Pues bien, dicha reforma no ha sido debatida en la última sesión del congreso de los estados unidos (The Inquirer), y parece muy improbable que la mayoría demócrata que habrá en esa cámara a la vuelta del parón navideño siquiera la estudie. Con lo que casi podemos afirmar que, por ahora, la neutralidad de la red ha ganado y hoy estamos un poco menos amenazados por el hecho de que internet se convierta en una televisión con cuatro cadenas que gestionan todo, o en una radio con emisiones discretas y previamente autorizadas.
Está claro que lo que se legisle en EEUU no tiene, en primera instancia, ninguna relación con la manera en que funciona nuestro acceso a la red, pero no debemos ignorar el hecho de que si la mayor potencia del mundo, que gestiona más de la mitad del tráfico por internet, canoniza la conexión a sitios web, el resto del mundo (empezando por su fiel escudero, la UE) van a legislar en el mismo sentido. Es por eso importante que esta reforma haya muerto por esta especie de «silencio administrativo». La neutralidad de la red ya ha sido comentada en este blog (1 y 2) y la defendemos fervientemente, de modo que hoy estamos contentos. Habrá que dormir como los dragones, con un ojo abierto, pero por ahora se impone el bien de todos frente al de unos pocos y la red va a seguir siendo neutral.
Diversos motivos nos mantuvieron estos días sin bloguear, y he visto algunas noticias importantes que me gustará comentar, no tan alegres como esta; y las que aún no he visto porque tengo mi lector de feeds a rebosar. Pero tiempo al tiempo, de momento comiencen la semana (dura semana tras el puente) con una buena noticia. Yo he hecho precisamente eso.