¿Recuerdan a Phorm? Una empresa que se hizo indeseadamente popular hace un par de años cuando los grupos pro-libertades y pro-privacidad denunciaron que el sistema que proponía Phorm, basado en la intercepción del tráfico para el trazado de perfiles comerciales y la inserción de publicidad, era demasiado invasivo e irrespetuoso con nuestra privacidad, lo que provocó la negativa de los ISP británicos a usar estos sistemas, junto con el hecho de que estos sistemas están en una dudosa situación legal. Levantaron tal escándalo que corrieron a esconderse; hasta la misma Comisión europea (conocida por lo poco que respeta nuestras libertades) movió pieza contra Phorm. Han estado en el agujero dos años, pero acaban de volver a la luz… y no vienen sólos. En esta ocasión Phorm se mueve desde Estados Unidos y, junto a Kindsight, propone exactamente lo mismo que hace dos años: intercepción de tráfico para trazado de perfiles comerciales.
Desechando las alertas de colores
Leemos en el NYT (via Schneier) que los Estados Unidos planean dejar de utilizar los códigos de colores para alertas antiterroristas. Genial, porque son estúpidas en el mismo e idéntico modo en que lo son para las alertas sanitarias. A ver si cunde el ejemplo.
Escáneres retrodispersivos, teatro de seguridad y protestas
Hace más de cinco años (ejem) que hablamos por primera vez de escáneres «de cuerpo completo», que es como se conoce ahora a los escáneres retrodispersivos (Backscattering Scanners); la última vez que hablamos de ellos fue esta semana. En este lustro hemos visto la extensión de estos escáneres: UK y EEUU a la cabeza, la UE les dio el visto bueno ya en 2008. Últimamente el tema alcanza atención mediática y en todas partes se leen notas críticas con estos sistemas, señalando de forma cada vez más unánime el hecho de que son puro teatro de seguridad. La última de esas protestas, el opt-out day, ha sido todo un éxito. Hace demasiado tiempo que en los aeropuertos no rige el derecho, son espacios en estado de excepción, humillantes, pero también peligrosos para las libertades pues, a modo de centro penitenciario, ejercen como banco de pruebas social y desde ellos llevan años indicándonos cómo comportarnos: obedientes, dóciles, prestos a ser humillados ante la nueva restricción desproporcionada.
Las patentes de Novell
Novell ha sido vendida por un total aproximado de 2.200 millones de dólares, de los cuales 450 serán aportados no por Attachmate Corporation (el comprador), sino por un consorcio liderado por Microsoft:
«Novell also announced it has entered into a definitive agreement for the concurrent sale of certain intellectual property assets to CPTN Holdings LLC, a consortium of technology companies organized by Microsoft Corporation, for $450 million in cash, which cash payment is reflected in the merger consideration to be paid by Attachmate Corporation.»
Microsoft paga a cambio de cierta propiedad que tenía Novell, en concreto casi 900 patentes, muchas de ellas vinculadas a Unix y/o software libre en general.
En el conocido (y criticadísimo desde el mundo del software libre) acuerdo entre Novell y Microsoft anunciado hará cosa de 5 años, Microsoft pagó 350 millones de dólares a Novell. Por cien millones más, acaba de obtener el control sobre esas patentes. Con la European Patent Office intentando legalizar las patentes de software en Europa de forma constante, estas patentes no podían haber caído en peores manos. O quizá sí, quién sabe.
Actualización (2010-11-26): Hay quien dice que no está claro quién retiene la posesión de las patentes. (Gracias, Iván)
Infraestructura, neutralidad y censura
Ahora sí, esto es lo que sucede cuando se admite que la Internet que conocemos se transforme y la infraestructura de la Red no esté distribuida, cuando se la deja en manos de unos pocos: el otro día Tuenti censuraba los mensajes que incluían el nombre del señor oscuro («facebook»), ahora Facebook es el que censura los enlaces que incluyan de The Pirate Bay. Lo hacen porque pueden, está claro. Cuando la infraestructura es de ellos, cuando la casa es de ellos, las normas son de ellos también. La gran pregunta es, ¿de verdad es aceptable esa reducción desde Internet a mero jardín vallado? Hay formas sutiles en que la neutralidad de la Red se diluye, la propiedad de la infraestructura es una de ellas. Si eso es aceptable para ustedes, adelante: sigan usando esos servicios; pero espérenme sentados.
