Cuando leo los términos en que se está debatiendo la entrada del internet en el móvil y, principalmente, el tipo de tarifas ofertada por los ISP, no puedo sino pensar que el fin de las tarifas planas está ahí al lado: en la llegada de Internet al móvil se está haciendo una cogida a la inversa. No es que Internet llegue al móvil, es que el móvil alcanza a Internet, trayendo consigo la misma la cultura de pago habitual en lo móvil.
Pongamos por caso el ejemplo de los planes de datos ofertados en EE.UU. Estas tarifas, como las que se ofertan en estas latitudes, no son planas sino que tienen límite de descarga a partir del cual te bloquean la conexión ralentizándola al máximo o te aumentan el coste.
AT&T ha anunciado sus nuevos planes de datos, eliminando las últimas tarifas planas de datos, incluso las que eran realmente caras. No más tarifas planas, es el mensaje transmitido por el antiguo monopolio público estadounidense y uno de los mayores ISP del mundo. En GigaOM comentan los cambios.
En ese post se argumenta que el límite de 2GB mensuales parece correcto porque «el 95% de los clientes no alcanza ese límite». Cada vez que alguien me justifica los límites de descarga me acuerdo de los tiempos pre-tarifa plana y me acuerdo de la famosísima frase erróneamente atribuida a Bill Gates según la cuál «640 kb de memoria deberían ser suficientes para siempre».
Con una sutil diferencia. Una vez los operadores logren implantar topes en las tarifas y segmentar el mercado, será mucho más difícil volver a conseguir que implanten tarifas verdaderamente planas. No es como un pacto en el cual, cuando la tecnología les permita ahorrar costes, el ISP te regalará la tarifa plana. No: el ISP estrujará el limón mientras tenga jugo. El fin de las tarifas planas hace que el limón, de repente, tenga mucho jugo.
Por eso estoy tan en contra de estas cosas. Porque cuando uno comienza a tener que mirar el consumo de datos, acaba por una parte usando menos la red (freno a la innovación) y por otra mirando con buenos ojos planes como Facebook 0 (info y comentario al respecto), que permitirá que el usuario acceda de forma gratuita sólo a la página de Facebook, ya que será éste el que sufrague los costes al ISP. Y la neutralidad de la red, perdida en el tiempo como lágrimas en la lluvia.
*** Nota: La atribución no es errónea, lo que sucede es que Bill Gates nunca hizo referencia al «siempre» que ridiculiza la frase, sino que se refería al estado de las cosas en aquel momento (corría el año 1981).