Ayer hablábamos sobre por qué algunos autores no vamos a estar firmando libros en El Retiro. Hacíamos también un llamamiento a todos los autores que se quieran unir y programamos un acto alternativo el finde que viene. Hoy Rinzewind pone el acento en un detalle que yo olvidé comentar: los libros autoeditados también están prohibidos en la feria del libro. La vieja industria queriendo hacer valer eso que siempre hizo: regular la agenda de temas que se tratan y amplifican en la agenda pública, así como el enfoque con que se amplifican. Cada minuto me alegro más de no estar allí.