le costó encontrar ciertos títulos cuyas ideas expuestas podrían haberse catalogado como conservadoras, y lo contrapone al ejemplo de entrar en una gran cadena (Barnes & Noble), o al mismo Amazon, donde puedes encontrar tantos los libros de tendencia más progresista como los del otro lado del espectro. En este sentido, hay más pluralidad en Amazon que en estos pequeños comercios con gran carga ideológica. El coste es la ruptura de ese entorno mágico (y tan mágico como que es una adaptación al público al que pretenden vender, y nada menos) de la librería pequeña:
I dropped into my local B&N on a Saturday afternoon and the place was mobbed: teenagers walking hand in hand, kids running through the stacks, Starbucks cups spilling from every trash receptacle. Lanyard-wearing staff were plentiful and easy to spot, helpful and friendly. The heat was set a touch too high, making me worry for the books.
Did it feel rarefied and erudite? Sadly, no.
Sí, más pluralidad, pero sin ambiente encantador, sin ambiente erudito. Sin tener la sensación de estar comprando en una tienda local y comprando, con ese sobreprecio y ese sobreesfuerzo, una suerte de absolución a otros pecadillos de consumo capitalista.
Algo que el autor no trata en detalle y que cabe preguntarse es si la pluralidad en las pequeñas librerías, como en la indie web, se encuentra visitando muchas pequeñas librerías que cubran cada una un tema, al estilo de una red distribuida. Habría que hacer un análisis en más detalle, si bien lo expuesto en esa entrada sugiere que puede ser una vía complicada: parte de la población que tiene esas intuiciones morales de corte más progresista seguramente está más dispuesto a pagar de más para sentir que está salvando a la sociedad, mientras la parte de la población cuyas intuiciones morales no entran en ese marco no siente que comprar libros online sea un especial riesgo para la sociedad y, en consecuencia, podría no generar el suficiente negocio para mantener a sus libreros locales abiertos.
En contra de ese ambiente de paz y recogimiento excesivamente medido de las librerías independientes, el autor trae una verdad universal sobre la libertad y la democracia: La democracia no es encantadora. Cuando se incluyen los gustos de todos, las cosas se vuelven grandes, desordenadas, caóticas y algo rancias. Así es: del mismo modo que el tamaño de las ciudades, y el anonimato que éste proporcionaba, fue clave para la gestación de la revolución francesa en el París del s. XVIII, las librerías que mejor permiten acceder a libros sin sesgarlos previamente son también algo más grandes, y caóticas, que la pequeña librería de barrio mantenida cuya base de clientes son, mayormente, miembros de un mismo segmento social.
[Imagen: Libro, hecha por servidor de ustedes con BingGPT.]