Esos amigables cacharros con alas
Observemos las estadísticas de muertos debidos a pasajeros violentos tanto durante el vuelo como en tierra, por cada mil millones de pasajeros que toman un avión:
Ciento cincuenta de cada millón. Los aviones son, digan lo que digan, abrumadoramente más seguros que los coches. De esta forma, los cambios de tendencia (más transporte por carretera, menos vuelos) como consecuencia del miedo (como el cambio acontecido en las fechas posteriores al 11-S, o el que fomentan determinadas campañas estatales) o debido a la extensión de normativas de control de viajeros denigrantes y mal enfocadas repercuten en una disminución de la seguridad real. Y la gente muere más. Matemáticas.
«La neutralidad de la red», el libro
[Actualización: el libro ya se puede descargar en ePub y leer en HTML.]
La neutralidad de la Red es uno de los temas al que en este blog le hemos dedicado más reflexiones a lo largo de varios años.
Este último año ha sido especialmente intenso, porque la espada de Damocles, en forma de reforma legal que destruya el carácter neutral de la Red, pende ya desenvainada sobre Internet y, por extensión, sobre las promesas de un mundo donde las comunicaciones, y consecuentemente el poder, estén mucho más distribuidos, mucho mejor repartidos.
La neutralidad de la Red, el libro, es parte de la Colección de la Biblioteca de las Indias, que publica títulos breves –sobre todo ensayo, pero no parará ahí la cosa y seguiremos informando en la web de la Biblioteca— y que cuenta ya con otros títulos en su haber (Los futuros que vienen, La clave es pública, Cómo salir de la crisis).
La Colección de la Biblioteca de las Indias innova respecto a la colección Planta 29 no sólo en lo referente a la edición en papel. La edición digital también se renueva: no habrá PDF para descarga como ha sido tradicional. (La sociedad de control podía y puede descargarse en ese formato.) En su lugar, los formatos electrónicos son dos: HTML (para leer en PC, teléfonos móviles o Tablets) y ePub para leer en dispositivos especializados (eBook).
Así, la edición del libro, como toda la Colección, va en tres formatos: papel para su venta comercial (contactar con El arte de las cosas para ello), html para leer en pantalla de ordenador o smartphone y epub para leer en libro electrónico. Esto está en la lógica, muy cierta, de que El papel es para las ocasiones: preparar la maquinaria necesaria para rotar en librerías está bien, y permite ganar dinero, pero consume mucho esfuerzo y, más a corto que a largo plazo, el papel cede su sitio a otras vías.
La neutralidad de la red, por otra parte, no es la continuación de La sociedad de control, aunque sean dos textos que se llevan bastante bien el uno con el otro. Sino que es un librito breve que aclara tan sólo un par de conceptos: porqué Internet es lo que es, porqué cambiar el modo en que opera destruiría lo que es y representa, en consecuencia, es una pésima idea. Ya hablaremos de continuaciones lógicas de trabajos anteriores ;)
De momento quédense con lo que hay: se puede leer el libro online en la página de la biblioteca, en unos días se podrá bajar el epub y existe una edición en papel –pensada para tiradas cortas bajo demanda, típicamente para eventos y conferencias, pero también si alguien está interesado en distribuirlo– que también pueden comprar contactando directamente con El Arte.
[He habilitado una discreta página con algo de info sobre el libro, desde ella se podrán descargar las fuentes TeX del mismo; seguro que por aquí pasa algún amante de ese sistema :)]