«En el curso de los años me he vuelto profundamente escéptico con la ventaja de ser el primero. De hecho, paso complicaciones buscando ejemplos de ello. IBM llegó tarde a las computadoras, y entonces décadas después llegó tarde a los PC. Oracle no inventó las bases de datos, Lotus no inventó la hoja de cálculo, Microsoft no inventó los sistemas operativos ni el sistema de ventanas, Apple no inventó la interfaz gráfica de usuario, Google no inventó los motores de búsqueda, y Facebook no inventó el software para redes sociales. La ventaja del primero es probablemente relevante para cosas que pasan una vez. El primer chico malo con megacomputación podría protagonizar el mayor robo relacionado con criptografía de la historia, pero no tendrá una ventaja sostenible.»
– Nathaniel Borenstein, inventor del adjunto en los e-mails, en una entrevista que recomiendo leer.
Hay un perfil de personas que dicen hablar de tecnología y sociotecnología, pero muestran un desaforado interés por demostrar que llevan toda la vida siendo los primeros en hacer cosas. En realidad, no hablan de tecnología, hablan de marketing, y sobre todo hablan de ellos mismos. Pero no hablan de tecnología.
Iba a escribir un comentario sobre esto, pero al final me ha salido un post en mi blog: «Nunca vayas ni la primera ni la última» http://www.editoraconcarrito.com/2014/03/nunca-vayas-ni-la-primera-ni-la-ultima/
Me has hecho pensar en aquello de que nada es original, de que el conocimiento se construye sobre lo que ya existe y el valor de la remezcla. Eso sí, la maestría del cóctel no siempre se da, pero seguro que en otras partes del planeta alguien fue recorriendo caminos similares.
A nivel de rentabilidad, sin duda no es útil, en eso estoy de acuerdo con Nuria. Por lo demás, que manía, ¿verdad? :)