«Piensa en el impuesto a las ventanas introducido a finales del s. XVII en Inglaterra y Gales. Era una manera no intrusiva y fácilmente administrable de imponer impuestos a las personas con casas más grandes. Sin embargo, derivó en que las ventanas fueron bloqueadas a causa del impuesto.»
– Tim Harford, en su blog
Innovación en casas sin ventanas, oscuras y tristes. Está claro que hay decisiones legales que pueden desalinear los incentivos frente a lo que realmente necesitamos; y que a menudo los impuestos son burlados precisamente por aquellos a quien se quiere lastrar, mientras las personas de a pie sufren las consecuencias (piensen en la subida del IVA del año pasado, piensen en la subida próxima que ya se está mascando). Sucede así en otras situaciones en las que son de dudosa utilidad, pero si hay un campo en el que la cosa se podría arreglar con facilidad es el de la propiedad intelectual, incluidas las patentes de software. Si tan sólo hubiera voluntad, pero ya sabemos que no es así.
Cuando la corte se estableció en Madrid en el siglo XVI, y debido al crecimiento súbito que esto supuso y que no pudiera absorver a todo el personal de la corte, se instauró la regalía de aposento, un impuesto que obligaba a ceder una parte de la casa para albergar a tales personajes ¿qué pasó? Que nacieron las llamadas casas de malicia, que son casas construidas con las características que las ordenanzas municipales dictaban no podían ser fácilmente partidas (casas angostas, con extrañas distribuciones, etc.). Me ha recordado a lo de las ventanas grandes.
Qué bueno! Desconocía ese detalle, ¡es exactamente la misma historia! Tengo tu mail sin responder, voy enseguida :D