«El inventor que encuentra una forma de hacer jabón a partir de cacahuetes tiene más imaginación genuina que el revolucionario con la bayoneta, porque ha cultivado la facultad de imaginar el potencial oculto de lo real. Esto es mucho más difícil que imaginar lo irreal, lo cual explica porqué hay muchos más utópicos que inventores.»
«No echamos de menos ninguna revolución pendiente porque sabemos que las revoluciones realmente existentes han sido baños de sangre: ese es el hecho experimental.»
– Pseudópodo, una buena mañana, en su blog.
Ya saben, utópicos de bayoneta (ajena, por supuesto) como Eduardo Galeano, al que no comprendo cómo le siguen cayendo elogios, que relatan la revolución desde el comfort de su balcón barcelonés. Mucho más acertado (pese a que muchos no quieran creerlo) el retrato que le hizo Darwin.