Porqué la web 2.0 fue lo que fue

Hace unos días que en las Indias nos veníamos preguntando ¿qué fue la web 2.0? En una conversación por correo que hemos tenido esta mañana puse por escrito un par de ideas que aprovecho a extender aquí.

En la evolución de Internet, en general, y de la web, en concreto, está teniendo lugar una suerte de decrecionismo. Si las primeras herramientas, que no eran web, eran plenamente distribuidas y lo importante es que cualquiera pudiera servir (grupos de noticias, ftp, servidores de chat), ese mismo espíritu [distribuido] fue trasladado a la primera web (recuerdo cómo se hablaba hace más de una década de «página personal» y de repente nos empezaron a vender la web social como si la de antes se hubiera escrito sola –¿nos hemos vuelto locos?) pero no a las siguientes generaciones de herramientas, pensadas ya desde el principio con el valor del producto puestas en otro sitio. Ese otro sitio no era ni en el código, ni en ningún sitio anterior: sino en los datos de los usuarios. Ése es el punto de inflexión: cuando el foco del negocio se pone en los datos, la herramienta [cuyo diseño nunca es inocente, como bien sabemos] debe servir lo mejor posible a ese nuevo foco, y por tanto se debe poder controlar cuantos más datos de más usuarios mejor. (Entre otros aspectos, y aprovechando que pasamos por ahí, ése es el motivo por el cual nos hablan tanto de la nube.)

Mientras los agregadores dospuntoceristas desarrollaron una manera bastante burda de poner esto en valor (generación artificial de escasez vía portada única para todos los usuarios), la webs que dejan atrás el participacionismo para limitarse a la adhesión van mucho más allá (consiguen convertir en producto todos y cada uno de los clicks de sus usuarios, al fin y al cabo todos y cada uno de los clicks son almacenados y ayudan a optimizar el perfil publicitario de los mismos). Y el momento clave en esta evolución está en el momento en que se dieron cuenta que la pasta estaba en la información personal.

Sin embargo, Google, que había descubierto unos años antes que la pasta estaba en las búsquedas y que jugó muy duro este ámbito –GMail aumentó en varios órdenes de magnitud la capacidad de los webmails del momento y clareó la competencia en ese ámbito de forma casi instantánea– apoyándose en la enorme infraestructura que se podía pagar, no ha conseguido hacerlo tan bien como Facebook a la hora de ser ese panal de miel al que los usuarios vayan a pringarse y dejar su información personal. (Y creo que nadie hablará de Twitter cuando hayamos muerto.)

Bocados de Actualidad (116º)

Seguimos atravesando el verano. Es quince de agosto y la mitad estaréis saliendo hacia algún sitio donde hacer lo mismo (estar en Internet gran parte del tiempo libre) en un ambiente más relajado, quizá hasta con mar a la vista. Así que no hay excusa para no dejar por aquí una ración de enlaces que no tuvimos tiempo (o ganas) de comentar las dos últimas semanas. Estos días estamos por Málaga, hace una mañana calurosa y el día promete ser pegajoso, nos acompañan Bee and Flower mientras preparamos la centésima decimasexta ración de Bocados. No me entretengo más, aquí los enlaces:

  • ¿Quién vigila al vigilante? y el cómic de EDRi.
  • Intropía y la futilidad de las #hashtags. «La perfecta metáfora de por qué twitter es le pese a quien le pese un instrumento perféctamente inutil como buscador o aplicación para seguir la actualidad de un tema».
  • Esta semana se habló mucho de Neutralidad de la red, en varias blogs se hizo con buen criterio.
  • Standblog y la victoria de Mozilla.
  • Se celebró la conferencia anual de Cooperativas de EEUU, y el Grupo Cooperativo de Las Indias participó con una videoconferencia de más de 20 minutos. Lo cuenta la Bitácora del Arte.
  • RinzeWind y los derechos digitales en los aviones.
  • Security be Default y la (in)seguridad actual del protocolo GSM.
  • La pastilla roja habla de comunidades vs social media.
  • Dame un móvil y te diré cuál es su operador, en el blog de la CMT.
  • Sergio Hernando y la mutación de los honeypots que te avisaba quién te había quitado del messenger: ¿quién ha visitado tu Facebook?.
  • La bitácora de las Indias y el CEO de Google confesándose. Juanto también se hace eco de las declaraciones de Schmidt.
  • Bianka escribió un muy buen post sobre Zona Temporalmente Autónomas, que aquí comentamos hace ya bastante.
  • Free Software Magazine y un futuro probable a 10 años vista: el Software libre se impone pero no tienes dónde poder instalarlo. Recuerden la última serie de posts sobre móviles y software libre para los intermediarios.
  • Para terminar, Xkcd, mi tira preferida, nos regaló un chiste sobre los controles con los nuevos escáneres de rayosX retrodispersados (¡hablábamos de ellos en 2005! Y qué mal escrito está ese artículo, por cierto). La Caverna do Jedi dejó otro chiste muy divertido.

Y eso es todo, pasen buen día y mejor semana, que no sé si postearé mucho estos días :)

Ladrillos porteños, inmersión de futuro

Ladrillos porteños, inmersión de futuroCualquiera diría que en estos tres años de recesión habríamos aprendido la lección: los negocios inmobiliarios como la carrera del hámster en la rueda, no conducen a ninguna parte y la rueda acaba por agotarte. Desde luego, la lección no ha permeado en todas partes. En Argentina, en 2010, anuncian un producto bancario con rentabilidad del 10% y cuyo gancho es «convierta sus ahorros en ladrillo». Claro que su mercado inmobiliario llegó tarde a la burbuja: en 2006 apenas florecía y sólo algo después comenzó a observarse la burbuja en los precios. Añadamos los mantras habituales y ya lo tenemos todo hecho para que el ladrillo siga siendo una inmersión de futuro.

Lo bueno, lo malo

«Quedarse, conformarse y aguantar era lo bueno; salir, escapar y fugarse era lo malo. Y sin embargo, también lo heroico, porque don Quijote y Cristo y santa Teresa se habían fugado, habían abandonado casa y familia, ahí estaba la contradicción, nos contestaban que ellos lo hicieron en nombre de un alto ideal y que era la suya una locura noble, contra esos vagos términos del alto ideal y la locura noble acababan viniéndose siempre a estrellarse las tímidas preguntas del niño, acrecentando su curiosidad, convirtiéndola en zozobra clandestina. Yo pensaba que también podía ser heroico escaparse por gusto, sin más, por amor a la libertad y a la alegría —no a la alegría impuesta oficial y mesurada, sino a la carcajada y a la canción que brotan de una fuente cuyas aguas nadie canaliza—»

Carmen Martín Gaite, en El cuarto de atrás.

El libro lo leí hace bastante ya, y me pareció bastante soporífero. Pero había guardado en un .txt algunas frases, como ésta, y las reencontré por casualidad buceando en el ordenador.

En La octava planta de la Cadena Ser

El especial coordinado por Rosa Jiménez que publica el El país sobre neutralidad de la red, y en el que hemos aportado el artículo de análisis (Una pésima idea), está sirviendo para que se hable más de este asunto tan importante, que merecidamente vuelve a estar en boca de todos.

Esta noche a las diez estaremos en La octava planta de la Cadena ser hablando sobre neutralidad de la Red.

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