Venimos hace años diciendo que hacer de nuestra presencia web en servicios gratuitos nuestra principal identidad digital es una pésima idea; muchos otros nos miran con escepticismo y abrazan los mismos como si fueran inofensivos.
Esta semana, sin embargo, al hilo del affaire Galli con su baneo en Twitter volvieron muchos a repetir lo que en otras ocasiones: «que Twitter tal», «que Twitter cual». Más allá de la mala baba que pueda haber de por medio (y hay una acalorada discusión al respecto sobre la que yo sé lo mismo que ustedes, únicamente lo que he leído de palabra de los implicados), el problema es el de siempre: usar servicios de terceros en los que nos volcamos a construir nuestra identidad digital. Servicios gratuitos, para más inri, que no dudarán en meter la tijera y vedarnos el acceso si en un momento dado eso les es más beneficioso que permitirnos continuar usando sus herramientas.
Resultando ya obvio que la existencia de estos servicios centralizadores es inevitable, que se alimentan del efecto Red y que espontáneamente tienden a generarse nodos con idéntica naturaleza centralizadora, la cuestión es que me da la sensación de que ésta es otra oportunidad perdida para la reflexión. Como todo esto lo hemos hablado mil veces, al leer las crónicas que Galli publica en Google Plus (esto es, en un entorno en que la relación prestador-usuario es idéntica a Twitter) me pregunto si este evento no habría de servir para profundizar un poco más en este asunto. O ¿será que vamos a limitarnos a cambiar el «inofensivo» por un «fundamentalmente inofensivo» que deje intacto el problema de fondo, que no es otro que el de qué autonomía estamos dispuestos a entregar y las implicaciones de entregarla?
Pufff
Siguen sin entender el quid de la cuestión, qué significa una red centralizada…..
… Es que no se valora. El potencial es realmente brutal, y los efectos han sido revolucionarios, pero da igual. «Lo tiene todo el mundo» == no tiene valor.
Hoy en día podríamos culminar la metáfora inicial de los wikis: dejar un montón de folios encima de los estantes de una biblioteca y, al volver al día siguiente, verlos convertidos en pájaros volando al amazonas. Cualquiera que sepa leer y tenga motivación puede compartir su conocimiento en Internet, usando software libre y su propia conexión (cuanto menos, usando no-ip o un servicio semejante)
En vez de eso, lanzamos pajaritos a los cerdos. Como si le diéramos margaritas a los cerdos :(
El problema no está en la subvaloración de lo «gratuito y al alcance de todos»: Fb y twt lo son. El gancho de entrada incluso es «lo tienen todos mis amigos».
Creo que la cuestión es la simplicidad de los servicios centralizados y que no requieren responsabilizarse de ellos o aprender cosas nuevas. Tanto la simplicidad como el efecto red generan confianza hacia ellos y el hecho de que sean útiles (¿encontrar un viejo amigo del que no tengo contactos? ¿enviar invitación a todos sin tener que recordarlos?) hace difícil cuestionarlos.
Ciertamente hay un montón de potencial desperdiciado y la infraestructura que estamos creando se presta al abuso. En mi opinión, la mejor manera de combatir el problema es:
Si mantener un servicio propio requiere un mínimo esfuerzo más personas aceptarán el compromiso y el aprendizaje es más placentero cuando es parte de la experiencia (los docs no suelen serlo).
Que el comentario anterior sólo resuelve la barrera de entrada. El problema fundamental de la conciencia acerca de los peligros de la infraestructura centralizada es harina de otro costal.
OT: intenté iniciar sesión con OpenID y devuelve el mensaje «Sólo los administradores pueden crear nuevas cuentas» (parafraseando).
OT4: Comienzo a pensar que soy un bot, 4 intentos seguidos de «verificar»
El usuario promedio no va a montar un servidor, pero sí va a ir a MediaMarkt a comprar un PC o una tableta. Algo que no posee puede usarlo, o no, pero algo que sí posee tiene un valor. Tiene un valor financiero, para empezar, y simbólico y de status, para rematar.
