Estoy harto de WikiLeaks. Entiéndanme bien: me parece fantástico que haya muchos sitios en los que la gente pueda expresarse y contar aquello que quiere contar, pero estoy harto de la escenificación mediática, de que nos presenten a Assange como a un héroe, arrogándole prácticamente el papel de salvador último y, sobretodo, único de la Red.
Estoy harto de WikiLeaks y lo estoy desde que comenzó el culebrón mediático, la «heroéficación» de Julian Assange.
Desde un punto de vista estricto, ¿qué fallos (y luego veremos que no lo son) tiene el planteamiento de WikiLeaks?
- Principalmente, ser un acceso web, y no una red p2p puramente distribuida en la que circulen documentos.
- Poseer una carácter extremadamente personalista, centrado en su fundador, el ahora mundialmente conocido Julian Assange.
¿Bug o Feature? Por montar servicios web mucho más inofensivos, en principio, que WikiLeaks vimos cómo empuraban a un montón de personas. desde Napster a The Pirate Bay pasando por una serie de sujetos que harían de esta enumeración algo demasiado aburrido.
¿A santo de qué Assange consigue ser elevado por encima de los cientos de miles de activistas que en las últimas décadas han luchado por hacer de Internet el agujerito por el que se colaría, desde el más allá a la palpable realidad, un mundo mejor? ¿Quién lo busca y quién otorga el favor?
Este sábado estuve viendo un muy interesante documental llamado Autonomía Obrera sobre los movimientos autónomos de obreros organizados que fueron responsables de una gran cantidad de movilizaciones y huelgas en la década de 1970. Uno de los entrevistados cuenta lo siguiente (aprox., a partir del mínuto 9:30):
«Ellos [CCOO] nos querían para eso: para hacer la huelga, hacer bulto, para hacer algún dirigente que otro… que esto funciona así: me invitaron en el año 72-73 a una reunión, en una iglesia de Sant Boi, y da la casualidad que una persona [de CCOO] de las que había allí me avisa «vete de aquí que en media hora, tres cuartos de hora, viene la Guardia Civil a detenernos porque la hemos llamado nosotros». Era para darse fama, salir en los diarios, así la GC los detenía y en los medios anunciaban «Fulanito de tal, trabajador de tal, dirigente obrero». Dirigente obrero que, claro, no significaba nada, pero así le daban un cierto prestigio dentro de la fábrica a las personas de CCOO, así creaban un líder.»
Desde el principio me pareció, aunque no lo habría expresado en estas palabras antes de ver este documental, que en la encumbración mediática de WikiLeaks había mucho de eso: creación de un líder, convertir a alguien que no es otro más de los infinitos nodos por los que fluye información en una red distribuida en alguien especial, un interlocutor, alguien corrompible una vez que la generación de escasez artificial (de intermediarios, en esta ocasión) comenzase a operar.
Y en otra ocasión hablaremos de si los secretos electrónicos son una falacia. Es posible que ese afán por encumbrar a un hipotético líder, por cambiar la sensación de espontaneidad por una de esto es como en los viejos tiempos sea un signo más de descomposición, pero me temo que es aún peor: ha sido así siempre y tan sólo se está repitiendo el esquema que el sistema usó para sobrevivir durante. Lo interesante sucede cuando estas viejas estratagemas no consigan detener el derrumbe de un sistema que ya no se sostiene en un entorno digital y globalizado, pero bloqueen la creación de nuevos esquemas sociales éticamente aceptables; los éticamente cuestionables (como los cárteles que operan en mercados negros) siempre encontrarán su hueco.
Y hay quien ve como errónea la elección de algunos de esos medios, pero a mí me parece que la realidad es aún más escalofriante: el hecho mismo de escoger y priorizar a unos medios selectos el acceso a los datos equivale a realizar una genuflexión infinita, reconocer que los diarios siguen teniendo razón cuando la Red subvirtió su lógica hace mucho, cuando los diarios son ya una rémora que nos serán tanto más útiles cuanto antes dejemos de leerlos.
Digamos que WikiLeaks permite filtraciones que quizá sólo son posibles en Internet, pero digamos que hay muchos otros sitios. Sean vocacionales o puramente puntuales, las campañas y sitios para filtrar información a la Red han existido desde siempre, ¿quién no conoce Cryptome, haciendo exactamente lo mismo desde 1996?
Digamos, también, que WikiLeaks con su estructura no solamente centralizada sino extremadamente personalista sirven principalmente a su fundador (Assange es ahora figura mediática y a buen seguro está ganando una pasta) y a los medios, que se reivindican como aquellos a los que Assange necesita para lograr la repercusión que Internet, ese «caos», no lograba para su obra.
Volviendo a mitad del post: ¿bug o feature? Para la finalidad del proyecto, seguramente bug; pero sería muy cándido pensar que no fue diseñado así a propósito. Y si fue diseñado a propósito, ¿no habría que pensar que el fin último era otro y que estaríamos hablando, más bien, de una feature?
Sean felices y tengan cuidado ahí afuera, donde campan a sus anchas dirigentes blogueros elegidos por ellos para hacer de intermediarios y encumbrados con el ánimo último de destruir la diversidad. ¿O es que nadie recuerda ya las reuniones con Sinde? La misma cosa. Esto es la misma cosa.