Cómo conseguir buena integración de Thunderbird en Gnome

Thunderbird

Una de las cosas que me sorprenden es que a estas alturas la integración de Thunderbird en Gnome sea, por defecto, tan mejorable. Este post viene a dejar por escrito cómo integrar mejor nuestro Thunderbird con el escritorio Gnome. En realidad no es algo nuevo, tan sólo algo que quiero dejar por aquí para cuando me haga falta, algo que en su día no hice.

El asunto es que Thunderbird te avisa cuando tienes nuevo correo y demás, pero lo hace con su propio formato de avisos. ¿No sería mejor que usara el mismo tipo de globitos de notificación que usan el resto de nuestras aplicaciones? Vamos a ello:

  1. libnotify-bin. Instalamos esta librería, que estará posiblemente en nuestros repositorios (así es en el caso de Ubuntu, revísalo para tu distro).
  2. Gnome Integration. Es una extensión para Thunderbird que es la encargada de entenderse con libnotify-bin. Configuramos un poco y ya tenemos nuestros avisos de notificación estándard

Ahora bien, podemos hacer más. ¿No es molesto tener Evolution en el applet del panel si vamos a usar Thunderbird? Vamos a solucionar eso también.

  1. Necesitamos crear un archivo en /usr/share/applications/thunderbird.desktop. En lugar de hacerlo a pelo usamos el siguiente comando, que nos lo crea y nos hace una configuración básica:
    $ sudo touch /usr/share/applications/thunderbird.desktop
  2. Abrimos el archivo recién creado con gedit:
    $ sudo gedit /usr/share/applications/thunderbird.desktop
    para verificar que el contenido del archivo tiene, en sus primeras líneas, lo siguiente:
    [Desktop Entry]
    Encoding=UTF-8
    Name=Mozilla Thunderbird Mail/News
    Comment=Read/Write Mail/News with Mozilla Thunderbird
    GenericName=Mail Client
    Exec=thunderbird %u
    Terminal=false
    X-MultipleArgs=false
    Type=Application
    Icon=thunderbird
    Categories=Application;Network;Email;
    MimeType=text/html;text/xml;application/xhtml+xml;application/xml;application/vnd.mozilla.xul+xml;application/rss+xml;application/rdf+xml;
    StartupWMClass=Thunderbird-bin
    StartupNotify=true
  3. Si todo está en orden, ahora creamos el siguiente archivo de nuevo con touch:
    sudo touch /usr/share/indicators/messages/applications/thunderbird
    y lo abrimos con sudo gedit /usr/share/indicators/messages/applications/thunderbird para añadirle la siguiente línea apuntando al archivo que creamos justo antes:
    /usr/share/applications/thunderbird.desktop
  4. Opcionalmente, podemos eliminar el archivo /usr/share/indicators/messages/applications/evolution, para que no nos aparezca en ese menú.

Y esto es todo. La próxima vez que iniciemos sesión y abramos Thunderbird, éste será un suave guante en la mano (algo me dice que sería más apropiado decir pie) de nuestro Gnome.

[Actualización (2011-02-23 @ 17:07): Gracias a Amador, en los comentarios, nos enteramos que Instalando libnotify-mozilla se soluciona todo de forma sencilla.]

Telefónica preparando un futuro sin tarifas planas

Es la polémica del día: nos desayunábamos con Movistar y la introducción de tarifas con límite de descarga que apuntarían a un horizonte de ADSL doméstico sin tarifas planas (AdslZone via E500). Evidentemente, este tipo de cosas duelen y Telefónica Movistar se ha apresurado a desmentir tal cosa. Desde luego no sabemos cómo se desarrollará el futuro, pero sabemos qué desarían las operadoras, y lo dejamos claro cuando hablábamos de las seis claves para entender cómo funcionan y qué persiguen las tarifas con límite de descarga, un post con contenido íntegro del libro sobre neutralidad de la Red, una lectura imprescindible, si me preguntan a mí ;)

Con Rudy Rucker

con Rudy Rucker

Aparte de un día intenso y altamente motivador, el Día Garum nos dejó un buen balance y la oportunidad de pasear por Bilbao con Monty Widenius, conversar ampliamente Douglas Rushkoff y deleitarnos con la sincera naturalidad de Rudy Rucker. En la foto de arriba, los indianos culminamos una conversación de lo más apetecible y apacible con Rudy, padre del Ciberpunk, primera literatura hija de Internet. Unos días para recordar, sin duda alguna.