Nadie se distingue por usar facebook. Es una opción poco discutible para muchísimos consumidores. Sin embargo, mucha gente sabe lo que se ha gastado el dueño de un macbook pro retina en su flamante portátil. O lo que llega a vestir un iPad, no tan caro pero sin duda a la moda hasta hace poco.
Por contra, un PC, sobre todo un sobremesa, es algo que casi nunca se enseña. Encima, son más baratos. Y ni te cuento si lo quieres exprimir y sacarle potencial: tienes que invertir tiempo en algo que no puedes enseñar.
El PC, sin ser gratuito, está al alcance de la mayoría de la población. No distingue y está completamente pasado de moda.
Y el software libre, ni te cuento. Hay que leer y esforzarse para sacar partido a algo gratis y que se da por supuesto.
La desgracia es que el software libre y los PC son maravillas con un potencial revolucionario que se está yendo por el retrete porque la sociedad no ha sido capaz de valorarlos en lo que valen. No es un caso aislado: pasa lo mismo con casi todas las grandes innovaciones, porque la capacidad de mantener el asombro es muy limitada.
Pero en este caso hay una diferencia tremenda: es la primera disrupción tecnológica masivamente democrática. Está al alcance de muchísimas personas, pero al final la aprovechamos ese famoso 1% que en este caso no se trata de ricos, sino de usuarios de linux (o avanzados de windows)
Juan, pero sabés que un poco en la línea que plantea Joshua… y como me dicen muchos que no son inconcientes pero sí pragmáticos, cuando «doy» lata con el soft libre y demás: «no interesa», genera esfuerzo, medido en tiempo y el tiempo es harto valioso también.
Una parte del tema está en que para valorar las herramientas como revolucionarias hay que percibir previamente que existe algo que se debe cambiar, y que eso es lo que la herramienta permitiría revolucionar. El socialismo fue una ideología con poder revolucionario porque respondía a un malestar palpable en la sociedad de las postrimerías del SXIX y de mediados del XX: La explotación brutal de masas gigantescas de personas, que se visualizaron a sí mismas como explotadas y como sujetos de clase, como planteó Marx. Es decir: Marx hizo un diagnostico y creó un marco teórico que cuadraba muy justamente con la situación de los obreros fabriles. (Extendido a los campesinos y a los soldados con el Leninismo)
Ahora, el soft libre y las identidades digitales ‘propias’ traen posibilidades interesantísimas, creativas y demás, que podrían ser «para todos». Si. Pero pregunto: calza esto con las preocupaciones de «la masa»? si queremos, con la cantidad de gente que significaría un tipping point? Se ven cantidades importantes de personas como respecto del soft libre como esos obreros?
La innovación siempre tiene un grupo de pioneros, lo sabemos. Luego viene la masa atrás que adopta el patrón o lo que sea. El asunto es si entonces «culpar» a la masa o repensar la herramienta porque tal vez :
1 – No está siendo comunicada de la manera adecuada
2 – Presenta barreras de entrada altas (lo que planta Joshua)
3 – No es lo que la masa necesita
Pongamos el acento en las primeras dos.
Lo del PC y los Tablets, bueno. Sí, está claro que es mucho más poderoso el PC, pero volvemos a lo mismo el asunto es «el interes». No hay interes en empoderarse, o, no se percibe la necesidad de empoderarse por medio del PC. Sí se percibe la necesidad de Status de repente que otorga la nueva Macnosecuanto.
Por otra parte, también esos productos (los tablets) responden a una necesidad creada, o no, pero real: la movilidad.
el FOSS no responde a las necesidades percibidas por nuestras poblaciones. Vale.
Tampoco perciben la imposibilidad de mantener nuestro sistema capitalista de crecimiento perpetuo.Otro tanto pasa con la necesidad del reciclado. Y en medio mundo, el control de natalidad no es obvio.
