Renfe actualiza su página web. A primera vista es un rediseño sencillo (ahora apuntan al dominio .com, por cierto) con continuísmo enorme en la imagen corporativa (explicación hacia el final de este mismo post, ver último párrafo) pero aprovechando más el ancho de las pantallas panorámicas comunes actualmente y con una nueva apariencia más ligera y menos estresante. También es más fácil ahora encontrar y comparar tarifas de lo que ha sido hasta ahora.
Considerando de dónde veníamos, parecería que todo está bien, si no fuera por dos detalles bastante molestos:
- Marcar algunas casilla de verificación con Firefox es como jugar a las quinielas (nunca sabes si vas a acertar) ya que el texto le cae justo encima.
- Tras seleccionar billetes y demás pasos habituales en toda compra online, justo cuando debes confirmar el pago no aparecen las horas de tu viaje.
Increíble que a estas alturas de la vida, con Firefox bien instalado en una cuota de usuarios superior al 30%, no hayan probado la página en este navegador. Pero lo terrible es lo otro. Para decirlo claro: justo en el momento más importante de la compra, someten al cliente a una incertidumbre brutal por no mostrarle las horas de su viaje en el paso de confirmación de pago. ¿Quién habrá sido el lumbreras que ha decidido innovar con este cambio?
Renfe actualiza su página, pero tranquilos: lo hace sin asumir el riesgo de despistar a los usuarios con cambios en la que va camino de ser su principal imagen corporativa: a estas alturas de la vida, su web sigue siendo una porquería.