Incomprensibles trabas

«Yo creo que no existirían ni el 10% de las webs que ahora mismo existen si hubiese que hacer trámites y pagar tributos por tenerlas. La mía quizá no existiría, sin ir más lejos. Pues lo mismo con las empresas y el autoempleo. En Internet todos podemos ser «creadores», y no entiendo por qué en el Mundo Real no podemos serlo. Habiéndome criado en ese mundo sin barreras ni fronteras que es Internet, luego me extraña en el Mundo Real Adulto encontrar trabas y trámites absurdos para cualquier gilipollez.»

Marbu, en un comentario sobre el Becario Senior.

¿Qué puedo añadir? Es un aporte más que interesante que viene a reforzar la idea que comentábamos ayer de que muchas cosas deben ser sometidas a una deconstrucción, como las tortillas de patatas de ciertos cocineros pretenciosos, para luego montar algo que sea útil a las personas. Como cantaba Maynard: «get off your fucking cross, we need the fucking space».

Si cada revolución tiene sus formas, es el momento de tomar las riendas

Que la vida te conceda la oportunidad de vivir tiempos interesantes. Dicen que es una de las bendiciones más bonitas que podemos hacer a aquellos que queremos; y a nosotros alguien debió querernos mucho: el devenir del mundo en que viviremos no podría estar más abierto, ser más interesante.

Cada nuevo avance, cada revolución, ha destruido el mundo en el que nació y se forjó para dar lugar a uno nuevo. Internet y las comunicaciones que hacen posible las nuevas redes escriben la crónica de nuestro tiempo y el Día Garum no podía ignorarlo. En palabras que Rushkoff usó en su último libro, pero también en la charla de apertura del Día Garum:

«tenemos boca para hablar y no sólo orejas para oir. sabemos leer pero necesitábamos escribir y por eso aprendimos a escribir. Ahora tenemos computadoras, redes de computadoras, y no podemos limitarnos a saber cómo se usan. necesitamos saber cómo se programan, ser conscientes de que la programación existe y lo gestiona todo.»

Es algo que supimos desde el principio, por eso siempre fuimos partidarios e impulsores del software libre. Pero hay mucho más: si la sociedad tiene algo remotamente asimilable a un sistema operativo, éste existe aunque no seamos conscientes de ello. Tenemos cabeza y manos para crear proyectos, y no sólo para ponerlos al servicio de un proyecto ajeno. Para ser activistas no podemos ya ser meramente declarativos. necesitamos dejar de decir cómo se podrían hacer las cosas y empezar a hacerlas.

Conviene no olvidar que para tener un mundo capaz de cumplir las promesas de un mundo digital, no podemos heredar las viejas formas de la era industrial; formas que, pese a su declive, están lejos de desaparecer. Esta sencilla premisa invalida, si nos detenemos a pensarlo el tiempo suficiente, la mayoría de mecanismos actuales encargados de gestionar la vida pública, que están diseñados para que una persona diga a muchas cómo pensar y trabajar y cómo se tienen que comportar. Para que una persona eduque a muchas y, de nuevo, para que una persona gestione una enorme parte de la vida pública de millones de otras personas. Para así obtener un sistema compuesto por hordas moldeadas, marabuntas uniformes absolutamente predecibles sobre las que conocer perfecta y previamente la reacción agregada ante algo. Para así poder puntualizar, de forma predecible, la producción futura y el consumo futuro, para así apuntalar el orden civil y la paz social futuras. Pura ingeniería de la gestión humana a mayor gloria de la disciplina impuesta desde fuera.