Podemos alargar la lista todo lo que queramos. Pero para volver a nuestra cuestión, tu diagnóstico es correcto pero discrepo en la solución. El FOSS tiene un potencial superior a lo que imaginamos para empoderar e independizar a las poblaciones nacidas bajo la bota cubierta de seda de los mass media, con tal de que alcancen a percibir ese problema y decidan solucionarlo, en lugar de seguir consumiendo mass media
Es posible hacerlo. En esta década estamos reinventando el mundo y el mundo se nos cae, todo a la vez. Personalmente, no puedo ser optimista, o lo soy de otra manera: el consumismo que también afecta a lo digital tiene los días contados, y se impondrá cada vez más alargar la vida de los equipos y el reciclaje. Y ahí entrará como un tornado el software libre. Tengo algo de experiencia con amigos africanos en este sentido, y cuando toman contacto con lo que les aporta linux a sus muy viejos equipos, su sorpresa es mayúscula. Problema: no se acaban de creer que ellos pueden hacerlo.
Es mi experiencia, ojo. No generalizo.
Salud
La reflexión se Galli ha ido por otros derroteros: «Sobre identidad digital, Twitter, censuras y accountability», incluso niega la mayor, lo que acá se dice, para Galli no hay diferencia entre su bitácora (alojada en un servicio gratuito) y Twitter (al margen que lo tiene wn WP.com, concluye que para el caso, tenerlo en casa, es complicarse la vida sin ventajas reales). En realidad veo que la perspectiva es muy distinta, cuando contrapone Wikipedia o Archive a TW, G+ o FB, cuando en esencia, desde un punto de vista de la red centralizada, son lo mismo; en realidad no contrapone una red distribuida o un servicio en red de forma descentralizado frente a uno centralizado, sino que compara servicios con ánimo de lucro frente a servicios sin ánimo de lucro, así que nos movemos en arenas diferentes.
Al final, en el fondo, el mensaje de Galli es que el sistema imperfecto (falto de recursos personales) respondió correctamente (reactivó la cuenta), y solo hay que mejorar el equilibrio privacidad – libertad de expresión (dar determinados datos no sería un ejercicio de expresión, sino de información, pero bueno, ese es otro debate), vamos, el sistema, aunque mejorable, funciona.
Lo que sí tiene razón es que ese tipo de servicios tienen éxito según la gente que lo use (y el porqué lo usa es otro tema, no siempre gana el mejor servicio, tampoco el que llegó primero), ahora bien, no hay ninguna reflexión sobre ese tipo de servicios y lo que implica su uso (y si son necesarios para su supuesto fin)…
Hasta luego ;)
Hace mucho tiempo que pienso que Gallir es… no lo calfiico. Es el típico rollo de ex blog star convertida en twitter star. Cualquiera de sus reflexiones sobre propiedad intelectual, industia audiovisual o, ahora, sobre redes centralizadas o no, carecen de una profundidad de conocimiento muy patética pero adornada de enormes gritos y cierta eficacia en el lenguaje. No trates de llevarle la contraria. Tranquilos todos: nunca entenderá por qué en twitter no se puede debatir. (eh, y a este le han llegado a llevar a las radios a hablar de descargas: el jefe de la «coalición de creadores» se lo comió y es que no sabía de lo que hablaba, claro).
Añado: la piedra de toque sobre la cuestión reside en qué opciones elige Gallir para alojar y mantener su Menéame. ¿Prefiere su host, aunque sea de una gran empresa que presta el servicio – que se paga, como el ejemplo de lo que pone de lo chungo que es alojarte el blog – o prefiere dejarlo en manos de los términos de servicio de un twitter o un facebook? Conocer las razones de la elección serían interesantes.
Lo que me ahorro por estar de vacaciones y emplear el poco tiempo de Internet en buscar y cambiar de hosting. Paradógicamente acabo aquí y veo como el ego que se tragó a un argentino pare un post en el que el correo electrónico no existe porque no tiene aco… acco… lo que sea. No me hagáis mucho caso, que a partir de que publicar en Twitter o en WP no es diferente he empezado a bizquear…