«Los enemigos de los libros son principalmente los hombres, que los queman, los censuran, los encierran en bibliotecas inaccesibles y condenan a muerte a quienes los han escrito. Y no, como se cree, Internet u otras diabluras.»
– Umberto Eco, escritor.
(via Halón Disparado)
Uno se reconforta al saber que no es el enemigo. Que tiene un libro escrito defendiendo internet (entre otras cosas), que ese libro está devuelto al dominio público y que lejos de estar encerrado se puede descargar libremente en formato digital.
Estoy harta de culturetas pretecnológicos que presumen de su ignorancia, y sobre todo estoy harta de sus prejuicios en cuanto a hábitos de lectura y amor por la letra impresa de los que sí nos sabemos mover bien entre ordenadores.
Desde luego, si el enemigo fuera internetm tendrían un problema: la rueda no se puede des-inventar; internet tampoco.
Más les vale que el enemigo sea otro, si es que aspiran a derrotarlo. Si el enemigo son los hombres aún hay esperanza para ese «negocio en crisis»: denles educación y animen la demanda de libros :)
me quito el sombrero