Aparte de hacer una revisión sobre Lawrence de Arabia, uno uno de esos personajes que la mayoría de nosotros conocimos a través del cine que vimos en nuestra televisión (cuando aún teníamos), y descubrirnos hasta qué punto el afán sistematizador de la era industrial daña a las personas («la búsqueda no de un promedio sino de un absoluto, de un ciento por ciento estándar en el que los 99 hombres más fuertes son rebajados al nivel del peor. El fin es hacer de la unidad una unidad y del hombre un tipo, para que así su esfuerzo sea calculable»), el post de David sobre la doctrina Lawrence y su relación con ese particular modo de ver la vida en las Indias llega a una conclusión ineludible: para ganar la batalla sin bajas lo importante no es ir más armado al campo de batalla, sino saber que el entorno está ahí, apoyando la decisión de desarrollar la acción de otro modo, en otro lugar. Para que los movimientos más sorprendentes puedan tener éxito debemos, en primer paso, saber con quién contamos y recordarlo cada mañana. Para no empezar a ver gigantes donde sólo hay molinos, para no dejar, a nuestro paso, anillos concéntricos de pena que lloren nuestro nombre. Y es que, en la vida aún más que en el mercado, es todo una cuestión de confianza.
Medir lo espantoso
«Whenever things were frightening, it was a good idea to measure them.»
– Daniel Kehlmann, Measuring the World
Medir tanto el alcance real de un suceso como la probabilidad de que éste acontezca, como los beneficios de una respuesta adecuada en plena crisis cuando a esta respuesta podemos dedicar, adicionalmente, todo los recursos y todo el esfuerzo que no estemos empleando en soluciones equivocadas. Cuando hay problemas y suceden cosas espantosas, es buena idea tomar una medida adecuada. Para tomar conciencia de qué estamos haciendo mal y qué estamos haciendo bien. Porque cuando sabemos qué ruta queremos tomar, no deseamos caminar en la dirección incorrecta.
Reino Unido y Canadá en contra de Internet
No hablo ya del indisimulado movimiento del Estado español, ni del obligado cierre por derribo que, al estio de los edificios abandonados, decretó el gobierno de Mubarak la semana pasada en plena revuelta.
En esta ocasión la presión llega desde Reino Unido, que declara la búsqueda de un consenso entre naciones que permita frenar a Internet, calificada como «amenaza contra los intereses británicos» y a la que quieren situar bajo control para que en ella sólo tengan lugar «comportamientos aceptables».
Qué es un comportamiento aceptable, imagino, es algo que no se van a apresurar en definir. Tampoco es tan urgente, ni la definición será tan indeleble. Seguro que se puede rehacer para hacerlo más restrictivo. Los españoles ya no pueden fumar en un restaurante, en Nueva York ya no se podrá fumar ni en los parques ni en las playas. Imagino que no será por la calidad del aire, sería mucho mejor sacar los coches del centro de la ciudad.
En todo caso, y para que no haya díscolos que pretendan, con su habilidad y su destreza, contestar a monopolios generados artificialmente en base a una legislación ridícula, el Estado canadiense planea aprobar una ley que reduzca el margen de maniobra de los pequeños proveedores de acceso sin infraestructura propia, limitando la oferta que pueden hacer e impidiendo, de facto, que propongan el servicio de calidad que no ofertan los dueños de la misma y perforando, a la vez, la utilidad de toda la legislación sobre subalquiler de ancho de banda para favorecer la competencia.
Y ésta es la Internet que quieren construir. Cabe hacer una vez más la reflexión con la que cierro La neutralidad de la Red: ¿en qué mundo quieres vivir dentro de unos años, qué Internet lo hace posible? Tenía razón Barlow, los Estados son incapaces de parir un mundo mejor.
