Tuve la suerte de crecer disfrutando cada semana a Juan Tamariz en la televisión, uno de esos recuerdos eternos de la infancia. Por eso me ha encantado este perfil que publica el New York Times sobre esta leyenda viva.
Habría mucho que comentar y, sin embargo, hoy me quedo con este párrafo sobre un tema tangencial, no centrado en la magia.
In the mid-20th century, at the behest of Ascanio, Spanish magicians like Tamariz learned English in order to study the canonical literature of the craft then emerging from North America and the United Kingdom — in its way, a small act of rebellion against the parochialism of the Franco regime. But today, Wilson is one among many magicians of his generation who have learned Spanish in order to study the work of Tamariz.
Muchas veces oímos lamentos sobre si tal o cual lengua está en peligro y si es una pena que los niños estudien en inglés o que haya que fomentar la adopción de una lengua u otra por la vía legal.
La realidad es más sencilla: aprender un idioma requiere esfuerzo y si no hay retorno a esa inversión las personas estudiarán otro idioma. El factor más obvio es que ese idioma dé acceso a mercados, por ejemplo que sirva para encontrar un trabajo mejor pagado. Otra forma es la que se comenta al hilo de Juan Tamariz: que exista una verdadera creación intelectual de élite en el mismo.
Para eso necesitas tener pensadores de primer nivel, científicos de primer nivel, artistas de primer nivel, empresarios de primer nivel, todos ellos produciendo conocimiento que el resto del mundo quiera conocer de primera mano, sin delegar en ediciones traducidas.