Si la revolución digital promete un mundo diverso y distribuido, éste no puede componerse con una forma de organización nacida hace siglos para un mundo con otra naturaleza: desde una organización piramidal, de arriba a abajo, no se puede organizar un mundo digital que tiene su mayor potencial en la relación directa entre iguales.

Esta estructura piramidal del mundo no será útil si miramos hacia adelante. La vidas grises del funcionario y del trabajador asalariado no son el espejo en el que mirarnos, y por eso me gustó especialmente, en la presentación de Jose Ignacio Goirigolzarri, que diga que el cambio cultural que necesitamos es especialmente urgente en aquellas culturas en las que una fracción creciente de las personas tienen como meta última el convertirse en funcionarios.

Venecia

Un cambio cultural que desahucie esa mentalidad que nos focaliza durante las dos primeras dos décadas de nuestra vida para encontrar un trabajo, y no para crear trabajo. Y es que si cada revolución tiene sus formas, la del mundo digital pasa por tomar las riendas de la propia vida.

Y tomar el control de nuestra vida en un mundo digital va más allá de tomar el control de las herramientas, nunca inocentes, que usamos. Requiere hacer el esfuerzo de configurar un modo de vida, tampoco inocente, en el que las personas involucradas en un proyecto estén representadas en el mismo, trabajando en lo que Monty Widenius denominó ayer «hacker business model». Un modo de hacer las cosas en el que aflore, como de costumbre, el hacker.

Porque para que muchos más se atrevan a salir al mercado y ganarse la vida en libertad y con igualdad de condiciones es importante promover una cultura emprendedora. Y parece una insignificancia pero no lo es porque, como mencionaba Yubal Cohen, los emprendedores son «los verdaderos héroes de nuestro tiempo»; y, por extensión, de todos los tiempos: fueron los mercaderes medievales los que derrocaron al caduco orden feudal. No será diferente ahora.

Y es que hay elementos comunes a todas estas figuras del mercader, el emprendedor, el hacker, comenzando por la semántica de combate que se lanza contra ellos. Como bien nos recordó Rudy Rucker, un hacker de toda la vida:

«Hacker en el sentido original, antes que la prensa tomara la molesta costumbre de asociar hacker con criminal. Una costumbre muy molesta porque estábamos orgullosos de ser hackers. Queríamos explorar el caos»

Una vez leí que la falta de idealismo nos está matando. Siempre me sentí un tanto idealista y opté por defender un cierto realismo idealista. Defenderlo con una práctica vital, diaria, cotidiana; una actitud sencilla que merezca la pena: había llegado el momento de estar orgullosos de ser hackers, ahora emprendedores, héroes de nuestro tiempo dispuestos a explorar el caos y salir victoriosos. No ser negligentes con nosotros mismos delegando nuestra responsabilidad individual y, como explicaba Goiri en su discurso de cierre, tomar la iniciativa y afirmar que nosotros, y nadie en nuestro nombre, escribimos la historia.

Sigue el Día Garum en directo

Hoy se celebra, a partir de las 9 de la mañana, en la Biblioteca de la Universidad de Deusto, Bilbao, el Día Garum, primer evento público de la Garum Fundatio impulsada por Jose Ignacio Goirigolzarri para promover y desarrollar herramientas que sean útiles a los emprendedores y a la empresa, en general, especialmente a las pequeñas. El evento promete y mucho, desde donde se mire (Software Libre, con la presencia de Monty Widenius; emprendedurismo con Yuval Cohen y el Tecnológico de Monterrey; cultura digital y literatura ciberpunk con Douglas Rushkoff y Rudy Rucker), pero como noblesse obligue y no todos estamos en Bilbao, habrá streaming en directo del evento, que se podrá seguir desde la misma página de Garum, donde también se pueden dejar preguntas en forma de comentarios. ¿Aún dices que te lo vas a perder?

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