Vinton Cerf y Douglas Rushkoff: Día Garum Europa 2011
Estamos a menos de dos semanas del Día Garum Europa 2011, que se celebrará en Bilbao, en la nueva Biblioteca de Deusto. Da gusto ver que en el Día Garum la primera charla en vivo será ofrecida por Douglas Rushkoff, que recientemente publicó con O’Reilly Program or be Programmed, un libro muy entretenido y muy breve en el que defiende las comunicaciones distribuidas, mientras critica la devaluación de la socialización tipo Facebook e, incluso, se permite hacer en uno de sus capítulos una oda al Bazar, que casualmente es el nombre del prometedor proyecto de la Garum Fundatio que será liberado bajo licencia GPL y será presentado en el Día Garum, Día que se abrirá con una videoconferencia con Vinton Cerf. Casi nada, y es sólo la apertura de la mañana. La verdad es que parece que será un gran Día, el Día Garum.
Peta, pero ya menos
Este es el primer post que os llega gracias a Drupal 7. Quedan cosas por pulir, no ha sido sencillo, pero gracias al gran trabajo de Nick Thompson ya estamos aquí. Si ven algo fuera de su lugar, hagan el favor de pasar por comentarios, les estaré muy agradecidos. Actualización (2-feb): Los comentarios anónimos se firman como Timidín pongamos el nombre que pongamos, pero la base de datos almacena los nombres; pronto volverán a tener nombre y caras. Segunda actualización (2-feb):: avanzo a pasitos porque noblesse obligue y tengo muchas cosas que hacer. Los comentarios están algo mejor (aún no muestra vuestros nombres, pero no os preocupéis), gracias a un post que me puso en la pista para arreglar las estadísticas (que arreglé vía mysql query); la lista de usuarios podría recuperarla (y la recuperaré) en cuanto tenga cómo rehashear las contraseñas (el algoritmo cambia de drupal 6 a drupal 7). Mientras tanto habrá que comentar sin loguearse. ¡Corto y cambio!
¡Es Internet, estúpido!
Los apologetas de Twitter ¿qué dirán ahora? En las revoluciones norteafricanas de este fin de semana, los gobiernos, como el de Mubarak, se han visto obligados a cerrar el acceso a Internet porque, evidentemente, en bloquear un servicio centralizado cualquiera no residía el quid del problema.
La sorpresa, para Mubarak, es que la desconexión de la Red llega tarde, cuando la deliberación pública ha erosionado las bases de la pirámide, como apunta Bianka en su post, sobre la que reside el poder, que no puede ya sino desequilibrarse y caer. Y lo que emerja de esa caída está por ver.
Y es que el desarrollo de agendas públicas no controladas por el Estado vuelve ciego a este último frente a la evolución de las personas y sus ideas. Evolución y cambios que en el mediterráneo vienen gestándose hace tiempo y cuyo resultado es aún incierto, pero que los gobiernos de Egipto, Túnez y Jordania se empeñaban en no ver. Uno de esos unknown knowns. Cerrar los ojos a la evidencia amparados en la falsa creencia de que cuando abramos los ojos el dragón ya no estará allí.
Y la lección está clara, tiene razón Gonzalo: bloguea, que algo queda.
No resulta sorprendente que líderes políticos de todos los continentes se pongan de acuerdo: de Mubarak, a Chávez y Rubalcaba, la Internet neutra y distribuida, que hace posible que las personas hablen y deliberen sin necesidad de que nadie empuje el mensaje desde lo alto de la pirámide… es el enemigo. Por eso cuando se trata de controlar a la sociedad, todos quieren eliminarla.
La tortuosa migración a Drupal 7
Drupal 7 lleva unas semanas en la calle. No planeaba migrarme, pero la curiosidad me puede y decidí ver el proceso con una copia. Sin embargo, siguiendo a rajatabla el proceso de migración descrito, no he conseguido que la misma funcione. Admito que sólo he hecho el intento y los parcheos que se me han ido ocurriendo, pero la verdad es que es acojonante que el proceso de actualización no esté depurado. Seguimos como siempre, en Drupal 6, claro.
Actualización con cosas que sé (28 de enero, 22:00): Borrando la tabla de bloques personalizados («block_custom») y copiándola desde una instalación fresca de drupal7 podemos hacer login… y descubrir que los posts se han migrado pero ahora están vacíos. Pensé que se debía a que quizá el nuevo tema de Drupal 7 los estaba filtrando mal, pero al mirar dentro de ellos podemos ver que se han migrado, pero que efectivamente no tienen contenido. Sólo título y categorías.
Una maravilla la herramienta de migración.