El miedo a la diversidad (y a todo lo demás)

Hoy en el blog de Bianka podíamos leer un post de esos que inevitablemente te animan una reflexión. Dejé en el un comentario que me quedó algo largo y que creo tiene un cierto interés, así que lo asciendo a post y lo dejo aquí abajo. Permítanme que me cite a mí mismo :)

Una vez alguien me dijo, a la pregunta de «¿el vaso medio vacío o medio lleno?» sólo «el vaso, sólo el vaso».

¿El miedo a la diversidad? Seguro. Por debajo de todo, impregnándolo todo y pegándose a la piel (y siendo difícil de limpiar), el miedo simple, sin apellidos. El miedo a la diversidad, y a lo desconocido, y a todo lo que venga.

El miedo a que una nueva estructura de la información más distribuida haga reducir la cuota de poder, entre aquellos que ahora lo tienen. En este sentido, la evolución de las herramientas web es ilustrativa porque ha supuesto una suerte de decrecionismo: las primeras daban toda la autonomía al usuario y eran distribuídas, las dospuntoceristas aún daban al usuario la posibilidad de «hacer su propia agregación» pero ya aspiraban a ser centralizadas (y al centralizar quitaban al usuario parte de su autonomía –software as a service–). Las más recientes renunciaron a esa capacidad de diversidad, concentrando todo el tráfico posible y aspirando a centralizar toda la actividad en la web en un único nodo propietario, al que los usuarios no pueden controlar y con el que, por tanto, están en relación de desventaja.

El miedo a la diversidad es, también, el miedo a que de esa diversidad dé origen a otras formas de ver el mundo.

Y ahí enlaza el miedo a la diversidad con muchos de los miedos más nacionalistas: el mismo miedo que hace a muchos desconfiar de inmigrantes o extranjeros porque «no necesitan tu cultura»: ¡cierto, muchos la buscarán pero ni mucho menos es indispensable y muchos tienen su modo de hacer las cosas y ver el mundo! El miedo del que, en el fondo, echa de menos el mundo que no fue ni será: un mundo en el que todos tengan su cultura. Un mundo à la Ford T: «Puede usted tener un mundo con las reglas que sean, siempre que sean mis reglas». Han pasado muchos años desde la declaración de independencia del ciberespacio por Barlow… pero aún creo que, pese a los empujones del sistema por recentralizarlo todo y destruir la diversidad, vale la pena luchar por ello :)

¡Ah, la declaración de independencia del ciberespacio! qué me gusta ese texto al que llego sin querer cada cierto tiempo.

La mina de oro en la web

Hace mucho tiempo que advertimos que la revolución digital pasará de forma casi inevitablemente, en algún momento, por la conversión de todos tus actos cotidianos en un producto facturable, con valor para el intermediario que reúna esa información. Ahora el tema se abre un hueco en la agenda mayoritaria de la mano del Wall Street Journal, que dedicará una serie de artículos a este menester. El primero de ellos habla de las cookies y de la cantidad de negocios que hay organizados en torno a ellas. Nada demasiado novedoso para el que ya esté puesto en el tema. Pero importante por el asunto que trata y por el medio que va a analizar el tema en profundidad. En todo caso, worth reading.

Y esto es lo que se llama una oferta irrechazable

Si todo lo que hay que exigirle a un gobierno es la creación de un entorno favorable, abierto y estable para los negocios, ¿cómo se toma uno la prohibición de las Blackberry en Arabia Saudí y los Emiratos tan sólo porque no es posible al Estado espiar las comunicaciones –navegación, llamadas, mensajes– que tienen lugar desde esos dispositivos? ¿Se venden como centro de negocios globales y hacen cosas como ésta? Desde luego, el que se obceque en mirar a oriente para los negocios ya sabe lo que hay (gente espiando). Porque he aquí una oferta que RIM, de capa caída, no podrá rechazar: o me lo dejas leer o te lo prohíbo. No easy action.

