La última oleada de cierres de servicios en Internet debido a las coacciones de la NSA todavía está caliente en nuestra memoria y ya tenemos el siguiente episodio, en el cual la NSA se comporta al más puro estilo de la mafia de las películas. Lo cuenta Schneier:
«Lo escalofriante es lo que sucedió después [del anuncio de cierre de Lavabit]. El gobierno amenazó con arrestarle, arguyendo que cerrar su servicio de correo electrónico era una violación de la petición.
Ahí lo tenemos. Si gestionas un negocio, y el FBI o la NSA quieren convertirlo en una herramienta de vigilancia masiva, creen que pueden hacerlo tan sólo porque es su decisión. Pueden obligarte a modificar tu sistema. Pueden hacerlo en secreto y luego obligar a tu negocio a mantener ese secreto. Una vez que lo hacen, ya no controlarás de nuevo esa parte de tu negocio. No puedes cerrarlo. No puedes cancelar parte de tus servicios. En un sentido muy real, ya no es tu negocio. Es un brazo del enorme aparato de vigilancia de los Estados Unidos, y si tus intereses entran en conflicto con los suyos, ellos ganan. Tu negocio ha sido enrolado a la fuerza.»
Como dice Pere, cada vez hay menos diferencia entre los métodos de los aparatos de «seguridad» estatales y los métodos de Tony Soprano.
Y sobre este tema lo que me sigue llamando la atención es que durante años se advirtió de que este tipo de sistemas estaba siendo instalado en nuestras sociedades. Pero nadie quiso tomarlo en serio.