Bocados de Actualidad (115º)

Primer día de agosto y aquí tenemos una ronda de Bocados, un conjunto de enlaces que no tuvimos tiempo (o ganas) de comentar durante última(s) la(s) semana(s). Es, además, un buen momento para darle un repaso al Bring me the workhorse de My Brightest Diamond, siempre maravilloso. Y ahora, los enlaces de la centésima decimaquinta ronda de los Bocados:

  • Juantomás comparte enlaces con recursos de diseño.
  • Enrique Meneses es siempre maestro: esta semana habló de toros y boxeo.
  • Qué buen post de RinzeWind ahondando en el mito del bolígrafo espacial.
  • En los EE.UU. se ha dado un paso que viene a moderar la dureza de la Digital Millenium Copyright Act ampliando los ámbitos de fair use. Pudimos leer al respecto en ¿Quién vigila al vigilante? y en el blog de Andy Ramos.
  • WebUpd8 publica 0 A.D., el clásico juego de estrategia à la Age of Empires, pero hecho con software libre. Es una pre-alpha y se nota porque falla un poco, pero si siguen trabajando podrá dar horas de diversión.
  • Webmonkey y una preview del Tab Candy que incluirá de serie Firefox 4. ¡Wow!
  • Gonzalo Martín y la transpariencia de la BBC… en contraste con RTVE.
  • Malaprensa analiza uno de los mitos mediáticos nunca verificados: el de la cantidad de prostitutas.
  • ¿Quién vigila al vigilante? y cómo instalar Tor en tu Ubuntu… y en un Pendrive.
  • Sergio Hernando sobre la seguridad de las compras con tarjeta de crédito en la red.
  • La bitácora de las Indias y la vuelta de blogs y webs tradicionales al centro de las campañas de publicidad.
  • Somos Malasaña y un dato brutal: la cantidad de terrazas de bar se ha triplicado en el último año. Ahora ya lo saben: aplastar el botellón tenía un fin, dejar la vía expédita para el botellón controlado por el ayuntamiento.
  • Madrid me mata y la evolución de los planos del metro… desde la década de 1920. Divertido.
  • ScriptingNews y un agregador de blogs sobre ciencia en inglés. Amazings hace su parte en español. (A pesar del nombre.)

Esto es todo por ahora, mañana más sobre los temas de siempre.

La importancia del factor humano

José Ignacio Goirigolzarri ha abierto un blog en el que va contando, como todos hacemos en el nuestro, su visión de las cosas que le interesan. En el post de hoy analiza la importancia del factor humano:

«Es por todo ello, por lo que la conclusión, tal vez contraituitiva, es que en este mundo de cambio, crecientemente tecnológico, el factor humano hoy es, más que nunca, el factor clave para el éxito. Y su plasmación empresarial es el reto de atraer y retener talento.

Para la atracción del talento, el atractivo del perfil competitivo del modelo de negocio es importante, pero el proyecto de empresa es decisivo.

(…)

Para atraer a estas personas, por supuesto que se requiere una propuesta atractiva desde el punto de vista técnico y competitivo, pero esto no es suficiente. Se requiere definir un proyecto en el que los mejores trabajen con la convicción de que es un proyecto por el que merece la pena luchar

Tengo muy poco que añadir. (Las negritas y todo venían así de fábrica.) La última vez que cambié de rumbo lo hice precisamente ponderando todas estas cosas sobre otros muchos factores. Por los posts que ya tiene publicados, el blog de Goirigolzarri promete ser serio y con posts profundos (en detrimento de una brevedad en ocasiones sobrevalorada en la web). Le daré una oportunidad.

MeeGo como sistema para el ordenador de tu coche

El otro día decía que si Nokia pretendía enseñar al padre a hacer hijos intentando superar a Google y su Android replicando el modelo con MeeGo, lo iba a tener difícil. Quizá se podría matizar añadiendo que en mercados donde Android ya se ha hecho fuerte (como en teléfonos móviles) lo van a tener difícil, pero existen muchos nichos donde un modelo que juegue a guiñar al intermediario puede tener éxito a pesar de Android. En esa línea hay que entender el que una alianza de fabricantes de automóviles con General Motors y BMW anuncie que utilizarán MeeGo en sus navegadores integrados. Sin duda, el enfoque permisivo de MeeGo ha sido clave en conseguir esto. Es un ámbito en el que seguro se avanzará mucho en los próximos años, aunque a día de hoy queda bastante por hacer.

En la web, leer es gratis

El London Times ha perdido el 90% de los lectores (comparación de datos contra Febrero de 2010) desde que hiciera su edición de pago hace tan sólo un mes. Y todavía los medios insisten en hacernos creer que el cerdo vuela. Quizá es que vuela rasante: un 90% más bajo de lo que volaba. Cuando la biblioteca es infinita, lo que faltan son ojos que miren. Donde no rige la escasez, poner trabas al acceso y al difusión es restarse atención a uno mismo y equivale a hundir tu negocio. Diríase que, contra todo vaticinio mediático, en la web, leer es gratis.

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